El negocio de los juegos de azar también está en crisis en Canarias. El Ejecutivo ha dejado de recaudar algo más de 38,86 millones de euros por la caída de la actividad en los casinos y por la venta de cartones de bingo en los siete primeros meses de 2009. El sector avisa de que se han cerrado ocho bingos -casi una quinta parte del total- y se han despedido a unos 400 trabajadores. Al tiempo, se han retirado de la circulación 633 máquinas recreativas en dos años.

El grito de '¡hagan juego, señores!' tiene cada vez menos eco. Las altas tasas de paro y la caída de los ingresos familiares pasa factura a las empresas del sector y a la administración. El Gobierno de Canarias recaudó casi 151,04 millones entre enero y julio por la venta del cartones en los bingos. Esto supone una disminución de los ingresos superior al 18% respecto al mismo periodo del año pasado. Esto es, 33,54 millones menos.

De la misma forma, los ingresos procedentes de los siete casinos que hay en el Archipiélago se han vistos mermados por la ausencia de jugadores. En los primeros siete meses la administración regional obtuvo poco más de 18 millones, un 22,80% menos que en el citado periodo del años anterior.

La reducción del gasto en juegos de azar también se está dejando sentir en el número de máquinas tragaperras que se encuentran en bares, restaurantes y centros especializados. En dos años se han quitado de la circulación hasta 633 máquinas tragaperras, mientras la recaudación ya sufrió el pasado año una merma del 1,5%.

Los empresarios aseguran que la crisis ha obligado al despido de unos 400 trabajadores como consecuencia del cierre de unos ocho bingos en el conjunto del Archipiélago, lo que representa cerca de una quinta parte del total. Pero, a su vez, temen por el futuro de otros negocios del sector del juego que están atravesando también por serias dificultades económicas.