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Entrevista a Gregorio López

"Cada caso de corrupción tiene una correlación con paraísos fiscales"

"¿Por qué Strauss-Kahn no les pegó fuego como decía? Nadie quema su propia casa", asegura el profesor de Política Económica en la Universidad de Castilla - La Mancha

El profesor de Economía Política y miembro de Attac Gregorio López. LP / DLP

¿Qué es un paraíso fiscal? ¿Se puede definir?

Un territorio donde existe secreto bancario y los no residentes no pagan impuestos o son muy bajos.

Strauss-Kahn afirmó cuando era director gerente del FMI y la crisis se expandía, en 2009, que habría que pegar fuego a los paraísos fiscales. ¿Por qué no se hizo nada al respecto?

Existimos gente más pacífica que solo queremos que se pongan trabas y se limite su funcionamiento. Nos hemos encontrado la sorpresa, o quizá ya no lo sea, de que Strauss-Kahn ha sido presidente de un fondo de inversión domiciliado en Luxemburgo, uno de los mayores paraísos fiscales dentro de la propia UE. ¿Por qué no se les ha pegado fuego? Nadie quema su propia casa. Al final, todos estos grandes financieros y banqueros que han estado en las más altas instancia de los organismos económicos internacionales tenían dinero en paraísos fiscales. Otro ejemplo es Rodrigo Rato, antecesor precisamente de Dominique Strauss-Kahn en el FMI.

¿Le llega a la gente el papel que juegan en esto los bancos?

No lo sé, pero son los que se encargan de contactar con los propios despachos de Panamá, Islas Vírgenes, Holanda, Austria, Luxemburgo... Hacen lo que se llama gestión de patrimonio, maximizando sus beneficios, lo que les lleva a operar continuamente con paraísos fiscales. Para tener una idea clara, sepamos que de las empresas que integran el Ibex35, un total de 32 tienen filiales en paraísos fiscales con la intención de declarar los máximos beneficios fiscales en esos países, que es donde pagan cero impuestos o muy bajos.

¿Qué provoca esa huida a paraísos fiscales?

Una caída de la recaudación. En estos tiempos donde lo que se lleva es la estabilidad presupuestaria, si la recaudación fiscal se reduce, aparecen los recortes.

¿De manera más determinante en esta crisis?

Tradicionalmente, los estados aplicaban políticas contracíclicas que intentaban compensar el elevado desempleo con expansión y apoyo social. En la crisis actual, los países rescatados, España entre otros, han tenido que aplicar a pies juntillas las directrices del FMI y el Banco Central Europeo (BCE): recortes sobre recortes.

Vista la partida, ¿es posible pensar en poner coto a los paraísos fiscales?

Sí, con voluntad política, pero ni Estados Unidos ni la UE hacen nada por frenar la opacidad. Forzar a los paraísos fiscales es tan sencillo como establecer contra ellos sanciones comerciales y financieras que les supongan un coste similar a los beneficios que obtienen.

¿Es cierto el binomio corrupción-paraísos fiscales?

Si analizamos todos y cada uno de los casos de corrupción que hemos vivido en nuestro país en los últimos años, cada uno tiene una correlación con paraísos fiscales. Es la manera por la que los pelotazos de todo tipo, los robos contra las arcas públicas se intentan colocar a buen recaudo.

¿El problema es económico o ético?

Ambos. Económico en la medida en que socava la capacidad de los estados para tener la recaudación fiscal suficiente para hacer frente a las políticas públicas, sobre todo sociales en épocas de crisis como la que estamos viviendo. Y también es un problema ético muy serio ligado al capitalismo. Desde que nuestros estudiantes entran en la facultad de Economía o de Administración de Empresas se les dice que el objetivo es maximizar beneficios y no se añade que eso tiene que ir de la mano de unos principios éticos como contribuir al bien común, a las políticas públicas que, en definitiva, son garantía de igualdad y de que las desigualdades no crezcan.

¿Va a servir para algo lo que hemos sabido de los papeles de Panamá

Me temo que no. Recordemos que hace apenas tres años saltó a la opinión pública que el señor Juncker, actual presidente de la Comisión Europea (CE), durante sus dos décadas de ministro de Hacienda y primer ministro de Luxemburgo, firmó acuerdos con multinacionales para tratarlas fiscalmente de manera muy favorable. Lo único que ha pasado es que los dos trabajadores de bancos luxemburgueses que lo filtraron y el periodista francés que destapó la trama están siendo juzgados por las autoridades de Luxemburgo que, amparadas en el sacrosanto derecho al secreto bancario, están castigando a personas que han denunciado unos hechos porque son absolutamente antiéticos. Las sociedades se indignan periódicamente cuando salen a la luz las informaciones, pero falta la presión ciudadana para que las instancias que tienen que cambiar las cosas, que en este caso serían las grandes economías del planeta, actúen en consecuencia.

¿Qué opinión tiene sobre que España no considere a Panamá paraíso fiscal?

Los negocios suelen primar sobre la realidad. Panamá salió de la lista en el momento en que hubo una concesión de las obras de ampliación del canal a empresas españolas. El Gobierno tuvo ese detalle, pero Panamá sigue siendo paraíso fiscal para las principales economías de la UE, con lo que nos damos cuenta de que en este tema, en el que se necesita unanimidad para tomar decisiones, vamos muy lento. En este caso, Luxemburgo impide que se vaya adelante porque la mitad de su PIB se debe a los bancos y multinacionales allí domiciliados, tenemos a las zorras cuidando a las gallinas.

La Zona Especial Canaria ofrece grandes ventajas. ¿Puede considerarse a las Islas paraísos fiscales?

No, son dos cosas muy distintas. En este caso estamos hablando de una inversión directa para llevar a cabo inversiones productivas. Hay un estado que ha decidido potenciar de manera extraordinaria las inversiones en una zona porque se entiende que tiene un carácter más deprimido y es una decisión soberana de un estado en ese sentido. En el paraíso fiscal, el dinero no se invierte en ninguna actividad productiva, ni siquiera financiera. Lo capitales están allí simplemente de paso. Son tan solo lugares para escapar al control y no para materializar una inversión directa. Son simplemente espacios que venden confidencialidad.

¿Se avanzaría potenciando la figura del testigo protegido?

Claro que lo favorecería, pero esta pregunta llega cuando han pasado apenas quince días desde que la Unión Europea aprobó una directiva que habla del secreto comercial de las empresas. Esa directiva tipifica como delito las filtraciones que puedan hacer trabajadores y periodistas sobre prácticas ilegales de esas mercantiles. Solamente se podrá comunicar esa información si se hace directamente a la Justicia, con lo cual, a partir de ahora, quienes quieran filtrar los datos a la opinión pública se lo van a pensar mucho, porque pueden estar incurriendo en delitos. Se hace amparándose en el secreto comercial, que todos sabemos que es una cuestión muy distinta de los delitos que cometa la empresa contras las arcas públicas.

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