La Seguridad Social contabiliza cada mes en la Comunidad Autónoma unas 1.600 bajas laborales más que el año pasado. Un notable aumento que pone de manifiesto un cambio de tendencia después de que el número de bajas solicitadas por los trabajadores tocara fondo en los años más duros de la crisis.
En paralelo a las reformas que el gabinete de Mariano Rajoy puso en marcha en los últimos ejercicios para extender la vida laboral y restringir el incremento anual de las pensiones, un incremento que ha desvinculado del crecimiento de los precios, el Gobierno puso también la lupa sobre las bajas laborales, que también corren a cargo, en parte, de la caja de la Seguridad Social.
Otra parte corresponde a las mutuas pero, no obstante, estas instituciones colaboradoras del organismo público se financian con las transferencias de la Seguridad Social a cargo de las cotizaciones por accidente y las cuotas por contingencias comunes de empresas y trabajadores.
El caso es que la extraordinaria destrucción de puestos de trabajo a la que dio lugar la crisis se alió con el plan de control sobre las incapacidades temporales para desembocar en una no menos extraordinaria reducción de las bajas laborales, también en el Archipiélago. Sin embargo, la curva de la estadística ha vuelto a virar y este año los trabajadores ya solicitan cada día una media de 647 bajas, un número sensiblemente superior al del año pasado y que supone un incremento mayor que el de la cifra de trabajadores protegidos por el sistema en la región.
La excepción de Baleares
En cada uno de los cinco primeros meses de este año, hasta donde abarcan los datos suministrados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, que dirige Fátima Báñez, se registraron en Canarias una media de, exactamente, 19.403 nuevas bajas laborales. Una cantidad que supone un 9,1% más que en 2016, cuando la media mensual fue de 17.776. En otras palabras: son 1.627 nuevos partes de baja más al mes que el año pasado.
Y aunque sensible, ese aumento de un 9,1% que ha experimentado la cifra de bajas laborales en las Islas no es el mayor del Estado, donde la media es de un 14,1%. En cabeza de este particular ranking figuran el País Vasco (19%), Cataluña (16,7%), la Comunidad Valenciana (16,4%) y Andalucía (15,7%).
De hecho, la única excepción en todo el país es la del otro archipiélago, el de Baleares, cuyos trabajadores, incluidos los autónomos, solicitan este año un 0,1% menos de bajas en sus puestos.
Del total de las bajas que los asalariados y autónomos canarios piden cada mes, la gran mayoría, 16.048 de ese total de 19.403, son por contingencias comunes -accidentes o enfermedades no laborales, esto es, no relacionadas con el puesto de trabajo- de empleados afiliados al régimen general de la Seguridad Social. Otras 2.451 derivan de enfermedades profesionales y accidentes ocurridos en el trabajo, mientras el resto, 904, fueron bajas solicitadas por trabajadores por cuenta propia o autónomos.
Y hay que puntualizar que la evolución de las bajas no es exactamente igual en los tres casos. Las bajas laborales por contingencias comunes han experimentado un crecimiento interanual de un 10,4%, mientras que las originadas por enfermedades profesionales y accidentes durante la jornada de trabajo solo han aumentado un 3,2%. Por último, las poco más de 900 bajas solicitadas por autónomos son un 4,2% más, aunque su número tiene mucho menos peso en el total.
¿Está este aumento vinculado al incremento de las contrataciones y del empleo? Lo cierto es que la mejora laboral no lo termina de explicar del todo. No en vano, la población que disfruta de protección del sistema de la Seguridad Social en el Archipiélago solamente ha crecido un 0,8%; es más, por cada mil trabajadores se están pidiendo 24 bajas al mes, prácticamente la misma ratio que en el conjunto del Estado y dos más que el año pasado. Y son casi cuatro partes por cada mil trabajadores en el caso de los accidentes y enfermedades profesionales, idéntica cantidad que en 2016, y ocho entre los autónomos (7,76 este año y algo menos, 7,57, cada mes del anterior ejercicio).
Duración de la incapacidad
Claro que en lo que sobresale especialmente la Comunidad Autónoma es en el caso de la duración de las incapacidades temporales. Si la media estatal a lo largo de 2017 es de 37,6 días de baja, en Canarias llega a prácticamente 45 días. No obstante, esos 45 días que de media está un trabajador canario de baja apenas varía respecto de 2016, cuando ya era superior a la media nacional.
El dato es relevante porque una de las preocupaciones del plan de control que puso en práctica el gobierno del Partido Popular era precisamente la, a su juicio, excesiva duración de las bajas laborales, que no se ha reducido.
Del absentismo al ´presentismo´
- Durante los años más duros de la crisis económica, el absentismo laboral se redujo sobremanera por el miedo de muchos trabajadores a perder el puesto de trabajo. Una situación que denunciaron los sindicatos y que se trasladó incluso a las bajas laborales, que cayeron a niveles mínimos históricos, también en la Comunidad Autónoma. Una situación que desembocó en el término presentismo, ese que explica la proliferación de casos de trabajadores que incluso teniendo la posibilidad de solicitar la baja laboral preferían continuar en su puesto de trabajo por el temor a perderlo. Los últimos datos suministrados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social evidencian que las bajas laborales en el Archipiélago comienzan a incrementarse, si bien hay también que puntualizar que a pesar del notable aumento experimentado este año aún distan mucho de las cifras de los años de bonanza o de los primeros de estrecheces. En caso de las bajas por contingencias comunes, por ejemplo, los canarios solicitaban en 2009 hasta 34 bajas al mes por cada mil trabajadores, mientras que hoy son 24, diez menos. Este es precisamente el dato que permite comparar mejor la evolución de los partes y el que pone de manifiesto cómo, efectivamente, cada mil trabajadores canarios solicitan dos bajas más al mes que en 2016.
