En medio del revuelo creado por el cese de operaciones de Islas Airways, Ryanair saltó ayer a la palestra para confirmar su "interés en operar vuelos entre las islas". Eso sí, con condiciones como el levantamiento de las "restricciones" que deben afrontar las aerolíneas, en alusión a la obligación de servicio público que rige el mercado interinsular. Ese régimen obliga a las compañías a un número determinado de frecuencias, plazas e incluso itinerarios a cubrir.

El responsable de Marketing y Ventas para España, Luis Fernández-Mellado, responsabilizó a esas restricciones "sin sentido" de la carestía de los billetes para viajar de una isla a otra. "A día de hoy es posible volar más barato a Londres que entre islas", explicó. Como ejemplo, comparó el vuelo de Ryanair entre la capital inglesa y Tenerife reservado ayer para el próximo 28 de noviembre -"35 euros"- con otro para las mismas fechas entre Los Rodeos y Lanzarote -"63 euros"-.

"Ryanair siempre ha dejado la puerta abierta para negociar con el Gobierno de Canarias el levantamiento de estas restricciones para poder operar en el mercado insular ofreciendo competencia, que se traduce en protección de los consumidores y tarifas más bajas", afirmó Fernández-Mellado.

El paso adelante dado por la low cost irlandesa llegó horas después de que el presidente canario, Paulino Rivero, afirmara que hará todo lo que esté en su mano para propiciar la competencia en el transporte aéreo interinsular de viajeros.

Claro que esa iniciativa de Rivero tiene red. El Gobierno canario no está por la labor de proceder a una liberalización total del sector ni siquiera en las rutas más rentables. El motivo es que el mapa de servicio está montado como un castillo de naipes, de tal modo que operar en alguno de los trayectos que más beneficios aportan a las compañías conlleva prestar servicio en otros de baja o nula rentabilidad.

Disponibilidad presupuestaria

Tampoco atrae en el Ejecutivo la opción de abrir de par en par y sin condiciones las puertas en las cuatro rutas estrella -Gran Canaria-Tenerife, Gran Canaria-Fuerteventura, Gran Canaria-Lanzarote y Tenerife-La Palma- y dejar que una buena parte del resto se operen en régimen de obligación de servicio público subvencionado.

El temor es que quedarían sometidas a disponibilidad presupuestaria y, en los tiempos actuales, nadie quiere depender cada año de que Madrid tenga a bien incluir en sus cuentas las aportaciones que deberían recibir las compañías por cubrir esos trayectos.

El responsable de Marketing y Ventas para España de la aerolínea que preside Michael O'Leary aseguró que las "restricciones vigentes (...) van en detrimento de los usuarios" y señaló que son el principal "obstáculo para Ryanair a la hora de plantear" la posibilidad de irrumpir como competencia de Binter.

El pasado mes de julio, Ryanair anunció la eliminación de 21 rutas desde las Islas al exterior, además de reducir frecuencias en otras 32. El motivo expuesto en aquella ocasión por el vicepresidente de la línea aérea, Michael Cawley, fue el incumplimiento por parte del Gobierno de Canarias del sistema de incentivos que habían pactado y que suponía 10 millones de euros entre 2013 y 2015.