UGT abre hoy su 42º. Congreso Confederal para elegir al sucesor de Cándido Méndez en la secretaría general e impulsar cambios históricos en la estructura del sindicato socialista. Se llega al cónclave con tres aspirantes: el secretario general de UGT Cataluña, Josep María Álvarez; el secretario de Servicios para la Movilidad y el Consumo, Miguel Ángel Cilleros, y el secretario general de Canarias, Gustavo Santana.

No hay precedentes en los 128 años del sindicato fundado por Pablo Iglesias de una situación como la actual, con tres aspirantes a la Secretaría general, aunque en la recta final podrían quedar reducidos a dos. En medios ugetistas se cree que Santana no dispondrá de los avales necesarios (el 25% de los 601 delegados) para entrar en liza. Ese pronósticos indica que el Congreso será sobre todo un pulso entre José María Álvarez, procedente de la influyente federación del metal y la construcción (MCA-UGT), y Miguel Ángel Cilleros, responsable estatal de la federación que representa, entre otros, a los trabajadores del transporte y del comercio.

De momento, el aspirante catalán es el único que ha hecho púiblicos sus apoyos y ha garantizado contar con el respaldo del 50 % de los delegados.

Las dos federaciones sectoriales más grandes (Servicios Públicos con 89 delegados y Metal, Construcción y Afines con 71) han expresado ya su apoyo explícito a la candidatura del catalán, así como la delegación andaluza (39 miembros), la más numerosa de todas las uniones territoriales

Aunque Méndez se ha cuidado de no apoyar explícitamente por ningún candidato, se considera que su apuesta es Cilleros. Lo corrobora el hecho de que ayer fue él quien agitó la cuestión catalana. En una entrevista con El País respondió que el derecho a decidir conduce a la autodeterminación y que ello es contrario a los valores esenciales de la UGT, entre ellos la defensa de una Seguridad Social única para todo el Estado. Álvarez defendió en un debate radiofónico que UGT nunca planteó en Cataluña "la segregación de la Seguridad Social ni la ruptura del marco de relaciones laborales". Santana reclamó que UGT debe ser "meridianamente clara" sobre un modelo de estado que definió como "republicano, federal y asimétrico".