Las dos canchas de tenis del Real Club de Golf de Las Palmas, situadas en los aledaños de la Casa Club, se han convertido en un sorprendente banco de pruebas para el salto de Magüi Serna a la enseñanza. Medio centenar de pequeños alumnos tratan de asimilar desde hace unos meses las indicaciones de la zurda de oro del tenis femenino español.

La grancanaria se confiesa una apasionada del deporte que la aupó al top-20 del circuito profesional. Siempre ha estado entre sus expectativas la posibilidad de transmitir el conocimiento adquirido en incalculables horas de entrenamiento y en su periplo por los escenarios más importantes del tenis mundial.

Sin embargo, antes de dar el paso decisivo consideró conveniente afrontar un periodo de adaptación para comprobar sus dotes en la docencia y también percibir la reciprocidad de asimilación de sus alumnos. "Me siento muy satisfecha e ilusionada con la labor que estoy realizando. Han venido un número sorprendente de alumnos en muy poco tiempo y lo realmente interesante es que tanto ellos como yo nos sentimos muy cómodos en las clases", afirma Magüi.

La extenista profesional también ha querido contrarrestar la tradicional etiqueta de entrenamientos aburridos y anodinos para principiantes con la asistencia al curso de actualización propuesto por ATP, WTA y Asociación Americana que tuvo lugar en Wimbledon. El temario del mismo contempla las últimas innovaciones en la preparación de tenistas de diferentes niveles.

"Ha sido muy interesante", comenta la jugadora olímpica en los Juegos de Sídney y Atenas. "Además de lo que aprendimos durante el curso, mantenemos contactos mensuales sobre las últimas novedades que se van incorporando. El objetivo es conseguir entrenamientos plenos de eficacia al tiempo que resulten amenos y divertidos". Sin duda alguna, la excampeona de la Copa Federación con España está fraguando, casi sin percibirlo, los cimientos de un proyecto que dé vida a un gran centro de tecnificación para Canarias que camine bajo su dirección.

"Sería un sueño, porque el tenis constituye una parte muy importante de mi vida y creo que es un tema que domino, por mi larga estancia en el mismo. Será una idea a tener en cuenta después de la experiencia tan positiva que estoy viviendo".

Puestos a soñar, también podría ocurrir algún día que Magüi acompañara a alguna de sus alumnas por los torneos del circuito profesional que tan bien conoce. "Eso me encantaría. Sería muy satisfactorio poder vivir la competición desde fuera de la cancha después de haberla vivido con tanta intensidad durante mucho tiempo desde el rectángulo de juego. Pero calma, mis alumnos son aún muy pequeñitos y el tiempo dirá".

Por otro lado, la grancanaria se considera una persona muy afortunada. Ha viajado por todo el mundo desde que con 17 años fue top-100 de la WTA practicando el deporte que la enamoró con sólo siete añitos, del mismo modo que ha tenido tiempo para hacer una carrera universitaria y disfrutar de la amistad y cariño de muchas personas.

Siempre reconoció que el tenis le arrebató parte de su juventud, aunque en todo momento se sintió felizmente recompensada. "Si le pudiera dar al tiempo para atrás volvería a hacer lo mismo. Aún siento añoranza", reconoce una Magüi con pinta de estar viviendo unos momentos de satisfacción y mucha ilusión.