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Baloncesto Liga Endesa (10ª jornada, la crónica y reacciones)

Bo McCalebb comanda la tropa

El estadounidense, fundamental en la importante victoria del Herbalife Gran Canaria ante el Estudiantes

Bo McCalebb intenta zafarse de la presión de Omar Cook, durante un lance del choque de ayer en Madrid. EDU CANDEL / LOF

Fue la de ayer, ante el Estudiantes, una victoria que saca a relucir el carácter competitivo del Herbalife Gran Canaria, y que deja ya en el olvido el inicio nefasto de cuatro derrotas consecutivas. El quinto triunfo en el casillero claretiano lo acerca más al objetivo del primer tramo liguero: la clasificación para la Copa en Vitoria. Por delante todavía quedan escollos duros que superar, como el Barcelona y el Baskonia -rivales a los que se vencieron para alzarse con la Supercopa-, por lo que evitar cualquier tropiezo es vital.

El Granca, que tuvo a Bo McCalebb como su mejor hombre, tenía enfrente a un perseguidor inmediato en la clasificación -décimo con un 3-5 de balance-, con sensaciones encontradas y un Edwin Jackson estelar, comandando la tabla de máximo anotador de la Liga Endesa. La escuadra de Maldonado, que actuaba mermada por los problemas físicos, se mostró como un rival correoso que vendió cara la derrota.

Llegaba el conjunto amarillo a la capital con el balance en liga negativo, después de haber perdido la jornada anterior ante el Real Madrid y ver rota la racha de cuatro victorias consecutivas. Ayer, ante el Estu, la oportunidad de sumar otro triunfo al casillero no se escapó.

El Palacio de los Deportes, cancha caliente cuando acoge a los colegiales, y más con su fiel Demencia, tiene esa honorabilidad de recordar con cariño a los que formaron en sus filas. Luis Casimiro, Xavi Rabaseda, Albert Oliver y, sobre todo, Kyle Kuric; así lo sintieron cuando fueron aplaudidos en el acto de presentación inicial.

Ritmo frenético

Pero ahí se acabaron los halagos. Desde el salto inicial, no hay amigos en la cancha para la hinchada local. El comienzo fue fulgurante para los claretianos. Entre Báez y Salin anotaron los cuatro primeros puntos en menos de veinte segundos. Oliver, que saltó ayer en el quinteto inicial, aportó un plus de liderazgo a los insulares. En los primeros compases se le vio recorrer la pista sin casi coger aliento para descansar. Robos -dos en tres minutos-, triples y asistencias; no había cosa que el base catalán se privara de realizar.

Los de Maldonado, por su parte, fieles a su estilo: correr y disparar. Jaime Fernández ejecutó a la perfección la mejor amenaza de su equipo con tres triples de cuatro intentos, lo que le permitía mantener el marcador (12-13, min. 5). Al implantar mayor consistencia en la defensa de la línea de triple los de Casimiro, cambió de estrategia el Estudiantes. Explotaba la pintura con Traoré imponiéndose a Pasecniks en el cuerpo a cuerpo. Así se llegó al 22-18 del primer cuarto.

En el segundo acto, Aguilar dio un paso al frente, ese que tanto se le reclama. Sumó siete puntos en su tarjeta personal en tres minutos. Antes, los árbitros empezaron a verse presionados por las quejas del público, que no pararon de protestar las decisiones de los colegiados, lo que a veces los llevó a compensar a los locales señalando faltas a los amarillos. La tercera personal de Jaime Fernández y la posterior antideportiva a Wilson hizo estallar a la Demencia.

Llegado al ecuador del cuarto, con ambos equipos en bonus, sólo un triple de Cook (38-34, min. 17.) fue canasta de campo. Las demás llegarían desde la línea de tiros libres. El silbato de Daniel Hierrezuelo no contentaba a ninguno de los dos equipos. Ni tan siquiera a Savané, que se levantó del banquillo en varias ocasiones para protestar las decisiones de los árbitros. Y así se cerró la primera parte con 42-41 para los estudiantiles.

Reanudado el partido, el marcador empezó a decantarse para el Herbalife. Un parcial de 0-8 con dos triples, uno de McCalebb y otro de Aguilar -la amenaza amarilla en este tramo-, despegó a los amarillos. Estos, incluso al verse en bonus a los cuatro minutos del periodo, supieron lidiar con este hándicap. McCalebb, errático en la primera parte, empezó a carburar y a desplegar su juego sobre el parqué madrileño. Un '2+1' del de Nueva Orleans para poner el 52-59 en el minuto 26 silenció a la infatigable hinchada del Magariños.

Sin sobresaltos

El Estu se encomendó al máximo anotador de la Liga Endesa, Edwin Jackson, para que intentara solucionar los problemas. Lo acompañó en la anotación Fernández. Aun así, dos jugadores pocas veces pueden batir a un equipo. Los amarillos, que se repartieron responsabilidades, cerraron el cuarto como la mejor de las orquestas.

Hendrix aportó garra en la pintura, una de las pocas debilidades que puede tener el Granca con la baja indefinida de Planinic. El de Alabama sumó ayer cuatro robos en su haber -al igual que Oliver-. En ataque, Bo McCalebb, con las riendas del equipo tomadas, apareció en los momentos en los que el Estudiantes se acercaba tímidamente en el luminoso. Una de sus características internadas al aro, seguido de un robo en mitad de pista para asistir en el contraataque a Kuric, sepultaba los posibles aires de recuperación de los de Maldonado (68-74, min. 35).

En los últimos compases, se intercambiaron fallos en ambos equipos. Esto propició el paso del tiempo y agotar las opciones de remontada local. McCalebb, con cuatro de los últimos puntos amarillos, supo hacer frente al buen hacer anotador de Jackson (27 puntos). Un acierto de Hendrix firmó el (78-86).

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