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Balonmano Copa EHF Challenge (Final, vuelta)

El cielo es para el Rocasa

El cuadro teldense conquista el cetro europeo con 10 tantos de María Luján y una soberbia Melania ante el Kastamonu turco

El plantel y cuerpo técnico del Rocasa posa con la Copa EHF Challenge de Europa, en manos de las extremos Tiddara y Melania, que lograron 14 tantos ayer en el parqué del Rita Hernández. QUIQUE CURBELO

Las conquistadoras del Viejo Continente. Una generación para la historia. Del instinto felino de Silvia Navarro a la contundencia atómica de Davinia López. La inspiración de Melania o el músculo de Alba. Aquí respira una constelación de magia. Estrellas de barrio, talento infinito. Torrente de pólvora verde, en la cima del universo. El cuadro grancanario, con 10 tantos de la central isleña María Luján, liquidó (33-29) al Kastamonu turco y besa el cetro continental. Tras el (25-29) cosechado en Estambul, las pupilas de Paco Santana dieron una lección de oficio ante 2.000 almas para abrazar la eternidad en el Rita Hernández.

Con un total de (54-62), entran en la historia como reinas del Viejo Continente. 62 puñales en el corazón del ogro turco. La Copa de la Reina de Castellón (2015), que estrenó el palmarés de las reinas del planeta sudor, en una prórroga agónica ante el Bera Bera, se queda pequeña en la vitrina de un club fundado en 1978. El sueño de Antonio Moreno -padre de la criatura, presidente y exentrenador- se forjó en Las Remudas y ahora alcanza tintes planetarios. Melania Falcón (9), Tiddara (5), Davinia López (4), Alba (3), María González (1) y Almudena Rodríguez (1) entraron en la historia con una aportación vital. Con Silvia en plan estelar, en un pulso salvaje, el Rocasa fue superior en todos los aspectos. Pero sobre todo en el emocional, para mantenerse siempre con ventaja. Solo en el primer suspiro, un tanto de Iskenderoglu (0-1, 50 segundos), puso en franquicia a las pupilas de Kalyoncu Osman. El resto, un festival de criterio.

Extremos y puñales

Melania (9 tantos) y Tiddara (5) hicieron de las esquinas un atajo al paraíso. En una batalla de alto voltaje -con las turcas como gladiadoras y siempre al margen del reglamento-, la zona central del ataque isleño sufrió una parálisis. En ese inicio marcado por las dudas, Silvia Navarro alcanzó la excelencia. Almudena -en su único tanto- logró el 1-1 y llegó la segunda acción genial de la meta valenciana. Una mina de oro.

Alba fue amonestada y María Luján, con una obra de arte, puso el balón en la escuadra. Era el 2-1, y las grancanarias ya mandaban en el electrónico. La caldera del Rita Hernández se rendía a la furia de las reina de Europa. Melania, Tiddara y Davinia López mantenían la hegemonía del Rocasa en un duelo indescifrable. Faltas, parones, agresiones y María Luján. Gracias a dos penaltis, la grancanaria firmo el primer despegue amarillo en el tanteador. Con el 8-5, las turcas estaban 'ko'.

El Kastamonu, que sufrió dos exclusiones, en ese ecuador del primer acto, estaba al filo del abismo. Un paradón de Silvia Navarro fue el pasaporte hacia la tierra de prometida para Tiddara. Reflejos y velocidad. La ecuación mágica en la madre de todas la batallas. La extremo se montó en su Ferrari amarillo y dejó sus pisadas en el parqué. Había tomado la Luna. No había manera de frenar al ejército de Paco Santana y Carlos Herrera. Llegó el 13-8 con otro tanto de Luján. El Rocasa estaba desatado, y acariciaba el cinturón de dorado.

Apareció entonces la relajación. Las jugadoras teldenses se vieron en Hollywood, junto a Brad Pitt. En mitad del éxtasis, llegó el diablo. Carbune y Demircelen -que terminaron con 7 tantos- inciaron la operación 'conquista del desierto'. El bloque de Kalyoncu fue un terremoto. Un tsunami de músculo y precisión. Comenzaron a caer parciales con cianuro. Había un enemigo, que renacía de las cenizas. Llegaron los fantasmas pero Davinia López -la gran capitana- sacó su ametralladora.

A base de cañonazos, gestionó un cómodo 16-11 con el que se alcanzó el ecuador. Cinco tantos de renta que valían de escudo antimisiles. Maravillaba el Rocasa con su baile infernal de 'contras' y lanzamientos exteriores. Un cóctel mólotov.

Restaban 30 minutos para convertirse en eternas. Pero el destino, igual que en los últimos cuatro años, con un expediente eterno de finales perdidas ante el Bera Bera, fabricó un nuevo clima de desconcierto. Comenzó a perder balones el bloque de Santana, que se refugiaba en la contundencia de Alba y Yacaira en el pivote. Faltaban ideas. Se agotó el combustible. El Kastamonu logró ponerse a tres tantos. El festival de María Luján y Tiddara no fue suficiente -24-21, minuto 45-.

Tensión ante el despertar

La pareja de jueces serbias desquició al estratega Santana y Sakizcan y Carbune sacaron la guillotina. Las turcas insistían a base de orgullo. Pero la central, que estuvo sublime, en el mejor partido de su carrera, plasmó la paz en el electrónico. Con ese 27-22, ya solo restab an once minutos para alcanzar la gloria. Ya no se podía escapar la medalla de oro. Se mascaba la épica.

A la nómina de pistoleras, en esa fase de divismo, apareció la tinerfeña María González que dejó atrás una grave lesión. Su gol ilustra el esfuerzo y pasión de un vestuario gigante. Con Melania y Tiddara como reinas del baile, el 33-27 provocó una lluvia de champán. Restaban tres minutos y el Rocasa tenía un continente a sus pies.

El éxito fue coral, con secundarias de lujo como la portera Dara Hernández dejando su firma para la posteridad en el parqué del Rita Hernández. Un trabajo científico, preciso y hermoso. Campeonas desde el padecimiento y ante casi tres mil almas enloquecidas.

Un volcán de pasión y locura late por sus majestades. Se engorda un ciclo de glamour. Segundo título consecutivo para las monarcas de Las Remudas. Y aún falta la División de Honor -la Liga y en la que mantienen un agónico pulso con el Bera Bera-. Silvia y Luján, una pareja para el delirio, acabó con el orgullo del Kastamonu. Melania y Tiddara se hicieron multimillonarias con un carrusel de galopadas hacia la tierra prometida. La EHF Challenge Cup pone el broche de oro a casi cuatro décadas de trabajo artesanal de cantera. Del patio de Las Remudas a tomar el Viejo Continente.

Bajo un manto de lágrimas, las gladiadoras de Santana se han ganado un trozo del cielo. Junto al Roque Nublo, ya forman parte de la bandera de Gran Canaria. Reinas de oro y pasión. Europa es amarilla. Bendito ejército para el delirio.

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