Pocos, casi nadie, pensaban que Buster Douglas pudiera tumbar a un peso pesado como Mike Tyson en el mejor momento de su carrera, ni que el Oracle pudiera remontar una desventaja de 8-1 frente al New Zealand en la Copa América de vela. Pocos, también muy pocos, fueron los que apostaron a favor de los Giants contra unos Patriots que se presentaron invictos, en plena temporada perfecta, a la Super Bowl de 2008. Pero al final todos, Douglas, los Giants de Nueva York y el Oracle superaron los peores augurios para dar la vuelta a un destino adverso. Y es que nada está escrito cuando los milagros pasan por creer.

La historia del deporte está llena de ejemplos donde lo imposible se convierte en realidad y nadie es invencible. Al amparo de esta certeza se cobijan las esperanzas del Herbalife Gran Canaria y su fiel hinchada ante la cita de esta tarde (18.10 horas, La1) en los cuartos de final de la Copa del Rey que se disputa en Málaga ante el poderoso Real Madrid, favorito al título. Los jugadores están convencidos de que tendrán su oportunidad y que lucharán por conseguir una proeza; ser los primeros en vencer esta temporada al equipo de Pablo Laso en España y colarse por segunda vez en una semifinal de la competición copera. El futuro no está escrito. Al contrario, se traza en tiempo presente en cada gesto y decisión; en cada tiro a canasta y en cada robo de balón.

El equipo de Pedro Martínez tiene claro que debe ser fiel, hoy más que nunca, a los valores que construyen su identidad; sacrificio, valor, esfuerzo e intensidad defensiva. Estas son las claves que le han llevado a estar donde están. Son, también, los principios que les permitieron ganar al Bilbao Basket hace un año en la Copa de Vitoria y al Laboral Kutxa unos meses después en los cuartos del Playoff. Nada debe cambiar por estar frente al poderoso conjunto blanco, con su enorme arsenal ofensivo, porque el antídoto contra los blancos está precisamente en esos aspectos del juego que mejor se les dan a los amarillos.

Cuestión de ritmo

Son los cánones y mandamientos que impone el sello Pedro Martínez. Está la defensa, por supuesto, pero también la preferencia por un ritmo lento de partido, siempre que no se pueda correr al contraataque, y una anotación baja. El equipo de Pablo Laso domina la velocidad y no debe correr, ni anotar en carrera. Por eso, el rebote, aspecto del juego que el Granca domina por encima del resto de equipos de la ACB, vuelve a ser fundamental, tanto en defensa como en ataque para controlar el partido y llegar con vida y esperanza al último cuarto. También, cobra vital importancia el hecho de acertar en la selección de tiros para no dar opción a la carrera de los bases blancos y mover el balón con seguridad, en el dentro-fuera, y precisión milimétrica ante el conjunto que más balones recupera de la Liga ACB. En definitiva, la entidad y prestaciones del rival exige el máximo del Herbalife Gran Canaria, un partido que roce la perfección, y todo comienza con dar continuidad a las sensaciones que acompañaron al juego amarillo en la victoria de la semana pasada contra Baskonia en el Centro Insular.

Pero si bien existe respeto máximo ante el potencial del Real Madrid, éste es mutuo. El conjunto de Pablo Laso sabe perfectamente que el Gran Canaria se lo va a poner muy difícil y guarda mucho recelo, como han transmitido públicamente, hacia las virtudes del conjunto de Pedro Martínez. "Esperamos un partido duro, igualado y competido", declaró el martes el tinerfeño Sergio Rodríguez antes de explicar: "El Gran Canaria tiene una gran plantilla, con un nivel físico alto y muchas armas en ataque. Esta temporada les ganamos pero ha sido sin duda uno de los partidos más difíciles para nosotros hasta la fecha. En Málaga no esperamos algo diferente". No son palabras vacías.

Tampoco se fía Pablo Laso, que ayer advirtió del peligro de creerse favorito. "Acepto lo que digan desde fuera sobre mi equipo, todo el mundo habla de que podemos ser favoritos. Creo que la gran equivocación sería que nos creyésemos favoritos", señaló el técnico.

A favor de los amarillos, además, estarán cerca de 700 seguidores grancanarios que nuevamente lucharán por ser la mejor afición del torneo como lo fueron el año pasado en el Buesa Arena y otras muchas veces antes en esta fiesta que es la Copa. No estarán solos. Esta vez cuentan con la presencia de los hermanos del Iberostar Tenerife, con la del FC Barcelona como enemigo blanco y del resto del Martín Carpena unido ante el equipo favorito al triunfo final. Mientras, sobre el parqué, que es donde todo se decide, el Granca necesita de su mejor versión y la actuación valiente de sus líderes. En este sentido, tanto Ben Hansbrough como Brad Newley, deben liderar al equipo en la vertiente anotadora desde el exterior. Encestar los primeros tiros, se presume vital para afrontar el reto con plenas confianza. Mientras, Eulis Báez debe ser una roca, más que nunca, bajo el aro sobre la defensa de Mirotic y compañía.

Entre los jugadores del Gran Canaria destaca por expectativas y seguimiento, el nombre de Walter 'Edy' Tavares. Xavi Rey es más que una seria duda, aún en proceso de recuperación, por lo que el pívot de Cabo Verde, pese a su juventud, está en el escenario perfecto para confirmar las condiciones que viene demostrando en la Liga, dar un golpe en la mesa de la competición, imponer su altura y erigirse en ese gran cinco dominador que todos aventuran que será más pronto que tarde. Sus 220 centímetros de altura y 240 de envergadura suponen una amenaza significativa para cualquier oponente y su sola presencia obliga a todo rival a cambiar su estilo de juego y su manera de atacar la pintura. Los numerosos ojeadores de la NBA presentes en la grada del Martín Carpena, con sus libretas llenas de nombras para el próximo draft -lotería de la NBA para elegir jóvenes jugadores universitarios o que militan en Europa-, esperan su actuación con las plumas cargadas de tinta y los informes a punto de salir rumbo a la mejor liga del planeta.