¿Qué les dan de comer en La Isleta para que de allí salga gente, futbolistas o artistas, de tanto talento?

Allí nos juntamos gente que vino, mayoritariamente, de Lanzarote, Fuerteventura o las medianías de Gran Canaria. Hay mucha cultura encontrada, mucho mestizaje y eso siempre está bien. En La Isleta, de toda la vida, han salido buenos futbolistas. Jugábamos en la Piscina, en la playa de Las Canteras y en las calles.

¿Se le daba bien jugar al fútbol?

¡Qué va! Siempre me cogían para jugar de portero por inepto. Recuerdo que jugaba por La Puntilla, con Pacuco Rosales y Lemes, y me vacilaban constantemente con la pelota. Los regates y los driblings que hace Messi ahora me los hacían a mí hace años. Soltaban un amago, yo salía corriendo para un lado y la pelota seguía en el mismo sitio. Eso me lo hacía mucho Pacuco Rosales, con el que estaba siempre y que es mi hermano.

¿Qué significa para usted la Unión Deportiva?

Muchas cosas. Y todas buenas. Lo primero que me viene a la cabeza es el recuerdo de ir con mi padre al Estadio Insular. Él era de la Naciente. De pequeño siempre iba con él y nos sentábamos en la misma zona y con la misma gente. Aunque en aquella época las localidades no eran numeradas, pero todo el mundo respetaba el asiento de los demás. Luego, cuando ya fui más grande, a mí me gustaba ir a la grada Curva, porque allí había ventorrillos y podías comer calamares y te podías tomar un cubata.

¿Qué recuerdos tiene de esas tardes en el Insular?

Me acuerdo de los Diablillos Amarillos, que además son de mi edad. Cómo fueron dando el salto al primer equipo, con Ulacia y Oregui de porteros, hasta formar aquella Unión Deportiva mítica, que tanta guerra dio a Real Madrid y Barcelona y que casi gana alguna Liga. Luego disfruté con los argentinos, con Carnevalli, Wolff, Brindisi y Morete, que se trabucaba para rematar y muchas veces entraba él antes en la portería que el balón, pero se hinchó a meter goles. Y también me gustaba mucho Felipe, que llegó como delantero y luego acabó como defensa.

¿Echa de menos el fútbol en el Insular?

Echo de menos el calor que se generaba allí. A la gente, horas antes, por los alrededores, el ambiente que había los días de partido. Ahora, poco a poco, empieza a pasar algo similar en Siete Palmas y poco a poco le vamos cogiendo cariño al Estadio de Gran Canaria. Espero que puedan acercar las gradas al césped. Yo me iría a la primera fila a ver el fútbol.

¿Quién era su ídolo?

Tonono, con el cinco en la espalda, cuando los futbolistas llevaban el número que les correspondía según su posición en el campo. Verle jugar, sacando la pelota desde la defensa, siempre con la cabeza erguida, era una elegancia. Yo quería que mis defensas, cuando jugaba de portero, fuesen como Tonono.

Intuyo por sus palabras que la UD Las Palmas era una tradición familiar más.

Un tío mío, Antonio Vieira, fue jugador de la Unión Deportiva y murió meses después de sufrir un golpe en la cabeza en un partido del equipo. Si no coincide el horario del partido con mi trabajo, me gusta ir al estadio. Si lo dan por televisión, lo veo. Y si estoy fuera de las Islas y Las Palmas juega en la ciudad en la que estoy, ahí estoy para animar. Recuerdo un partido, en los años 80, en el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid. Fui con mi hermano y empezó ganando la Unión Deportiva. Todos los canarios que estábamos allí nos volvimos locos con el gol y yo les decía "shhh? Agáchense, que esto acaba de empezar". Al final nos metieron cinco. Hasta Valdano hizo un gol como Morete, a trompicones y entrando él antes que la pelota a la portería. Recuerdo que aquel día el portero era Pérez. Pero la mejor anécdota de la familia con la Unión Deportiva la protagonizó mi hija, la segunda.

Cuente...

En 1995 estaba con mis hijas en Madrid y me invitaron al Vicente Calderón a ver un partido entre el Atlético de Madrid y el Tenerife. Acepté y me fui para allá con ella, que fue al estadio con una bufanda y un gorro de la Unión Deportiva. Cuando la vi, le pregunté que por qué iba con eso de Las Palmas si el partido era entre otros equipos. Y ella, sin dudar, en plena adolescencia, me soltó "yo soy de la Unión Deportiva y estos son mis colores. Qué problema hay". Y para allá que se fue, en medio del palco, con sus alfombras rojas, sus azafatas y toda la parafernalia que montaba Jesús Gil.

¿Echa de menos al CD Tenerife junto a la UD Las Palmas?

Sí que lo echo de menos. Lo veo por la televisión cuando puedo y es un equipo que juega a la pelota. Ojalá suba a Segunda. Y si nosotros ascendemos a Primera los esperamos allí. Por fortuna la tensión del pleito se ha rebajado, y aunque siempre hay cuatro mataos, aquí y allí, que siempre quieren armar jaleo, ahora hay dos aficiones que quieren lo mejor para su equipo sin tanta visceralidad.

¿Ha seguido esta temporada a la UD Las Palmas?

La sigo por televisión. Y tengo una especie de manía, más bien una superstición. Siempre que estoy viendo a la Unión Deportiva por la tele, si me levanto y me voy a otra habitación, el equipo marca. Mi mujer y mis hijas se mueren de risa. Ahora, si tarda en marcar, ya me levanto voluntariamente para ver si hace un gol. Las dos últimas jornadas en casa no ha funcionado. Me da que voy a tener que levantarme más.

¿Ve al equipo con opciones de ascender?

Sí, por supuesto. Ahora tiene dos partidos fuera de casa, contra el Xerez y el Córdoba, que van a ser claves. Hay ilusión y hay equipillo para tirar hacia delante. No será fácil, porque en Segunda División hay equipos fuertes y tengo la sensación que la mayoría nos ha cogido el número. En estas jornadas, casi todos los rivales se van a estar jugando algo. Sergio Lobera lo está haciendo muy bien, pero los otros no son tontos. Creo que al equipo le hace falta relajarse un poco, no cargarse de tanta presión, y jugar al fútbol.

¿Cuál es el futbolista que más le gusta de la plantilla actual?

Nauzet Alemán, que ya me gustaba mucho antes de irse. Vitolo y Murillo también son muy buenos. Y Barbosa lo está haciendo muy bien, al igual que Raúl Lizoain. Creo que el buen nivel del suplente le ha venido bien a Barbosa. Pero creo que todo el mundo, todos los jugadores, están haciendo bien su papelito. Todo el grupo está funcionando, aunque hay algunos fines de semana que me pillo unos mosqueos?

¿Estamos ante una oportunidad histórica para el club?

Creo que sí. Y espero que no pase lo de siempre: subir para bajar de inmediato. Lo bueno es que ahora hay un empresario, Miguel Ángel Ramírez, al frente del equipo y tiene una visión empresarial del negocio. Si es capaz de asentar al club en Primera, él y su directiva alcanzarán un logro histórico.

¿Conoce el término loberismo? Lo creó @Era_un_crass en Twitter y resalta los valores del técnico y la ilusión que ha generado su trabajo en la UD Las Palmas.

Sigo a @Era_un_crass en Twitter, conozco el término y me declaro loberista. Me gusta Lobera y todos los que son como Lobera. Me parece una persona muy educada, centrada y con la cabeza bien amueblada. Creo que es una persona que tiene las ideas muy claras, se ve que el grupo confía en él, que hay disciplina sin necesidad de utilizar el látigo y ha sido como una bocanada de aire fresco. Al principio se dudó de él porque no dio con los hilos, pero luego el equipo se ha puesto a jugar al fútbol y en algunos momentos ha sido una gozada ver a la Unión Deportiva.

¿Cumpliría alguna promesa si la UD Las Palmas asciende?

Si el equipo sube, me gustaría poder cantar el himno en medio del césped junto a muchas más personas y una buena orquesta. Y no es protagonismo personal, es para que la gente conozca bien el himno, con su letra y su música. Grabarlo de nuevo, con su ritmo original, y que le entre a todo el mundo. Haría eso.

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