El número de empresas en proceso de disolución se redujo sensiblemente en la Comunidad Autónoma en el primer semestre del año. De hecho, el menos de medio millar de sociedades mercantiles disueltas en Canarias entre enero y junio suponen la menor cifra de los últimos seis ejercicios, hasta donde abarcan las estadísticas de Informa D&B. Además, las Islas figuran así entre las nueve regiones del país en que disminuyen las entidades en esta situación, una situación que muchas veces significa el paso previo a la liquidación de la empresa.
En los seis primeros meses del año, según los datos de la compañía de gestión de riesgos Informa D&B, fueron 482 las firmas del Archipiélago que se vieron abocadas a entrar en proceso de disolución. Algo menos de medio millar de sociedades que representan cerca de un 10% menos de las 534 del mismo período de 2015. Con todo, es al cotejar los datos de este año con los de los ejercicios inmediatamente anteriores cuando verdaderamente se descubre hasta qué punto aumentaron los problemas de las empresas durante la crisis.
Estrecheces
Entre enero y junio de 2011, el cuarto ejercicio que discurrió sumido de lleno en las estrecheces, fueron 539, exactamente, las sociedades mercantiles que cayeron en disolución. En ninguno de los cuatro años siguientes se redujo esa cantidad a menos de 500 empresas en el período en cuestión: fueron 636 en 2012, 693 en 2013, 625 en 2014 y 534 en 2015. Unas cifras que, por tanto, evolucionaron en paralelo a la crisis, tal como evidencia el hecho de que la reducción del número de empresas en problemas no comenzara hasta 2014, cuando la economía, o cuando menos la macroeconomía, comenzó a repuntar.
Las 482 disoluciones empresariales de la primera mitad de este año, que en términos exactos son un 9,7% menos que en el mismo período de 2015, no solo suponen bajar de las 500 por primera vez en seis ejercicios, sino que además ponen a Canarias entre las nueve regiones del país que registran decrementos interanuales. En Baleares, la caída llega a un 23%, la más alta de todo el Estado, mientras que es de un 1% en Castilla y León, la más modesta del país. Las otras seis comunidades autónomas en que también disminuyó la cantidad de empresas en problemas son Galicia (-1,4%), Extremadura (-4,6%), La Rioja (-8,5%), Castilla-La Mancha (-10,7), Cataluña (-12,5) y Murcia (-20%).
En cuanto a los concursos de acreedores, la situación es distinta. De hecho son solo dos las comunidades autónomas en que crecen los procedimientos concursales. Canarias es, precisamente, una de estas dos únicas regiones que estropean la estadística (la otra es Cantabria). No en vano, los concursos de acreedores subieron en las Islas un 26% entre enero y junio con relación al mismo período del año pasado. Para contextualizar mejor este incremento basta con agregar que la caída es de prácticamente un 23% en toda España.
Los concursos también crecieron sobremanera durante los años más duros de la crisis económica, en que la debilidad del consumo y el cierre del grifo del crédito llevaron a muchas empresas del Archipiélago a echar el candado. El proceso de recuperación, que parecía consolidado a tenor de los datos de 2014 y 2015, ejercicios en los que la cifra de procedimientos concursales disminuyó notablemente, ha sufrido, sin embargo, una no menos notable regresión en los últimos meses.
Entre enero y junio, siempre según los datos de Informa D&B, fueron cerca de un centenar (exactamente 96) las empresas de la región que se vieron abocadas a entrar en concurso de acreedores. Casi cien entidades que suponen, exactamente, un 26,3% más que en el primer semestre de 2015, cuando solamente fueron 76. Con todo, es al cotejar los datos de la Comunidad Autónoma y los de las restantes 16 regiones del país cuando se comprueba hasta qué punto es extraordinario el incremento de los procedimientos concursales en Canarias.
No en vano, son solo dos los territorios en que hubo más concursos de acreedores en enero-junio de este año que en el mismo periodo de 2015: Cantabria, con un aumento de un 43%, y las Islas, con el 26,3%.
