¿Continuará este ritmo de llegada de turistas?
Es muy difícil de determinar, hay múltiples variables que no controlamos. Más que perseguir números, el objetivo es mantener el modelo de éxito que hemos logrado compatibilizar con un desarrollo sostenible.
¿En qué basa la afirmación?
En indicadores como el que mide el nivel de protección del territorio, somos líderes del Estado, o también en nuestras reservas de la biosfera. Este es el gran reto que debemos abordar con independencia de circunstancias que parecen amenazarnos tales como el futuro de las aerolíneas que pasan por dificultades o el brexit, por ejemplo.
Monarch y Air Berlin dejan de operar y sus aviones traían turistas. ¿Le inquieta?
Son los efectos que tiene la propia competencia. El trabajo que se viene desarrollando va encaminado a mejorar la conectividad y no observamos que esta vaya a mermar en un futuro próximo, todo lo contrario. Claro que contemplamos estas desapariciones con preocupación, porque nos va el futuro del sector, pero somos conscientes de que ofrecemos un buen producto que tiene en estos momentos una alta demanda.
¿Por qué sigue creciendo el número de turistas británicos si con el brexit su moneda ha perdido valor y les sale más caro venir?
Es cierto que el brexit no ha incidido en la llegada de turistas, pero también lo es que nos sitúa en un escenario de incertidumbre, ya que desconocemos en qué términos se va a producir la salida del Reino Unido de la UE, así es muy difícil prever las consecuencias. Nosotros continuamos trabajando en la diversificación de mercados para que la incidencia sea menor.
¿Le preocupa la prórroga del presupuesto estatal de cara a recuperar el Plan de Infraestructuras Turísticas?
La próxima semana firmaremos un convenio con el Estado de ocho millones de euros, pero nuestro objetivo es muchísimo más ambicioso. Tenemos que recuperar el Plan de Infraestructuras Turísticas y aspiramos a tener un plan plurianual para la principal industria de nuestro Archipiélago.
¿Cuál es la aspiración concreta y en qué plazo?
Vamos a demandar un plan por un importe de 50 millones de euros y queremos, además, que haya un compromiso plurianual para el desarrollo de infraestructuras.
¿No es muy ambicioso dado el contexto?
Evidentemente el escenario estatal va a condicionar la solución y nos preocupa.
¿La planta alojativa es suficiente? ¿Debe crecer?
Lo es para atender la demanda actual. Ahora bien, venimos trabajando en desarrollar una serie de indicadores sobre la capacidad de carga y esperamos tener conclusiones en enero. No se basa exclusivamente en la determinación de las plazas alojativas, sino en una serie de indicadores en referencia a la degradación medioambiental, la experiencia del propio turista y el bienestar del propio residente. Con todas esas variables podemos determinar si en algún momento se producen excesos. Ahora bien, vuelvo a dejar claro que la tendencia ya no es tanto establecer un número máximo de turistas, sabiendo que existen limitaciones, sino contar con una serie de indicadores que nos den cuenta de si estamos siendo capaces de gestionar correctamente los flujos turísticos.
¿Y si se supera el nivel de carga qué se hace?
La toma de decisiones estará reflejada en el Plan Estratégico Turístico de Canarias que vamos a elaborar. En él, todos los agentes implicados nos vamos a tener que poner de acuerdo sobre hacia dónde va la industria partiendo de un análisis de tendencia que se puede proyectar hacia 2040 y con medidas a adoptar hasta 2025. Este tipo de análisis tiene que ser determinante a la hora de fijar la senda del desarrollo turístico canario porque siempre los criterios de sostenibilidad tienen que impregnar todas las políticas públicas en esta materia.
¿El alquiler vacacional es una actividad económica o un complemento de ingresos?
Ese es un debate que hemos ido superando. Al principio se hablaba de economía colaborativa y podemos observar de una forma cada vez más clara que se trata de una modalidad turística que genera actividad económica, por lo que entendemos que hay que regularla.
Acaban de iniciar una consulta previa sobre la remodelación del decreto.
Para que todos los agentes implicados puedan hacer aportaciones de cara a un borrador que cuando esté preparado también se someterá a exposición pública. Me extrañan las críticas en las que se me acusa de no haber establecido contacto con los actores, cuando precisamente estoy abriendo el proceso a la participación.
¿El decreto permitirá encontrar casa, por ejemplo, en Arrecife a un profesor trasladado desde otra isla?
Ese es el gran reto. Me gusta hablar del alquiler vacacional en términos de reto, porque eso mismo implica una oportunidad. Es cierto que existe una demanda con respecto a esta modalidad alojativa que tenemos que ser capaces de atender y aprovechar, pero también entraña riesgos, como la competencia entre el alquiler vacacional y el residencial. Ese fenómeno se ha producido de manera más acentuada en otros destinos. Aquí lo empezamos a atisbar y tenemos que darle soluciones.
¿Por dónde pasan?
Por establecer un marco flexible. No se manifiesta del mismo modo en todas la islas e, incluso, hay diferencias entre los distintos términos municipales. Por eso es importante que participen en la solución cabildos y ayuntamientos.
¿En qué medida funciona la inspección? ¿Puede ser parte de la solución?
La solución no puede venir por esta vía. Se requeriría un número de inspectores que no tenemos ni tendremos en un futuro. Los controles tienen que venir por otras vías tales como acuerdos con las plataformas [ on line] para que no incorporen oferta irregular o emplear otros recursos para descargar una parte del trabajo de los inspectores.
¿Y sancionar a esas plataformas como ha hecho el Ayuntamiento de Barcelona?
No descartamos medidas coercitivas, pero están presentando serias dificultades de aplicación porque se entiende que la responsabilidad de la oferta recae fundamentalmente en el propietario. Se ha descargado de responsabilidad a las plataformas. No descartamos trabajar en paralelo la coerción y el incentivo por parte de la propia plataforma a ofrecer información y limitar este tipo de oferta.
¿Le preocupa la turismofobia?
Hay que estar vigilantes para que no ocurra lo que en otros destinos. Afortunadamente, nosotros somos plenamente conscientes de la incidencia que tiene el sector turístico en el desarrollo de nuestra sociedad. Por eso el fenómeno no se ha presentado de la manera en que lo ha hecho en otros destinos. Ahora bien, somos conscientes de conflictos que puede generar la industria y tenemos que vigilar que no se desarrollen también en el ámbito del Archipiélago.
¿Asusta, viendo lo que ocurrió en la pasada edición del Festival de Música de Canarias, hacerse cargo del evento sin tener siquiera un director?
El director se encarga de la parte artística y esa ya está cerrada. Por tanto, su labor fundamental ya ha sido realizada. Somos capaces de gestionar el resto con los propios recursos de Canarias Cultura en Red. Estamos en proceso de búsqueda del nuevo director, pero pensando en la edición de 2019. Con respecto a la experiencia del año pasado, de todo se aprende. Nos encontramos ante la edición 34ª y eso significa que hemos tenido una larga trayectoria de 33 ediciones de la que, sin duda, incluido el último festival, podemos extraer elementos positivos que tenemos que ir impulsando y otros que no han funcionado y deben ser eliminados. En cualquier caso, el gran reto con respecto al crecimiento del festival es, sin renunciar al público tradicional que siempre ha estado aquí y que no podemos perder porque encontraríamos serias dificultades para recuperarlo, ser capaces de alcanzar también nuevos públicos. Existe un fenómeno no exclusivo de Canarias de pérdida de espectadores en el ámbito de la música clásica y tenemos que atenderlo.
¿Qué cuestiones eliminaría de futuras ediciones?
En la próxima edición se han adoptado cambios importantes que facilitan la gestión. No hay tanta dispersión geográfica como en el anterior. Eso ocasionaba una serie de dificultades importantes que tuvieron una incidencia negativa.
¿Cómo define la edición del año próximo?
Teniendo presentes los recursos de los que disponemos, hemos apostado por un festival de calidad.
Es decir, han vuelto al festival de hace dos o tres años.
No me gusta plantearlo en términos de festival viejo o nuevo. Sí, insisto, ha habido una apuesta importante por la calidad y el atractivo de la oferta. Lógicamente, todo tiene el límite de los condicionantes presupuestarios, que determinan el alcance.
¿Está entre esos condicionantes el agujero del año pasado? ¿Saben ya cómo lo van a cubrir?
Probablemente a través de remanentes que podamos tener en la consejería.
¿No es mucho remanente más de 400.000 euros?
Estamos en el proceso de cierre para establecer las soluciones exactas, pero estamos trabajando en vía de incremento presupuestario o existencia de esos remanentes que nos permitan cubrir el déficit del festival de este año.
¿Incremento presupuestario?
Las dos vías son posibles, lo importante es que va a solucionarse.
Al final los eSports no están en la Ley Canaria del Deporte a pesar de que se comprometió a ello el presidente canario, Fernando Clavijo. ¿Qué ha pasado?
El texto del anteproyecto de ley que presentamos se había elaborado con un importante consenso y la introducción de los eSports requería de un análisis y una negociación que paralizaría el proceso de aprobación de la ley. Eso no significa que el Gobierno cierre la puerta a una realidad que no podemos ignorar. Somos conscientes de que este ámbito ofrece muchísimas posibilidades beneficiosas y tenemos que ser capaces de potenciarlas. Si las dejamos desarrollar por sí solas, es muy posible que la falta de control traiga los inconvenientes que muchos vienen a anunciar. No hemos cerrado la puerta de cara al futuro, ya que hemos contemplado en la norma el espacio digital, lo que nos permitirá adaptarnos a la evolución.
Como consejero de Deportes. ¿Los eSports le parecen deporte?
Estamos hablando mucho de los eSports y ni siquiera hemos sido capaces de definirlos. Quizá debemos empezar el trabajo por ahí ¿Asimilamos videojuego a eSport? Yo creo no. Los eSports deben reunir una serie de características vinculadas al desarrollo personal en varios aspectos como el físico, el psíquico y el emocional, que deben funcionar como criterios de definición de lo que es el eSport. Pero fíjese que estamos teniendo un debate sin haber definido ni siquiera este aspecto.
¿Va a disponer de más dinero en el presupuesto 2018?
No me atrevo a aventurarlo. Me gustaría recuperar las cantidades que Cultura perdió por los recortes a los que obligó la crisis económica en el pasado.
