Las servidumbres aéreas decretadas por el Ministerio de Fomento para el aeropuerto de Gran Canaria dejan fuera de juego la central hidroeólica de Chira-Soria, diseñada para almacenar los excedentes de energías limpias generados en los parques eólicos del sureste de la Isla. Las balizas para el seguimiento del tráfico aéreo, la más lejana colocada a casi 13 kilómetros del aeródromo, configuran una zona de exclusión que impide la instalación de once de esos quince parques eólicos, adjudicados en el concurso de 2007. "Si no hay parques, no hay central", explicó ayer el presidente de la Asociación de Adjudicatarios del Concurso Eólico de Canarias, Claudio Palmés. La inversión prevista para la construcción y puesta en funcionamiento de la central es de 500 millones de euros.

La central de Chira-Soria se ideó para que la energía generada por los molinos en momentos de escasa demanda de electricidad, por ejemplo por la noche, no se pierda. Esa energía se utilizaría para bombear agua desde la presa de Chira a las de Soria y Las Niñas, que se encuentran en un nivel superior. Cuando la demanda de energía eléctrica por parte de ciudadanos y empresas vuelve a incrementarse, se suelta el agua, acción que provoca una liberación de energía que se vierte a la red.

Claro que si las dos balizas -DVOR y NDB- impiden la instalación de los parques eólicos justo en la zona de vientos más intensos de Gran Canaria, no hay energía que almacenar. Pierde todo el sentido la central hidroeólica.

Palmés incide en el hecho de que en la isla de Mallorca existía un problema similar y se varió la ubicación de las balizas. La asociación que preside, junto a la Mancomunidad del Sureste, encargaron un estudio a la consultora alemana Cassidian, una de las más solventes del mundo en materia de seguridad aérea. "El informe concluye que las balizas se pueden mover sin problema", señaló Claudio Palmés.

No es el único trabajo que ha analizado la ubicación de los elementos para el seguimiento del tráfico aéreo en Gran Canaria. La propia Viceconsejería de Industria y Energía del Gobierno de Canarias sometió el problema al juicio de Prointec, otra consultora de reconocido prestigio. Obtuvo el mismo resultado.

Lo más preocupante para poder pensar en un incremento de la producción con energías limpias en la Isla es que el encontronazo con el ministerio que ahora dirige Ana Pastor se remonta al año 2006, cuando era Magdalena Álvarez la titular del departamento. Como recuerda Palmés, entonces el Gobierno de Canarias aprobó la repotenciación de los parques ya existentes. Fue imposible en la mayor parte de los casos. Seis años después nada cambia.

Tanto es así que la anterior Corporación en el Cabildo demandó a Fomento -ambos entonces en manos del PSOE- por impedir el desarrollo de la Isla. Ahora en las dos administraciones manda el PP y hasta el momento continúan sin aparecer soluciones.

A manos de Pastor han llegado más reclamaciones. En marzo pasado la propia Mancomunidad del Sureste, numerosos promotores de energía eólica y hasta colectivos empresariales afectados por las servidumbres interpusieron reclamaciones por daños patrimoniales.

"Las balizas se pueden mover y de hecho se han movido en otros lugares. ¿Por qué aquí no?", se pregunta el presidente de la Asociación de Adjudicatarios del Concurso Eólico de Canarias. Los empresarios se muestran incluso dispuestos a participar en la financiación del traslado. El coste del cambio de ubicación de la baliza DVOR, la más moderna, se calcula en 1,5 millones de euros, mientras que el de la NDB está entre 300.000 y 400.000 euros.

"Tampoco queremos que se haga el traslado de un día para otro", asegura Claudio Palmés, "pero sí al menos que se ponga sobre la mesa un calendario". De momento, lo único que obtienen los empresarios canarios y las administraciones de las Islas son negativas, cuando no un silencio que amenaza con acabar en los tribunales.