Misión: proteger la producción local. Estrategia del Gobierno de Canarias: subir los tributos a los productos que vienen de fuera, entre ellos estudia duplicar del 5 al 10% el tipo impositivo aplicado a la papa, cuyo consumo ha aumentado en las Islas debido a la crisis. Antaño este cultivo logró autoabastecer al Archipiélago e incluso su excedente comenzó a ser exportado, pero ahora vive horas bajas. De ahí que los agricultores hayan puesto el grito en el cielo y reclamado auxilio al Ejecutivo, que ha encontrado en la renovación del Arbitrio a la Importación y Entrega de Mercancías (AIEM) la oportunidad para socorrer al sector primario.

El AIEM, que cuenta con partidarios y detractores, comenzó a aplicarse en 2002, aunque antes hubo un impuesto similar entre los años 1991 y 2001. Gracias a este gravamen, que repercute directamente en los precios en la cesta de la compra, la comunidad autónoma recauda anualmente cerca de 130 millones de euros.

En la actualidad, el AIEM fija un impuesto a 115 partidas arancelarias. La propuesta que el Gobierno ha remitido a Bruselas, con el plácet del Ejecutivo estatal, instaura una horquilla de tipos entre el 5 y el 15%, por lo que en muchos casos se duplica o triplica respecto al inicial, además de que la nueva relación persigue gravar 141 mercancías, es decir incorpora 26 partidas.

´Chips´ y helados

En esta línea, a las papas frescas o refrigeradas procedentes del exterior se les incrementará la carga impositiva hasta el 10%, mientras que el nuevo AIEM introduce también un gravamen del 5% para las papas en rodajas finas, fritas, incluso saladas o aromatizadas, en envases herméticamente cerrados, idóneos para consumo inmediato (papas fritas tipo chips).

Entre otras novedades, el listado incluye un 5% de tipo impositivo para cacahuetes; carne de cabra fresca o refrigerada; las preparaciones de belleza, maquillaje y para el cuidado de la piel; morteros y hormigones no refractarios (ignífugos), los quesos frescos (sin madurar); harina de cereales, excepto de trigo; almendras y pistachos tostados; jugo de uva (incluido el mosto) y también el 5% para el papel de cocina y los rollos multiusos. Asimismo, aumentará al 10% el impuesto al agua mineral natural o artificial gasificada, al igual que se eleva al 15% a los helados importados, las cebollas, chalotas, ajos y puerros, y las piedras de talla o de construcción trabajadas que vengan de otros territorios, entre otros.

Con esta modificación en el AIEM el Ejecutivo pretende reguardar a la industria y producción sobre todo agrícola de las Islas, cuyos intereses chocan con la mercancía foránea. Por tanto esto va dirigido a beneficiar por ejemplo a las plantaciones de papas, vid, cebollas y a la cantería de Arucas. Si bien, ello conllevará que se disparen los precios no sólo de los productos importados, sino también de los propios de las Islas, confirman diversas fuentes.

Pero ¿es la producción local suficiente para abastecer al Archipiélago? Los datos estadísticos demuestran que no. Resulta paradigmático el caso de los tubérculos. En las Islas se llegaron a cultivar hasta 20.000 hectáreas de papas en los años 70, lo que permitía alimentar a los residentes y exportar 30.000 o 40.000 toneladas. En los últimos años la superficie se ha reducido a 3.858 hectáreas y emplea a 15.000 personas (directa e indirectamente). Se producen 61.994 toneladas (51,37%) de papas, mientras se importa el 48,63%, es decir, 58.696 toneladas, según los últimos datos del Istac.

Se da la circunstancia de que Canarias tiene el consumo per cápita de papas más elevado de España: 40 kilos por habitante y año, un consumo que crece por la crisis, ya que es "un producto refugio y básico en todos los platos que se hacen en los hogares isleños", resalta el presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Rafael Hernández.

Las importaciones de papas desde Chipre, Reino Unido o Israel perjudican las ventas de los productores locales. El presidente de la Asociación de Agricultores de Las Palmas Asaja, Roberto Góiriz, alega que el AIEM es un impuesto "proteccionista para determinados productos tradicionales". "Las papas que vienen de fuera lo hacen con unos precios irrisorios, con un tipo impositivo insignificante y entonces no se protege la papa local", apunta Góiriz, cuya organización se alió con la Asociación de Agricultores y Ganaderos (Asaga) de Canarias para elevar al Gobierno regional su propuesta de actualización del AIEM, que propicie la reactivación del sector primario.

El representante de Asaja reconoce que la producción local de papas ahora no da para cubrir la demanda interna y sitúa la raíz del problema en su desprotección. "Si no se protege más a través del AIEM no quedará una papa en los terrenos de las Islas. De entrada no vamos a abastecer todo, pero esto incitará a los agricultores a plantar y regresar al campo", considera Góiriz, convencido de que, en cuanto Bruselas bendiga el próximo arbitrio, será el primer paso para erradicar el mensaje entre la ciudadanía de que "el 90% de lo que consumimos aquí viene fuera".