El presidente ejecutivo de Repsol, Antonio Brufau, ofreció ayer a los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura la posibilidad de instalar en alguna de las dos islas el centro de operaciones para los sondeos con los que la multinacional intentará constatar la presencia de hidrocarburos en las aguas que separan las islas del continente africano. La multinacional petrolera prevé iniciar dichos trabajos en mayo y, prácticamente descartado el muelle de Arinaga, según confirmaron ayer fuentes internas, en el estudio de impacto ambiental presentado el pasado verano solo resta la posibilidad de ubicar la base logística en el Puerto de la Luz.

Brufau y los suyos tienen meridianamente claro que no existe posibilidad alguna de que la inversión prevista cristalice en ninguna de las dos islas más orientales, pero prefirió que fueran los presidentes de sus cabildos quienes den carta de naturaleza a la negativa. Avanzando que él no está en condiciones de fijar plazos de respuesta a las instituciones insulares, sí consideró que "entre quince y veinte días" es un tiempo razonable. A partir de ese momento, la persistencia del silencio equivaldría a una negativa.

Rápida respuesta

Le sobraron 19 de esas fechas, ya que en cuestión de escasas horas contaba con el rotundo rechazo de Mario Cabrera y Pedro San Ginés, presidentes de Fuerteventura y Lanzarote, respectivamente.

El Puerto de la Luz y de Las Palmas, el único que realmente la petrolera consideraba posible a tenor de la firme oposición de las otras dos islas de la provincia, dará el sustento a un proyecto exploratorio que supondrá una inversión de "unos 260 millones de euros", según avanzó el propio Antonio Brufau. De ellos, 39,3 millones -el 15%- revertirán directamente en las Islas.

Repsol necesitará encontrar en el recinto portuario capitalino una superficie de 17.000 metros cuadrados "para maniobras" -almacenaje en exterior e instalación de grúas para 250 toneladas, principalmente- y una nave de otros 900 metros cuadrados.

"Me gustaría ni contemplar que digan que no a generar riqueza. No estamos sobrados de empleo", resaltó Brufau, antes de que Cabrera y San Ginés rechazaran con contundencia el ofrecimiento. "La podemos poner en Las Palmas, no pasa nada, pero donde tengamos la base logística se va a generar empleo y los políticos, igual que los empresarios, tenemos que levantar un poco la vista para ver qué es lo mejor; si dicen que no, alguien dentro de veinte años se arrepentirá", auguró el presidente de Repsol.

La primera zona a sondear será la conocida como Zanahoria, que cuenta con mayores posibilidades de éxito; hasta un 20% en el mejor escenario posible. La distancia desde ese punto a Lanzarote es de 51 kilómetros. En caso de hallar crudo o gas, Plátano será el siguiente enclave marino para explorar el subsuelo marino, pero si Sandía fracasa, será Zanahoria el que entre en escena.

Tener la base operativa en Gran Canaria multiplica la distancia entre la zona caliente y la costa. Sin embargo, el presidente ejecutivo de Repsol afirmó que eso abarata el proyecto. "Hacerlo en estas dos islas nos va a costar más dinero que en Las Palmas", señaló, aduciendo que el puerto grancanario cuenta ya con la práctica totalidad de las infraestructuras que va a necesitar la petrolera para poder operar.

Sin embargo, la multinacional debe moverse rápidamente para cumplir el calendario y el primer escollo serio a salvar es la falta de espacio a la que actualmente se enfrenta el principal recinto portuario del Archipiélago. Brufau incluso se mostró abierto a la posibilidad de tener que instalar el centro de operaciones en Marruecos, si bien aclaró que esa es una posibilidad remota, en la seguridad de que hallará una solución en las Islas.

En otro orden de cosas, Antonio Brufau aseguró que los argumentos de daños al medio ambiente y el consiguiente fin del turismo no se sostienen. En la base de su afirmación colocó el ejemplo de Noruega, "el país medioambientalmente más potente del mundo" y en el que "cada año se perforan cientos de pozos. ¿De qué estamos hablando?", se preguntó.

Al respecto se interrogó sobre por qué desde las instituciones del Archipiélago se "asusta a los turistas", en referencia a las informaciones sobre posibles catástrofes. Del mismo modo, aseguró que las cartas hechas públicas por varios turoperadores interesándose por la situación no fueron "iniciativa" de ellos y las calificó como "fotocopias", al igual que la mayoría de las alegaciones presentadas al estudio de impacto ambiental sobre las prospecciones hecho público en verano. "En realidad no son más de diez o doce", afirmó.

Lo que según el presidente de Repsol no es una copia, tal y como afirmaron desde el Gobierno de Canarias, es el propio estudio de impacto. "Es rigurosamente falso, se miente gratuitamente" afirmó y planteó el reto de que se haga una comprobación pública y se retracte quien esté faltando a la verdad.

"El mundo nos mira atónitos", aseguró Brufau. Según expuso, "no hay otro lugar" en el que se ponga en discusión si estudiar "estructuras geológicas" como las que presenta la zona de la mediana entre las Islas y Marruecos.

A José Manuel Soria lo calificó como un "buen ministro" de Industria y Energía y consideró que "la mala pata es que sea canario". Explicaba así las críticas que el también presidente del PP de Canarias recibe por parte de sus oponentes políticos debido a la actuación que sigue sobre el proyecto petrolífero de las Islas. "También [el anterior ministro socialista Miguel] Sebastián estaba a favor de las exploraciones", aseguró.

A juicio de Antonio Brufau ambos jugaron o juegan el papel que les toca, que es el de "abaratar en un 10% durante los próximos veinte años" la factura energética de España. Eso pasa por impulsar los trabajos de Repsol en aguas isleñas.

Queriendo o no desmintió al ministro al afirmar que "Marruecos y Canarias no pueden detraerse recursos entre sí", ya que, en contra de lo afirmado por Soria, "las estructuras en las que se almacena el petróleo están separadas".

Lo que no admitió el presidente de la petrolera es que la relación con Soria vaya más allá, tal y como ha llegado a afirmarse en el Parlamento de Canarias desde la bancada nacionalista. "Quien acusa incluso de que hay comisiones entre Repsol y el ministro, debería irse él solito a chirona", señaló.

El principal problema que ha tenido que enfrentar hasta el momento la multinacional en el Archipiélago es que el debate se ha movido siempre en el plano "político. Eso no vale con un 35% de tasa de paro ni sirve para quienes salen de la universidad y, coño, no tienen trabajo. Me niego a solidarizarme con este debate porque no es un debate para las generaciones futuras", explicó Antonio Brufau.