A la caza del pistolero de oro. Rubén Castro, delantero grancanario del Real Betis, figura en la lista de refuerzos apetecibles para la nueva UD. El punta de La Isleta, de 33 años, que firmó diez dianas en la pasada campaña con el cuadro bético en Primera División, es una pieza deseada por el presidente amarillo Miguel Ángel Ramírez. El hombre que fichó a Juan Carlos Valerón -julio del 2013-, en una operación que puso a la UD en la primera línea informativa del país, ha iniciado los contactos con el exjugador amarillo, que dejó la Isla en junio del 2004 para fichar por el Deportivo [en una operación en la que también figuró el extremo Momo, que milita en el actual plantel de Paco Herrera].

Con contrato en vigor hasta junio del 2015, y con una ficha inasumible para la UD en el Betis -que superaría el millón de euros-, Rubén el Moña es el delantero por el que suspira el club isleño. Tras cuatro campañas consecutivas en el equipo del Benito Villamarín [tres de ellas en la liga de las estrellas], el grancanario valoraría un cambio de aires. Fuentes próximas al entorno del delantero confirman las negociaciones pero aseguran que sería una "operación difícil" por el apego de Rubén Castro al Betis.

El también grancanario Alexis Trujillo, secretario técnico del cuadro bético, etiqueta a Rubén como su jugador franquicia y descarta su salida. Por su parte, la UD tiene como proceder no abonar cláusula de rescisión alguna y la llegada de Rubén solo llegaría si se desvincula del conjunto andaluz, recién descendido a la Segunda División.

Dotado de un olfato prodigioso, el Moña fue clave en el ascenso del Betis a Primera -2011-, con 27 goles, y luego estiró su firma de artillero indomable en Primera. En la campaña 2011/12 logró 16 dianas, pero fue en la 2012/13 cuando se convirtió en el terror del área en la máxima categoría con 18 tantos.

A fuego lento

A dos semanas del inicio de la pretemporada, la UD encara esta compleja operación sin prisas. El club ha puesto el ojo en Rubén, igual que hizo hace un año en el emperador barroco Valerón. Repatriar al Moña sería una jugada magistral y un empujón de oro para la campaña de abonos. Ramírez tiene una bomba. Un ratonero diabólico de área.