¿Es Fernando Clavijo mejor presidente que Paulino Rivero?
Sobre todo es distinto. Tiene una visión más liberal de la economía, entiende la importancia de la iniciativa privada y el valor que tiene la empresa para generar empleo. También es consciente de lo que supone reducir trabas burocráticas, a diferencia de Rivero, que dio una vuelta de tuerca a la moratoria paralizando la actividad económica.
¿Prefiere el Círculo de Empresarios al actual presidente?
Nos sentimos más cómodos. Rivero abordó cuestiones de importancia y el diálogo siempre fue fluido menos en la última etapa, en la que fue un poco áspero con el mundo empresarial. Se distanció mucho e intentó responsabilizar de parte de los males de Canarias a los empresarios, lo que no tiene sentido, porque el empresario es un jugador más en el tablero. Tienen estilos distintos.
¿Qué echan en falta en el borrador de la Ley del Suelo?
La supresión directa de la moratoria, un decreto que la elimine, así como también la Cotmac. Cada isla es diferente, tiene sus fortalezas, que no suponen una amenaza para el resto. La Ley del Suelo tiene ese espíritu y va a delegar en los cabildos la responsabilidad del desarrollo. Cada isla tendrá que poder desarrollarse sin que interfieran otros agentes externos frenando la actividad económica, que es lo que ha ocurrido hasta ahora. La Cotmac se ha utilizado como un filtro y quien controla el territorio tiene el poder político, y abre la mano o la cierra según intereses estratégicos. De eso también somos responsables en Gran Canaria.
¿La suma de moratoria y Cotmac ha beneficiado a Tenerife?
A Tenerife le ha beneficiado tener una política más clara, en Gran Canaria nos hemos perjudicado nosotros solos. El Plan General de San Bartolomé de Tirajana ha estado parado desde 2003 y, por tanto, las camas y las licencias, congeladas. Después vino el Plan Insular de Ordenación, que también paralizó todo tipo de licencias. Mientras eso ocurría aquí, Tenerife cogió carrerilla y fue desarrollándose urbanísticamente, evolucionando de manera espectacular hasta el punto de tener hoy un millón de turistas más al año que nosotros. Es verdad que la moratoria ha impedido que se desarrollen 50 millones de metros cuadrados en toda Canarias, muchos de ellos en Gran Canaria. Han coincidido una serie de factores.
¿La desventaja está entonces más en el propio hacer insular y municipal en Gran Canaria?
La paralización del plan insular y los planes generales ha incidido en ello. Cuando se lograron saltar unos obstáculos cayó la moratoria y la actividad se ha parado. ¿Qué camas nuevas hay en Playa del Inglés si las comparamos con Tenerife? Allí han gestionado bien, ha habido acuerdo desde el Cabildo y los ayuntamientos, lo han hecho más inteligentemente. Tenemos inversiones como el Hotel Abama. Desarrollaron la playa y canalizaron un barranco y, para bien de Tenerife, surgió un magnífico producto. En Gran Canaria tenemos aún que salvar numerosas trabas burocráticas para el muelle que ya está autorizado en Bahía Feliz, y lo mismo ocurre en Meloneras o Puerto Rico... Es una tragedia, al empresarios hay que dejarle trabajar.
¿Servirá esta Ley del Suelo para equilibrar la balanza?
No se trata de emprender una carrera para tener más o menos turistas, sino de que no disminuya el empleo y lograr un equilibrio. Tenemos dos materias primas importantes, una que controlamos, que es el suelo, y otra que afortunadamente no controla nadie, que es el clima. Si el suelo lo gestionamos bien y lo ponemos en valor, puede ser un activo muy importante para generar puestos de trabajo, pero si lo restringimos y solo ponemos trabas...
¿No generará más empleo entonces el sector turístico?
Se pide que lo haga, pero esto es como un vaso que ya está lleno. La capacidad de crear empleo es limitada. Estamos a pleno rendimiento, a plena ocupación, y no se van a poner más camareros de los necesarios, porque, empresarialmente, sería un error garrafal. La única manera de conseguirlo es crear más actividad y riqueza. Canarias es al turismo lo que el oro a la economía, un valor seguro y refugio, y eso lo saben todos los operadores. Mientras sea así, vamos a ponerlo en valor, cuidando el territorio, que, sin ninguna duda, es uno de nuestros mayores valores. Hay que darle importancia, fortalecerlo y, sobre todo, limpiarlo, reforestar, mantenerlo... Hay muchas maneras de hacer el destino todavía más atractivo, por ejemplo, siendo los más especializados en turismo activo -senderismo, surf, bicicleta-, un valor esencial que está en alza.
Cuando termine esta legislatura serán ya 16 los años con presidentes de Canarias tinerfeños. ¿Es síntoma de algo?
Es producto de la ley electoral, la más injusta que se pueda conocer, no conozco otra que lo sea más; la triple paridad funciona así. La insularidad tiene un valor muy superior y hasta que no tengamos una visión regional de Canarias, no vamos a avanzar mucho más.
¿Que se sucedan los presidentes de Tenerife frena el recorte de esa diferencia de un millón de turistas anuales?
Cuando ha habido un liderazgo claro en Gran Canaria, con un partido político como el más votado, se unieron los demás, y en esa bisagra siempre está Coalición Canaria, liderada por Tenerife. Esto, y muchas otras cosas en el ámbito estatal, se superará el día que pueda haber pactos de gobierno entre el PSOE y el PP. Cuando no sean excluyentes, acabaremos con las dos españas y estaremos todos bajo una misma bandera. Este es un déficit democrático, una reválida que hay que saltar.
¿El apoyo entre estos dos partidos no significa el entierro del que dé la Presidencia al otro?
Algún día habrá que pasar por ahí porque si no, el desmembramiento de los territorios va a ir a más. Que se pongan estas dos opciones políticas de acuerdo y que haya una unidad que fortalezca al Estado como nación y como patria. Ese día podremos decir que hemos sacado sobresaliente en democracia.
¿Era inevitable repetir las elecciones?
Era evitable, pero está ese déficit democrático. A estas alturas no puede ser que se vete a nadie: Podemos dice que no habla con Ciudadanos, el PSOE dice que no habla con el PP; eso es absurdo.
¿Espera que cambie algo al respecto en la nueva cita electoral de junio?
Hay que exigir a los grandes partidos que lleguen a acuerdos por el bien de España. Alguien tendrá que sacrificarse y recogerá el beneficio de ello en el futuro; lo que no tiene sentido es hacerse el harakiri.
¿La recuperación económica está en peligro por la falta de un Gobierno central?
Para que las economías se desarrollen tiene que haber estabilidad, que es lo que genera confianza. Solo si esta existe, hay inversión y consumo, y eso es crecimiento.
Varios partidos han anunciado que, si gobiernan, derogarán las reformas laborales.
Pregunte a Renault, que el jueves anunció que va a traerse a España la producción de nuevos modelos, de otro tipo de cajas de cambio y demás elementos. Ha decidido que España es el camino y va a generar 2.000 empleos, de los que 1.000 serán indefinidos. Esto sucede fundamentalmente por la reforma laboral y es solo un ejemplo que se ha repetido en la misma automoción y en otros sectores. Lo más injusto que hay es no tener trabajo. Si hablamos de justicia social, esta empieza por poder ganarse cada uno su pan de cada día. Eso hay que propiciarlo y se consigue con un mercado más liberalizado, más ágil y menos encorsetado.
¿Le preocupa que haya personas con trabajo que tienen que alimentarse de la beneficencia?
No conozco esa información, no la he seguido, pero, desde luego, si eso ocurre, es lamentable. No sé cómo sería entonces si no tuvieran trabajo. Es un dato que me llama la atención.
¿Qué opinión tiene el Círculo del presidente del Cabildo, Antonio Morales?
Ha sido un alcalde ejemplar que ha llevado a Agüimes a convertirse en un icono de Gran Canaria. Ha facilitado, junto a otras instituciones, el desarrollo de un polo industrial importante como es el polígono de Arinaga. Todos coincidimos con él, y especialmente yo, en su afán por impulsar las energías renovables; Canarias tiene que ser el destino por excelencia de estas tecnologías limpias para la generación. Ojalá traslade al Cabildo el trabajo que ha realizado en Agüimes, estaremos encantados y apoyándole.
¿Cree que lo conseguirá?
La diferencia estriba en que en el Cabildo tiene que compartir el Gobierno con unos socios y a eso no está acostumbrado, pero hasta el momento parece que el entendimiento es bueno. Morales tiene experiencia y tendrá que acostumbrarse a entenderse con el nivel regional de la Administración, tenemos que remar todos en la misma línea.
Morales siempre se ha opuesto a la entrada del gas.
Eso supone un coste de oportunidad importante, sobre todo porque nuestros competidores, que al fin y al cabo los empresarios de Tenerife lo son, tendrán unos costes más bajos, y eso les hará ser más competitivos. No se puede calentar el agua sanitaria o climatizar piscinas solo con las energías renovables, necesitas un respaldo. Él tiene un criterio formado y afirma que la implantación del gas frenaría el desarrollo de otras energías renovables. A estas alturas hay que asumir que en Gran Canaria no va a haber gas, el presidente del Cabildo es la autoridad competente. El día que pueda llegar, lo mismo es innecesario por los avances de las renovables y será entonces cuando podamos recuperar la competitividad perdida. Eso sí, mientras tanto lo que sí es cierto es que estamos contaminando mucho más generando con fuel, la diferencia con el gas en ese aspecto es tremenda.
¿Han tratado en el Círculo la salida de José Manuel Soria de la política? ¿Creen que tendrá algún efecto para Canarias?
No lo hemos tratado.
¿Y su opinión al respecto?
Prefiero no opinar sobre este asunto.
¿Cómo resuelven en el Círculo conflictos de intereses como la renovación del hotel Oasis?
El Círculo es una asociación que integran empresarios, no empresas. Son primeros espadas en sus sectores y tienen larga experiencia empresarial, solera y una solvencia personal importante como gestores que han sorteado muchas crisis de todo tipo. El Círculo pone al servicio del interés general esa experiencia para quien quiera recogerla. Contar con una mesa de esa categoría que, además, permanece en el tiempo es una oportunidad. El interés general es lo que realmente nos une y nos mueve.
¿Nunca tratan asuntos de esta naturaleza?
Los intereses particulares nunca se ponen sobre la mesa.
