El Madrid disputará ante el Atlético de Madrid su decimocuarta final de la Copa de Europa, una competición con la que guarda un idilio especial con historias marcadas por el éxito y las pocas derrotas, en concreto sólo tres en los trece partidos decisivos que ha jugado desde 1956.

Ese es el bagaje total del conjunto blanco, que aspira a ganar su undécima Copa de Europa el sábado frente al Atlético de Madrid, su anterior rival en una final, la de 2014. Aquella fue el último ejemplo en el que los blancos alzaron la "orejona", con un gol milagroso de Sergio Ramos que provocó una prórroga. El resultado final: 4-1.

Pero antes hubo otros marcadores. Casi todos favorables con algún pequeño bache. El primero de todos, en 1962, cuando el Madrid perdió ante el Benfica de Eusebio. El conjunto portugués logró su doblete a costa del cuadro madridista, que ya entonces sumaba cinco títulos.

Con Miguel Muñoz en el banquillo y con Alfredo Di Stéfano como director de orquesta, el Madrid perdió 3-5 en un partido trepidante en el que Puskas logró un triplete estéril. Con todo igualado, a falta de veinte minutos, aparecieron Coluna y Eusebio para marcar y evitar la sexta Copa de Europa blanca.

La siguiente decepción llegó solo dos años después y fue un partido grabado en letras de oro para todos los aficionados del Madrid: fue el día en el que Alfredo Di Stéfano vistió por última vez la camiseta madridista. Ocurrió el 27 de mayo de 1964 y el Inter de Milán se encargó de acabar con la etapa madridista de la "Saeta Rubia".

En la escuadra italiana brillaban nombres como Luis Suárez, Corso o Fachetti y entre los tres desquiciaron al Madrid, que perdió 1-3. Llegó ir 0-2, Felo recortó distancias con un gol en el minuto 69 y Mazzola, en el 76, sentenció. Desavenencias de Di Stéfano con Miguel Muñoz por la táctica empleada, provocaron la salida del club del jugador madridista.

La tercera derrota en una final la sufrió el "Madrid de los García" en 1981, que entrenaba Boskov. El Liverpool se encargó de frustrar la séptima Copa de Europa blanca con un gol de Kennedy que decantó el partido del lado inglés tras aprovechar un error de García Cortés en un despeje. El resto de finales acabaron en victoria madridista. La primera, en 1956, inició una serie de cinco seguidas irrepetibles. Para la sexta el Madrid tuvo que esperar a 1966, desde 1960, pero la espera fue mucho mayor para incorporar a la sala de trofeos la séptima, en 1998. En 2000 y 2002 volvió a ganar y cierra de momento la serie el triunfo de hace un par de años.