La Provincia - Diario de Las Palmas

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Natación Efeméride - Un deporte que surgió de la sociedad canaria

Una historia que cumple 80 años

La natación fue el primer deporte que, como selección canaria, compitió en la Península, en el campeonato de España de 1935

Al fondo, el Sensat, hasta donde nadaban los pioneros de las competiciones en Las Canteras. MIPLAYADELASCANTERAS.COM

En 1935 fue la primera vez que Canarias aparecía con nombre propio en el mundillo deportivo nacional, con las dificultades de la distancia, algo que sigue en vigor hoy en día pero que ya las crónicas de la época, como el periódico Ahora de Madrid, decían cosas como: "Los canarios, que tienen tantos motivos para brillar en el deporte, luchan con el inconveniente enorme de la distancia en su notabilísima aspiración de incorporarse al movimiento deportivo nacional (1935)". Unos deportistas canarios que hasta ese año sólo eran conocidos por las razzias que hacían los equipos de fútbol nacionales con los valores en ciernes de Canarias.

En realidad la natación canaria ya llevaba tiempo funcionando, tan grande era la afición a los deportes del mar en las islas, representado en aquellos años por la natación y las travesías a nado, algo muy habitual en los primeros años del siglo XX, en casi todas las fiestas y pueblos costeros de la geografía insular, como las regatas de natación que se organizaban en Santa Cruz de Tenerife por la denominada Asociación de Capitanes y Pilotos de la Marina Mercante y por el denominado Club Tinerfeño, antecedente del Club Náutico que con su homónimo de Las Palmas de Gran Canaria mantenían vivos los deportes de agua, en aquellas primeras décadas del siglo.

El primer club organizado y específico de natación que ve la luz en las islas, fue el llamado Club Natación Las Canteras, todo un referente social y deportivo de la época en Las Palmas de Gran Canaria y que utilizaba el histórico barco Sensat, fondeado en plena playa capitalina y cuya actividad se complementaba con el otro lugar emblemático de la playa de aquella época, el Balneario denominado la Caseta de Galán, que estaba en tierra, y era el punto de partida para llegar al barco, con transporte o nadando.

El Club Natación Las Canteras, comienza su andadura en el verano del año 1928, y tal y como indicaba la prensa del momento (Diario de Las Palmas), se debía al impulso de un grupo de personas, cuya primera acción para configurar el club fue la de gestionar el traslado desde el Puerto de La Luz y colocación, en Las Canteras, de un pontón y para el que contaron con las casas consignatarias, "que ofrecieron los servicios necesarios para el traslado desde la bahía del Puerto de La Luz a Las Canteras del pontón que servirá de base al mencionado club".

Al frente de la comisión organizadora, que a la postre sería el equipo directivo del club, estaba la señorita Josefina de la Torre, que contó con colaboradores de gran prestigio social en aquella época, como es el caso de Silvio Montero, cónsul de la República de Uruguay en la Isla y que luego lo veríamos también implicado en la fundación de la Federación Canaria de Natación en los años treinta, siendo su primer presidente, como también lo fuera del Metropole.

Además se contaba con un nutrido grupo de entusiastas colaboradores, como los hermanos Néstor y Miguel Martin-Fernández de la Torre, Bernardino Valle y Gracia, Antonio Roca Bosch, Claudio de la Torre y Segundo Manchado, cuyo entusiasmo prendió rápidamente en la sociedad isleña, que realizó numerosas aportaciones al nuevo club, que en palabras de aquella época: "hará de nuestra hermosa Playa de Las Canteras un lugar más atrayente de lo que lo es actualmente".

Desde 1928, hay constancia de actividades en el Sensat organizadas por el Club Natación, como se le denominaba y así, en julio de 1928, se disputa un partido de waterpolo entre socios del club, encabezados por Silvio Montero, los hermanos Russo, Armando Torrent, Antonio Roca, Luis Valle y Agustín Martinón, frente a los miembros de la colonia inglesa, reforzados por S.H. Cross al parecer jugador internacional británico, Hammond y Davies. Victoria de los canarios por 6-0 y de nuevo en la revancha, por 8-1.

Y en el mes de septiembre de 1929, gran festival náutico en la playa de Las Canteras con la natación, waterpolo y saltos en primera línea, junto con la vela y el remo, en el que tomaron parte nadadores como Armando Torrent, Manuel Romero, Manuel Betancor, Antonio Roca, Ricardo Valle, Pedro Betancor, Gerhard Ascher, Luis Valle, Agustín Martinón, Julio Russo, Agustín Ramos, Joaquín Valle, Silvio Montero, Jaime Russo, Armando Russo, Bernardino Valle, Nicolás Martinón, Paco del Río, Agustín Viera, Federico Ramos, Sebastián Socorro, Manolo Navarro y José Prada.

Festival de LA PROVINCIA

Todo dura hasta 1931, en que un temporal -de esos que ahora llamarían de alerta naranja- se llevó el barco hasta la orilla y allí embarrancó y aunque se pudo reflotar, parece ser y según cuenta José Barrera en su libro (Las Canteras, 1900-2000), "ante la imposibilidad de sacarlo de donde estaba, el Ayuntamiento decidió desguazarlo donde mismo había quedado semienterrado", evidentemente hubo partes del barco y restos que no se pudieron salvar y el propio Ayuntamiento: "ordenó que fueran tapados dejando el barco enterrado debajo de la playa, frente a lo que hoy es el Hotel Meliá Las Palmas (Cristina)".

Pero no quedó en saco roto toda esta actividad, ya que en 1932 y patrocinado por LA PROVINCIA se organiza un Magno festival de natación en Las Canteras con el objetivo de: "levantar a su conjuro, la inmensa de afición latente que existe en nuestra ciudad por el más perfecto y saludable de los deportes, que ya hemos dicha que es la natación" (La Provincia, 1932).

Una competición que tuvo todo tipo de pruebas y distancias desde 100, 400 y 1.500 metros, pasando por 50 metros para señoritas y 25 para infantiles, con una gran a participación en la que ya se contaba con clubes como el Club Natación Las Delicias (el nombre del balneario de la playa), el Liceo Cultural Acacia (fundado por las hermanas Acacia y Hortensia Ladeveze), y a los que se une también el incipiente Club Natación Peña La Vieja.

Eso de la salud parece que fue la razón que llevó a la playa al considerado artífice del resurgir de la natación canaria, Julio Navarro Jáimez, hijo del fundador del prestigioso periódico de la época y también en la actualidad: LA PROVINCIA, don Gustavo J. Navarro Nieto, y que después de sus comienzos en la playa, por prescripción facultativa, y cuando fue a estudiar Ingeniería a Madrid, se implica de lleno en la natación competitiva, militando en las filas del histórico Canoe de la capital.

Cuando venía su casa, a Las Palmas de Gran Canaria, en verano para las vacaciones, además de nadar convenció a sus compañeros playeros para formar un club que pudiera competir mas allá de nuestras fronteras a imagen y semejanza de los que había en la Península, como el histórico Canoe, en el que él mismo militaba y así se crea en 1934 el Club Natación Metropole y al igual que ocurriera años atrás con ese binomio hotel-natación, con el Hotel Towers, instalado en Las Canteras, en esta ocasión lo hacen al cobijo del Hotel que les da el nombre, el Metropol, pero que tenía un poderoso atractivo: una pequeña piscina de 20 metros, el famoso Lido, donde además de actividades hoteleras, se les permitió un uso deportivo en el tiempo libre, que utilizaron con entusiasmo los nadadores playeros, pudiendo así experimentar lo que era entrenar en una pileta, aunque fuera sólo de 20 metros.

Primera competición oficial

Y así llegamos a esa considerada primera competición oficial reglada que se disputa en una piscina en Canarias, en agosto de 1934, en la flamante Piscina del Hotel Metropol, aunque la piscina se inaugura en abril de ese año. En esa primera competición oficial, el Metropole no estaba solo, ya que aparte de los nadadores del club anfitrión como Carlos Fleitas, José Jáimez, Antonio Hernández, José Hernández, José Feo, Armando Torrent, Luis Ley y J. Mesa, participaron nadadores de otros clubes como el denominado CN Las Palmas con Rafael René, Indalecio Mentado, José Hernández, O´Shanahan, Lenton y Tacoronte; y el CN Canteras con Luis Mentado, Díaz, Cabrera, Vernetta, Monzón y Macolo.

Por otra parte, la historia de las dos islas capitalinas marchan casi en paralelo, puesto que de esa época es también la fundación en Tenerife de la histórica Sociedad Anónima Balneario Santa Cruz, de 1928, que presidia el recordado alcalde santacrucero, Santiago García Sanabria, formando su primera Junta Directiva nombres como los de Américo López, Felipe Ravina, Bernardo de la Rosa, Félix Claverie, Luis Zamorano y Miguel Llombet y que culminan en 1934 con la construcción del legendario Balneario de Santa Cruz, hecho que ocurre en julio de ese año, con nombres de destacados deportistas como los hermanos Manuel y José Cruz, Guillermo Sureda, José Miguel Delgado, José Ribero, Ireneo Fernández, Julio Rancel, Oscar Díaz, Arturo González, José Arocha, Esteban Mandillo, Acidalio Lorenzo, Silvestre Fox, Arturo Ribero, Manuel García, Sixto Siliuto, Raimundo Afonso, Salvador Villa, Luis Murillo, Adolfo Muñoz, Carlos Benítez, Lorenzo Benítez, Gumersindo González y Oswaldo Hernández, entre otros, de la mano de otra figura histórica, Paco Rancel

Es precisamente en este escenario, en el Balneario donde también se registra la primera competición en la isla de Tenerife y casi casi en Canarias, aunque en realidad la primera competición más o menos fundamentada que se registra es el primer campeonato provincial de natación, hecho que ocurre en noviembre de 1934, y aunque sólo se reconoce como club al Club Natación Balneario, hay un buen grupo de participantes que lo hacen fuera de concurso, como José Pérez Alayón, Domingo Suárez, Manuel de Vera, Marino Herrera, Luis Vernetta, Manuel Ravina, Aristeo González, Juan Asensio, Tomás Galván, Domingo Cruz y Emilio Regidor.

Surge la Federación Canaria

Y llegó 1935 y con él el gran reto de la incipiente natación canaria: participar en el Campeonato de España de Valencia y es ahí donde surge de nuevo la figura legendaria de Julio Navarro, promoviendo la creación de la Federación Canaria de Natación, toda vez que sólo se podía competir en el Campeonato de España por equipos formados por Federaciones Regionales, y lo hacen formando parte de esta primera Federación Canaria cinco clubes: Metropole, Náutico, Athletic y Strangers de Gran Canaria y CN Balneario de Tenerife.

El Consejo directivo de esta primera Federación estaba encabezado por Silvio Montero, el cónsul de Uruguay en Canarias; Juan Gil Hernández, como vicepresidente; Sixto Flórez del Cueto, como secretario; Germán Pírez Pérez, como tesorero; y Rafael Bird Pérez, como contador, mientras que el representante del Balneario de Tenerife, parece ser que fue Paco Rancel, la otra figura mítica de la natación canaria que fue el verdadero impulsor de la natación en la isla de Tenerife.

Así las cosas, se prepara el primer Campeonato de Canarias, antesala del ilusionante debut de Canarias en el Campeonato de España, que ese año de 1935 se disputaría en la piscina de Las Arenas, en Valencia, con 33,33 metros y agua salada como era habitual en la época, del 7 al 9 de septiembre, con natación, saltos y lo que hoy se conoce como Aguas abiertas (2.000 metros).

Este primer campeonato regional, se disputaría los días 17 y 18 de agosto en la piscina del hotel Metropole, aunque en un principio se acordó organizarlo en la piscina del Balneario, al final no se sabe por qué motivos se trasladó a Las Palmas, aunque seguramente algo tendría que ver las dimensiones de la pileta del Balneario tinerfeño, que ya se sabía que era de unos 44 metros.

El caso es que lo que se preparó fue el primer enfrentamiento de dos selecciones, la de Tenerife, formado exclusivamente por nadadores del CN Balneario que era el que estaba en activo, y otra de Las Palmas, que previamente tuvo que realizar un Campeonato oficial de Las Palmas, para decidir su equipo entre nadadores del Metropole, y de los otros clubes federados que habían constituido la Federación: Náutico, Strangers y Athletic.

La selección tinerfeña estaba formado por los hermanos Cruz, José y Manuel, Acidalio Lorenzo y Chelo Bonnet, mientras que la grancanaria lo estaba por Julio Navarro, Juan Díaz (Roque), Ricardo Quesada, Emilio Felipe, Núñez, René, Fernando Navarro y Enrique Martínez, y no faltaron pruebas de infantiles con el tinerfeño Victoriano Alonso y los palmenses José Mª Cordón y Federico Ramos, pero lo que no hubo fue natación femenina, que tuvo que esperar a futuras ocasiones.

Vencedores en este primer campeonato fueron Fernando Navarro en 1.500 libres (23´50"); Julio Navarro en 100 libres (1.08"4/10) y 400 libres (5´46"), Ricardo Quesada en 200 braza (3´35") y 400 (7´44") por parte de los locales, mientras que José Cruz en 100 espalda (1´25") se erigía en el mejor espaldista y Tenerife con los hermanos Cruz y Acidalio Lorenzo, vencían en el relevo 3 x 100 estilos con 4´22"4/10 por los 4´34" 4/10 de los Núñez, Quesada y René, por parte de Las Palmas.

Aunque se realizaron además algunos relevos fuera de concurso como el 5 x 20 o el 3 x 200 libres en los que vencía Las Palmas, con Cordón, Martínez, F. Navarro, J. Navarro y Roque al equipo representante de Tenerife, formado por Alonso, Bonnet, Fox y los hermanos Cruz, al igual que en el de 200 con Tavio, René y Roque, frente a Bonnet y los hermanos Cruz.

Sea como sea y atendiendo a la reglamentación vigente y sólo teniendo en cuenta las pruebas con presencia de nadadores de ambas islas, la puntuación final se inclinó para Las Palmas con 42 puntos, por 26 de los tinerfeños, pero lo importante era haber echado a andar o mejor, a nadar, regionalmente hablando, y ese fue el primer paso, que dejó un grato sabor de boca a todos con una organización correcta y finalizando con: "un animado baile en los salones del hotel".

El gran reto

Y llegó el verdadero gran reto: la búsqueda de recursos para financiar el viaje y a ese objetivo se dedicaron fervientemente nadadores, directivos y simpatizantes en general, que ya eran muchos y la propia sociedad canaria, sobre todo la grancanaria, que se volcó en la búsqueda de esos recursos.

Desde las entidades hasta los prestigiosos hoteles de la época que ofrecieron bailes y otras acciones y veladas artísticas, como el propio Hotel Metropole, que cedió el importe de la entrada de los primeros campeonatos regionales (1 peseta) y lo que recaudaron en la verbena posterior, a la Federación o el Hotel Santa Brígida, con sus tea-danzant, o la Compañía Trasmediterránea, que también apoyó el viaje en barco de nuestros nadadores a Cádiz. "El próximo sábado se celebrará una animada verbena en los jardines y salones del Hotel Santa Brígida, con objeto de recaudar fondos para sufragar los gastos del traslado de nuestros nadadores, para asistir al Campeonato Nacional de Natación que se celebrará en Valencia en los primeros días del próximo mes de .septiembre. Damos a continuación una lista de los señores que han regalado objetos para la tómbola que se ha de instalar en dicha verbena", (La Provincia, 1935).

Hasta el propio Cabildo Insular de Gran Canaria, en la sesión del jueves 2 de agosto de 1935, que presidia Miguel Alonso Jiménez, acordó donar 1.000 pesetas de la época para sufragar el viaje de los nadadores canarios a Valencia, propuesta defendida por los consejeros Carlos Ramírez Suárez y Manuel Hernández Martín, a partir de un escrito de la Federación Canaria y que contó con el informe favorable del secretario, Emilio Valle y Gracia, aunque fue aprobada por unanimidad de todos los consejeros.

Ya se había decidido la selección canaria que habría de competir en tierras valencianas, precisamente a partir de los resultados de ese primer Campeonato de Canarias disputado en el Hotel Metropole y como era lógico se conformó con los vencedores de cada prueba, que había que completar con un segundo, ya que en aquella época el campeonato permitía inscribir a dos nadadores por Federación.

La primera selección

El equipo que se desplazó a la Península en aquella primera aventura deportiva fuera de nuestras fronteras, estaba formado por: Enrique Martínez, Fernando Navarro, Juan Díaz García (Roque), Julio Navarro, Ricardo Quesada, Sebastián Navarro y José Sánchez, que era un agregado del Canoe, ya que nadaría la espalda seguramente en sustitución del espaldista tinerfeño José Cruz, que aunque vencía en esa prueba del regional, definitivamente no viajaba a Valencia, quizás debido a esas cuestiones económicas que tanto lastraron y siguen lastrando el desplazamiento del deportista canario a tierras peninsulares.

Además viajó Antonio Hernández Pulido para los saltos de trampolín y como delegado federativo Juan Gil Hernández, que era vicepresidente de la Federación Canaria. Todos ellos en el vapor Isla de Gran Canaria, con rumbo a Cádiz, el miércoles 28 de agosto de 1935.

La llegada a Cádiz, parece ser que fue el lunes día 2 de septiembre y fueron atendidos por las autoridades deportivas de la época que les facilitaron una piscina para realizar sus entrenamientos, la del club de natación de la ciudad, ya que debían seguir viaje hasta Alicante en el mismo barco y luego continuar en tren hasta Valencia, donde al parecer llegaron el 4 de septiembre, alojándose en el Hotel Europa. Toda una odisea, si tenemos en cuenta que embarcaron en Las Palmas el 28 de agosto.

Y una vez en Valencia pues directos a la piscina de Las Arenas, en la ribera valenciana, para disfrutar del ambiente natatorio que allí se respiraba y para ver a los ídolos y a las figuras de la época que luego habrían de dar un brillante campeonato, con varios récords de España y pruebas disputadas.

Los canarios, humildes, se enfrentaban por vez primera a los monstruos de la natación de quien tanto habían oído hablar. Nadadores de potencias como Cataluña, Castilla, y no tanto como Baleares, Navarra y Vizcaya, pero con el ánimo de ver esa natación que tanto querían y que ahora iban a comprobar si era verdad que nadaban tan rápidos.

Y no les fue muy boyante, que digamos la aventura, sólo unos quintos y sextos puestos en algunas pruebas individuales, como las de fondo de Fernando Navarro y Enrique Martínez o Julio Navarro, pero lo mejor fue sin duda ese éxito moral que supuso subirse a las barbas de Baleares, en el relevo 4 x 200 libres. En aquel momento Baleares aparecía como una pequeña potencia en ciernes, no en vano finalizó tras Cataluña y Castilla en la clasificación y a los que los canarios habían echado el ojo, por si podían dar la sorpresa en la última prueba del programa.

Y así fue porque los Juan Díaz, (Roque), Quique Martínez, Fernando Navarro y Julio Navarro, pusieron toda la carne en el asador y Baleares sólo les pudo sacar al final 2 décimas de segundo, 10´56"8/10, por 10´57", en un magnífico cuarto puesto, lo que llevó la satisfacción a la expedición canaria que veía como después, en la puntuación final, fue penúltima superando sólo a Navarra y siendo superada por la Vizcaína, Valencia, Baleares y las dos potencias del momento, Cataluña y Castilla.

Sabor agridulce

Eso sí, según los cálculos del capitán del equipo, si sólo hubiera puntuación de natación y no se sumaran los saltos o si se hubiera podido disponer de un equipo más completo, con féminas e incluso con nadadores infantiles, se hubiera podido escalar hasta el cuarto puesto, pero no fue así y la primera experiencia de la natación canaria se podía decir que se saldó con un cierto sabor agridulce, pero que no disminuyó para nada el ánimo de nuestros pioneros, que fueron aprender y parece que sí que aprendieron la lección, a tenor de lo que ocurriría en años posteriores.

El propio Julio Navarro decía: "La representación canaria se ha visto relegada en la puntuación final detrás de otras regiones a las que ampliamente superó en las pruebas de natación pura y más singularmente en las de estilo libre. Ello fue debido a la falta de número y especialización en otras pruebas y mientras Valencia obtuvo trece y cuatro puntos en saltos y braza, respectivamente, los canarios no marcaron en ellos ninguno, pero lo principal es que se ha aprendido mucho, se han visto los fallos y se ha abierto el fuego" (La Provincia, 11/09/1935).

Y el capitán de la selección canaria ya daba algunas pistas de lo que aprendió allende los mares y planteaba su estrategia de cara al futuro cuando recuerda aquello de que "los rigores del invierno y la falta de instalaciones cubiertas, impiden la práctica de la natación en las demás regiones. ¿Conclusión? Pues que nuestro clima ideal nos proporciona una magnífica ventaja casi de seis meses que no dudo aprovecharán nuestros nadadores".

Y vaya si lo aprovecharon, pero ésa es otra historia que empieza en los años cuarenta. Éste de 1935 fue sólo el principio, el romper el fuego, que decía Julio Navarro, la puesta de largo o como se quiera llamar. Era la primera vez que Canarias se asomaba a la Península como equipo y eso ya era un hito histórico.

Lo que si esta claro que fue el germen que, en los años posteriores, brotó con fuerza y que dio paso a ese boom que significó la irrupción de la natación canaria en lo más alto del podio de la natación en España, deslumbrando a todo el país, pero lamentablemente fue algo que no pudieron disfrutar dos de sus máximos impulsores: Julio Navarro, en Las Palmas, y Paco Rancel, en Tenerife. Así es la vida.

La puesta de largo

Pero su semilla germinó y de que manera después de ese paréntesis bélico, y así en 1940 vuelve la actividad a las piscinas canarias y empieza a gestarse lo que sería la auténtica gesta, la puesta de largo de la natación canaria: el Campeonato de España de 1941 en Palma de Mallorca, dónde un equipo deportivo de Canarias por vez primera se proclamaba campeón de España y un nadador, Roque Díaz, conseguía el primer título individual de campeón, junto con los que después conseguían Alfonso Weller y Esteban Fernández.

Pero para llegar allí, hubo dos hechos significativos que ayudaron a esa explosión, uno en cada isla. En Tenerife, fue sin duda la construcción de la histórica piscina de 33,33 metros del Real Club Náutico de Tenerife, que junto con el Balneario fue el detonante de la explosión de la natación tinerfeña de aquellos años cuarenta.

Y en Las Palmas lo fue el decidido apoyo del Jefe de la Comandancia Naval de Canarias, el contraalmirante Alfonso Arriaga: quien designó al señor Martel, oficial a sus órdenes, para que en nombre suyo como Jefe máximo de la Marina en este Archipiélago, se pusiera en contacto con los elementos náuticos de los clubes locales y les llevara el apoyo y el consejo de los marinos de Guerra, consiguiéndose de este modo el que el Puerto de la Luz vuelva a ser escenario de grandes pruebas deportivas.

Era el por aquel entonces teniente de navío Ignacio Martel Viniegra, quien tanto supuso para la natación canaria, siendo presidente de la Federación durante muchos años y después incluso a nivel nacional.

Impresionante afición

Ambos hechos junto a la impresionante afición a la natación que había en las islas, consiguieron llevar a canarias a lo mas alto del podio nacional, sorprendiendo a todos, menos al prestigioso periodista Vicente Esquiroz de El Mundo Deportivo de Barcelona, de los pocos que a nivel nacional se había percatado de lo que se estaba gestando en Canarias en lo que a natación se refiere y que ya avisaba del peligro deportivo de los canarios y así lo indicaba en un artículo a finales del año 1941: "Un festival celebrado en Las Palmas el día 24 de diciembre del pasado año (1940), señaló el auge y marcó el resurgimiento de la natación canaria, que sólo era conocida en nuestra Península por un reducido equipo que participó en los Campeonatos de España de 1935, en la piscina de Las Arenas de Valencia".

El caso es que en aquel año de 1941, Canarias inscribió su nombre con letras de oro en el deporte hispano, de la mano de un entusiasta grupo de jóvenes isleños: los hermanos Weller, Alfonso y Raúl; del Deportivo Tenerife; Fernando Navarro y Juan Díaz (Roque), del Metropole; Ramón Díaz, del club PALA; Esteban Fernández y Manuel Cruz, del Iberia; Rafael Miranda, del Price y García Garamendi, del Náutico de Tenerife, bajo la responsabilidad como seleccionador de Pepe Feo y el apoyo técnico de Raimundo Afonso.

Y la sociedad, como en otras ocasiones, respondiendo al llamamiento para recaudar fondos para "nuestros muchachos", con arengas como esta:

Canario: Canarias ha estado siempre a la cabeza del deporte de natación. Tú, con tu, continuador de nuestra gloriosa historia deportiva, tienes la obligación de contribuir con tu máximo esfuerzo a mantenerla (9 de Julio de 1941, La Provincia).

Y así empezó la brillante historia que en estos días ha cumplido 80 años.

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