En la antesala del partido de ida de la final de la Challenge Cup, ¿cómo se siente en una semana tan importante para la historia del club?
Es una semana grande y se nota. Tanto para el balonmano en Las Remudas como en el balonmano nacional. Nos estamos jugando un título continental, casi nada. Llevamos unas semanas donde no hemos parado. Esta misma tenemos dos partidos y no podemos descuidar el de mañana [hoy para el lector] contra el Zuazo antes de ponernos a pensar en la final.
Cuando era una niña como las que están entrenando detrás suya, ¿imaginó que iba a plantarse con su club de toda la vida en una final continental?
[Mira para atrás] La verdad es que no. Sólo pensabas en entrenar, divertirte y mejorar. También en cosas mayores como verte un día en la selección, que es lo que piensan muchas de ellas seguro. Ahora, después de esa etapa, sigues buscando alicientes. Esta copa es lo más grande que podemos jugar a nivel de clubes.
En estos últimos años ha tenido muchos alicientes entonces con finales y peleas hasta las últimas fechas por la División de Honor. ¿Cómo ha vivido esto?
Hemos crecido mucho como jugadoras y como equipo. Antes jugábamos por estar en mitad de la tabla y ahora por ganar una Liga o una Copa del Reina. Ha sido muy bonita esta evolución.
¿Con más intensidad al ser la capitana y llevar aquí toda su carrera deportiva?
Sí, algo sí, incluso vivimos un descenso que es lo peor que se puede sentir como jugadora. Hemos cambiado mucho y lo disfrutas en cada momento.
¿Cómo explicaría el crecimiento deportivo del club en estos últimos años?
Aquí siempre se ha trabajado muy bien la cantera. Eso es lo que hoy en día da el futuro y se ha visto. Otros equipos quizá tiraron más de extranjeras y descuidaban la base. Hoy en día esos equipos han tenido que apostar por la base porque no les queda otra.
¿Qué tal ve a sus compañeras? ¿Están metidas para una semana tan grande como la que viene?
Sí, se respira un ambiente muy bueno, tenemos ganas de hacer historia y llevarnos el título. La Copa de la Reina fue una pequeña decepción. Analizándolo creo que el cansancio acumulado de las semanas anteriores fue lo que nos hizo no poder superar el primer partido.
¿Cómo están físicamente?
Físicamente estamos en las últimas, tenemos una temporada muy larga con los partidos europeos y de liga. Queda un mes todavía de competición y lo vamos a intentar todo para acabar lo mejor posible.
¿Qué saben del equipo turco del Kastamonu?
Primero está el partido contra el Zuazo. Después nos toca pensar en la final. Ya hemos visto algunos partidos de ellas y es un equipo bastante completo, pero creemos que se le podrá plantar cara. Tenemos que intentar igualar la contienda para llegar a casa con opciones de ganar.
¿Se ven con opciones de ganar aún la Liga después del tropiezo contra el Bera Bera en casa?
Hasta el último momento todo puede pasar. El del Zuazo será un partido muy complicado. También tenemos una salida complicada hasta Alcobendas fuera, pero tenemos que ir a ganarlo todo y esperar. No vamos a dejar de luchar.
Es uno de los iconos del balonmano en Canarias. ¿Qué estado de salud le ve?
La verdad que no muy bueno. Antes había tres o cuatro equipos en División de Honor y ya sólo queda uno. Ha bajado el nivel de competición, no el de jugadoras. Nos faltan equipos referentes en la máxima categoría.
¿Se siente usted referencia para las más jóvenes de la cantera y del equipo?
No, me siento una más. Siempre intento ayudarlas en lo que puedo y sacarlas hacia delante cuando veo que están mal.
¿Ve nivel por debajo?
Sí, hay un equipo muy bueno con chicas que incluso ya están jugando con nosotras.
Tiene 34 años y sigue siendo importantísima en el equipo, solo hay que ver sus números.
Yo bromeo con ellas y les digo que estoy viejita, que lo hagan ellas lo mejor que puedan. Pero es verdad que hay partidos que ellas no pueden e intento tranquilizarlas y darles ánimos. La experiencia me dice que tengo que intentar hacerles las cosas lo más fácil posible.
Por edad se supone que está en el tramo final de su carrera. ¿Queda Davinia para rato?
[Se ríe] Llevo tres años diciendo que me retiro. Después de 18 temporadas en División de Honor el cuerpo necesita un descanso y todos los años quiero parar, pero siempre hay algo que me termina motivando. El año pasado fue la Copa de la Reina, que me llevó a estar este año. A ver cómo termino este año, así que lo dejo en el aire.
Entonces, ¿aguantará hasta que regrese Marta Mangué?
[Se ríe otra vez] No sé si Marta volverá antes de eso. Yo creo que ella estará fuera hasta que no pueda más, pero ojalá que sí. Sería algo muy bonito, empezamos juntas desde pequeñas y retirarme jugando con ella sería muy bonito.
Echando la vista atrás, ¿le queda la espina de no haberlo intentado fuera?
Tuve ofertas en su momento, pero nunca he sido una jugadora que haya podido estar muy lejos de los suyos, siempre lo he valorado más que el dinero o el deporte en sí. Mi familia es lo que más necesito.
¿Qué importancia ha tenido el entrenador Paco Santana en estos años?
Mucha. Aparte de ser el entrenador es tu amigo, le puedes contar todo. No es un entrenador, puedes hablar de todo con él. Siempre apoya. Ese punto nos faltaba.
¿Y la portera Silvia Navarro?
Aparte de ser una gran portera es una gran persona. Para nosotras es un lujo. Nos ha salvado partidos donde saca todo.
