Repsol registró el pasado año un beneficio neto de 1.736 millones de euros, frente a las pérdidas de 1.398 millones de euros de 2015, según informó ayer la compañía, que destacó que se trata del mayor resultado alcanzado en el último cuatrienio. Ese beneficio, con el que el grupo bate previsiones, refleja "la fortaleza y flexibilidad de los negocios", especialmente tras la adquisición de la canadiense Talisman Energy, y el éxito del programa de actuación puesto en marcha para responder a la caída de los precios del crudo, explicó el consejero delegado Josu Jon Imaz.

El beneficio neto alcanzó los 1.736 millones y fue superior en más de 3.100 millones al del ejercicio 2015, en el que la compañía realizó provisiones extraordinarias ante la posible persistencia de un escenario de precios deprimidos. El beneficio neto ajustado, que se situó en 1.922 millones, fue un 4% superior a los 1.852 millones de 2015, ejercicio en el que se incluyeron resultados excepcionales de 500 millones, derivados de la posición en dólares tras cobrar la expropiación de YPF.