La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Energía El futuro de Canarias

Enagás no esperará por Gran Canaria para empezar a operar en las Islas

La construcción de la regasificadora de Granadilla se inicia en verano

Enagás no esperará por Gran Canaria para empezar a operar en las Islas

Enagás solo cuenta con Tenerife para iniciar su andadura en el Archipiélago. Así se lo anunció el presidente de la compañía, Antonio Llardén, al jefe del Ejecutivo canario, Paulino Rivero, en un reciente encuentro. Ambos consensuaron que las obras de la planta de Granadilla se inicien en el segundo semestre de este año y esperar a la conformación de los nuevos gobiernos tras las elecciones de mayo para que estos determinen la ubicación de la de Gran Canaria. "Nosotros damos cumplimiento al Plan Energético Nacional (PEN), que contempla las dos infraestructuras, pero si un día se decide que no, pues aquí paz y después gloria", señaló el presidente del operador gasista.

En la segunda mitad de este ejercicio, la UTE conformada por Acciona y Técnicas Reunidas iniciará las obras de la primera regasificadora de Canarias, que permitirá la entrada de una nueva fuente de generación en el mix energético isleño, el gas natural. La inversión se calcula en 300 millones de euros y la construcción generará entre 1.000 y 1.500 puestos de trabajo, según fuentes de Enagás. Antonio Llardén situó la entrada en funcionamiento "entre el final de 2018 y el inicio de 2019", con unos cien empleos estables a partir de ese momento.

El presidente de Enagás optó por mantenerse completamente al margen de la oposición que siempre ha manifestado el alcalde de Agüimes, Antonio Morales, a la colocación de la regasificadora grancanaria en Arinaga. "El Gobierno canario y el Cabildo deben tomar decisiones al respecto", señaló.

La estrategia de negociar con los mandatarios que surjan de las autonómicas, insulares y municipales de dentro de ocho semanas tampoco se revela halagüeña. Sobre todo, porque el propio Morales, cabeza de lista de Nueva Canarias (NC) para la institución insular, cuenta con serias posibilidades de tocar poder a partir de esa fecha. Las encuestas aún no han contabilizado en pérdida de consejeros el efecto que tendrá para el PP -actualmente en el Gobierno de la Isla- la fuga de Bravo de Laguna a otras siglas. Eso, unido a que el PSOE no levanta cabeza, Coalición continúa cruzando el desierto en Gran Canaria y la irrupción de nuevos partidos como Podemos, configura un panorama del todo halagüeño para el que ha sido alcalde de Agüimes durante los últimos decenios, lo que cerraría aún más la puerta al gas.

Resta la fórmula de declarar la instalación de interés general, pero Enagás ya cuenta con alguna mala experiencia al respecto. Su planta regasificadora de El Musel (Gijón), que el Ejecutivo central quiere tener a disposición del sistema español lo más pronto posible por los efectos de desabastecimiento que puedan derivarse del conflicto ruso-ucranio, está fuera de juego por una sentencia del TSJ de Madrid.

Los jueces estimaron una demanda de colectivos ecologistas basada en una ley de los años 60 que determina que no pueden existir este tipo de infraestructuras a menos de 2.000 metros de núcleos de población. El propio Antonio Morales recordó en LA PROVINCIA el pasado domingo que el interés general no se sitúa por encima de las leyes y aunque el operador gasista entiende que el asunto Gijón está ganado en el Tribunal Supremo, lo cierto es que nadie desea una judicialización del problema en Gran Canaria, circunstancia que alargaría aún más los plazos.

NC ya ha manifestado a través de su portavoz en el Parlamento de Canarias, Román Rodríguez, su rechazo a que las directrices de ordenación del sector eléctrico (DOSE), que vienen a sustituir al extinguido Plan Energético de Canarias (Pecan), incluyan la penetración del gas en las Islas. Enagás y la mayoría de partidos e instituciones canarias defienden, sin embargo, este combustible por ser más barato y limpio que el petróleo, en la actualidad fuente del 93% de la energía eléctrica que se genera en las Islas.

Ahorro de CO2

Según el presidente del operador gasista, tener en marcha dos regasificadoras en Canarias supondría ahorrar a la atmósfera anualmente la emisión de 2,2 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), lo que equivale a reforestar con 7,2 millones de árboles o sacar de circulación 450.000 vehículos al año. "Aparte de generar electricidad, que es para lo que inicialmente está pensado", el gas natural licuado (GNL) puede dar "mayor flexibilidad" a los costes "de la industria y los hoteles", explicó Llardén.

La pretensión del Gobierno regional de fomentar la penetración de renovables cuenta además con el gas como tecnología de respaldo, ya que, en palabras del presidente de Enagás, esta es "la mejor pareja de baile de las energías limpias". De ese modo, Llardén resaltaba la flexibilidad que este combustible da para la detención y arranque de las turbinas a la hora de responder a los picos y valles de producción a través de fuentes no gestionables como son sol y el viento.

Sin embargo, no todo está por decidirse sobre la planta de Gran Canaria. Enagás tiene claro que será idéntica a la de Tenerife: con un único tanque de 150.000 metros cúbicos de capacidad, cantidad que sirve para generar 1.028 gigavatios hora anuales, y su construcción generaría más de 1.000 empleos.

Llardén recalcó que el PEN, que caduca este año, les "obliga" a intentar poner en marcha cuantas infraestructuras se incluyen en él, por lo que anunció una visita a las Islas tras las elecciones para retomar la cuestión grancanaria. Este año también se celebran elecciones generales, por lo que será el nuevo Gobierno central el que decida el nuevo PEN para los próximos ocho años. Será el momento de comprobar si la regasificadora de la Isla se mantiene entre los proyectos o decide abandonarse, cuestión a la que ni el Ministerio de Industria y Energía ni el Gobierno de Canarias están dispuestos.

Compartir el artículo

stats