Los truenos y rayos se alejan, de momento, del Herbalife Gran Canaria. El temporal eléctrico que se instaló estos días en la Isla no ha tocado al conjunto de Luis Casimiro, al que ya le había llovido bastante en el último mes. Porque el conjunto grancanario sumó su segunda victoria -además de manera consecutiva- en la Liga Endesa para dejar atrás las nubes y volver a ver el sol. Lo hizo lejos de la Isla, en Murcia ante el UCAM, con un triunfo de oficio y solvencia que le permite dejar atrás el chaparrón del 0-4 con el que arrancó la ACB.
El Granca, lejos de florituras, sacó el partido con casta, oficio y un extra de valor. Y es que los casi 20 puntos de ventaja que dejó el resultado final (57-76) tiene muchos matices. Al inicio del último periodo, el definitivo, los murcianos tenían al Granca a tiro tras una canasta de Benite que dejaba la distancia entre uno y otro equipo en tres puntos. Un detalle que muestra la mejoría del Granca, que supo manejar mejor los momentos clave del partido, asunto que en la Liga Endesa se le había atragantado.
Antes de todo eso, el Granca se repuso al primer golpe inicial. El UCAM salió mejor al partido con un 5-0 de entrada. Salin, con un triple, y Hendrix remendaron el asunto en un cuarto que no será recordado por su brillantez. Ni en uno, ni otro lado de la pista había un alarde de buen juego. Eso sí, el Herbalife al menos tiene claro desde donde debe empezar a crecer. Porque la defensa amarilla, de manos, atenta a la línea de pase e intensa hizo dudar a los hombres entrenados por Óscar Quintana.
A falta de cuatro minutos, el Herbalife sumaba un nefasto 1/9 en tiros de dos. Era una enfermedad contagiosa, porque el Murcia se embriagó con aquel desacierto. Hendrix, potente y firme en la zona, se buscó su hueco. Con un par de canastas inició un parcial de 0-9 que cortó Antelo con un triple para cerrar los primeros diez minutos con un pobre 10-14 en el tanteo.
Triplista por un día
El segundo cuarto arrancó como acabó el primero: triple directo del UCAM Murcia. Tras los primeros diez minutos de tanteo, de cortesía, donde uno y otro equipo pasaron rueda de reconocimiento, UCAM y Herbalife seguían a lo suyo. Ambos equipos estaban empeñados en que se pusiera por delante en el electrónico el equipo que menos mal lo hiciera. Sí, el que menos mal lo hiciera, no el mejor. Porque el partido carecía de viveza, frescura y esplendor.
Llompart y Oliver se marcaron un duelo de profesores. Primero golpeó el amarillo con canasta y asistencia a Rabaseda (13-18); después llegó el turno del mallorquín, que le tomó el pulso al partido. El veterano base empezó a manejar mejor el tempo, a darle la calma necesaria para trenzar el juego alrededor de la bombilla amarilla. Le vinieron bien esos minutos a los católicos, que encontraron fisuras en la defensa de los claretianos. Una técnica por flopping de Kyle Kuric le valió al Murcia para ponerse por delante: tiro libre de Llompart, canasta fácil de Benite y remate de faena de Faverani. Partido empatado y vuelta a empezar (20-20).
El atasco ofensivo grancanario se resolvió de una manera tan heterodoxa como eficaz. En el 6,75, una zona de la cancha donde planta su cuerpo en busca de bloqueos y continuaciones, Hendrix se sacó dos triples consecutivos que dejó boquiabierto al Pabellón de los Deportes de Murcia.
Ese arreón le valió al Granca para desperezarse y sellar un 0-10 de parcial (20-30) que le dio alas a los de Luis Casimiro. Pocious, el ex del Real Madrid, tuvo que salir a escena para romper el parcial. Seis puntos desde el 6'75, con contestación de O'Neale de tres entre uno y otro triple, para mandar el partido al descanso. Un tiempo de coger aire donde el Granca se fue con un colchón de siete puntos (26-33).
Si una de las principales preocupaciones del Herbalife Gran Canaria -y de cualquier equipo que juega frente al UCAM- no había aparecido durante toda la primera parte, su revelación llegó en cuanto se reanudó el choque. Facundo Campazzo quiso coger las riendas de su equipo y del choque. En unos segundos estrenó su casillero con cinco puntos -los únicos que consiguió en todo el partido- para acercar de nuevo a los suyos (31-35). Fueron minutos donde el Granca sufrió, pero que solventó de una manera excelente.
Báez inició un parcial de 3-14, donde el tiro libre se alió con el Granca. En parte, por las dos antideportivas regaladas por el UCAM. Un empujón que colocó al Granca con 16 puntos de ventaja (36-52). Parecía que la segunda victoria estaba muy cerca para los amarillos, pero la grada pimentonera levantó a los suyos. Ellos y un Pedro Llompart disfrazado de Campazzo. Guiados por él, los murcianos se estiraron. Tanto que, con un parcial de 13-2, dejaron la renta amarilla en sólo cinco puntos (49-54) que pudieron ser tres si no llega a ser porque Sadiel Rojas se pasó de rosca con un mate.
El Granca no quería repetir la película de otras ocasiones. Benite puso a los suyos a una canasta de igualar la contienda (51-54), pero el Herbalife esquivó la tormenta. Bajo la batuta de McCalebb y con un Kuric pletórico -12 puntos en ese cuarto- para lanzar al Herbalife, enterrar al UCAM y volver para casa con un 2-4 en el casillero. Cuarto perfecto (8-22) y la segunda victoria hecha. La tormenta ya ha escampado.
