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El regreso al campo Cafetal en Gran Canaria

Pasión bajo el aroma a café

Víctor Lugo representa la quinta generación de una familia ligada a la tierra y al trabajo en las bodegas

Víctor Lugo junto a las plantas de café que cultiva en la finca Los Berrazales, en Agaete. SANTI BLANCO

"Cuando entregas todo lo que tienes los frutos llegan tarde o temprano". Víctor Lugo destila pasión por su trabajo en cada palabra que emplea para describirlo. En la finca Los Berrazales, situada en Agaete, obtiene café, vino, naranjas, mangos, guayabos y aguacates.

Descendiente de una familia ligada a la tierra, representa la quinta generación de un hogar que apuesta por dar continuidad a su actividad en el sector primario. La sexta, advierte, empuja ya con mucha fuerza.

En su finca de algo más de 12 hectáreas, el grancanario disfruta y aprende cada día. "Es un mundo donde cada día descubres cosas", sostiene, "y por eso es importante estar formándose en todas los campos". Esta curiosidad innata por afrontar nuevos retos explica, en cierto modo, la diversificación de la producción de la finca que capitanea junto a su familia.

Pero, sin duda, lo que más llama la atención en este perdido rin-cón de Agaete es su cafetal. Pioneros en el cultivo de esta planta en Europa -ahora Guía o La Palma también apuestan por este producto-, no pierden la esperanza de seguir haciéndose grandes bajo el aroma a café.

Al año, Lugo produce 2.000 kilos de este género, "especial y diferente" por la influencia de tres factores. Uno de ellos es la variedad que cultiva, la arábica, que tiene "muchísima calidad y es muy aromática". Los otros dos están relacionados con el con las características climatológicas y de terreno de Agaete y por la forma tradicional en la que lo sigue produciendo.

Pero no es lo único que Lugo saca al mercado. En un año produce 40.000 botellas de vino y 150.000 kilos de naranjas. La bodega, que toma el nombre de la finca, cuenta con siete tipos de caldos: seco, seco de barrica, semiseco, tinto joven, tinto con barrica, rosado y dulce. La mayor parte de la uva que emplea es propia, por lo que pone mucho mimo en su cuidado y en el proceso de elaboración del vino. "Cada botella es una obra de arte", asegura.

El 95% del vino lo vende directamente en la bodega, pero dado su éxito y fama ya se han puesto en contacto con él distribuidores nacionales e internacionales para hacer llegar sus caldos, acompañados de paquetes de café, más allá de las fronteras canarias.

En este salto ha sido fundamental la apuesta por el turismo. Lugo expone que la finca, que constituye un "entorno idílico" en sí mismo, atrae a numerosos visitantes que desean conocer sus entrañas.

Mangos, aguacates, plátanos y guayabos, entre otras frutas, complementan la producción de estos terrenos. El trabajo, sacrificado, no falta. Sin embargo, Lugo asegura que la entrega es compensada cuando se percata de la aceptación que logra en el mercado. "Los consumidores piden más productos canarios de calidad y cada vez somos más valorados", sostiene.

Él se encarga de coordinar todo el trabajo desde el campo hasta la copa de vino o taza de café. Para que todo salga adelante, cuenta con el apoyo de muchas personas que trabajan en la finca o bodega, además de su familia. Y aunque la carga pueda resultar pesada, la felicidad amanece cada día en su vida. "Si haces lo que te gusta no es trabajo, es pasión y placer", concluye.

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