Más de 50.000 cuentas bancarias de las Islas han sido canceladas ante la falta de un DNI que identifique a sus titulares. En su inmensa mayoría no tienen prácticamente fondos y el rango de edad de los propietarios es, por lo general, elevado. En muchos de los casos, se trata de personas fallecidas, pero a las que los bancos no pueden dar por tal a menos que algún familiar certifique dicha situación Durante los próximos 20 años aún hay tiempo para recuperar el dinero. Ese es el plazo de custodia al que están obligadas las entidades. Consumido este, el dinero se enviará al Ministerio de Hacienda.
La banca aborda la última fase del proceso al que le abocaron la Ley 10/2010 de Prevención de Blanqueo de Capitales y Financiación del Terrorismo y el Real Decreto 304/2014 que, con posterioridad, la desarrolló. Se trataba de poner negro sobre blanco la titularidad de los fondos que el sector financiero español tiene en cuentas a la vista y de ahorro para evitar que el crimen organizado pueda ampararse en el tradicional secretismo del negocio bancario.
Antes del primer día de mayo del pasado año todas las cuentas abiertas tenían que contar con un DNI clarificador, de lo contrario, la cuenta se bloqueaba a la espera de que apareciera el titular con el documento acreditativo. "A partir de septiembre pasado se empezaron a cancelar las cuentas con saldos en descubierto que estaban inactivas", explicaron fuentes del sector.
A este primer paso le siguieron las que tenían cinco euros; después, las de diez, y así se fue elevando el listón de manera progresiva. A día de hoy son pocas las que restan por cancelar, pero las hay y son las que en estos momentos estudian los bancos. "Se trata de cuentas con productos asociados en situaciones con cierta complejidad", señalaron las fuentes que, además, añadieron que en una tercera parte "no tienen saldo". ¿Y cuáles son esos problemas que presentan?
Por ejemplo, las que integran productos asociados -tarjetas que no se utilizan, seguros, valores, planes de pensiones sin saldo?- "cuyos titulares son terceros clientes, muchos de ellos identificados, distintos a los de las cuentas", explican desde el sector. Esta necesidad de comprobar los datos con detalle ralentiza el proceso y obliga a las entidades en algunos casos a contratar "un equipo de soporte" que se encarga de realizar las pertinentes llamadas.
Dentro de las cuentas que no pueden cancelarse por tener productos asociados, existen también las que contienen volúmenes de dinero considerable. Son las menos, alrededor del 0,4% del total.
Si se llega a la cancelación, los bancos tienen la obligación de realizar las pertinentes anotaciones contables debidamente identificadas con el fin de volver a poner el dinero en manos de sus propietarios en caso de que estos aparezcan. Solo si eso no ocurre durante 20 años, los fondos se envían al Ministerio de Hacienda.
La finalización del plazo para la identificación provocó aglomeraciones en las sucursales bancarias durante las últimas semanas del mes de abril del pasado año. Varios bancos intentaron una prolongación del periodo para la acreditación, pero sin éxito, lo que generó problemas a algunos clientes en los primeros días de mayo.
