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Entrevista a Manuel Romero

"Mientras no haya igualdad de oportunidades no habrá democracia"

"Las ayudas sociales o prestaciones por desempleo son parches para paliar la situación actual", asegura el profesor de Economía Aplicada

En una democracia se espera que exista igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, ¿por qué no ocurre esto?

La igualdad de oportunidades no existe en nuestra sociedad actual. Y una muestra es que no todos los ciudadanos tienen acceso a los mismos servicios y derechos, algo que muchas veces está condicionado por la renta de los ciudadanos. Pero también muy probablemente porque hay un elemento que es importante y clave: la representatividad de los ciudadanos en la vida política. La calidad democrática de un país es la pieza a partir de la cual empiezan a representarse los ciudadanos. Sin embargo, muchas veces las leyes electorales transforman la intención de voto de los ciudadanos en la formación de un Parlamento que no refleja de forma directa sus preferencias. Por ejemplo, en las elecciones generales de 2015 Unidad Popular, en la que estaba integrada Izquierda Unida, tuvo más de 900.000 votos y solo obtuvo dos escaños. PNV, en cambio, tuvo algo más de 300.000 votos y alcanzó los seis diputados. Es decir, consiguió el triple de escaños con el tercio de los votos.

En Canarias su reforma lleva atascada años. Si influye en la igualdad de oportunidades, ¿cómo es que no llega su modificación?

En primer lugar por intereses de poder. En Canarias la ley electoral lo que garantiza es una representación territorial, pero lo que hay es una sobrerrepresentación. En el Parlamento canario, 30 de los 60 diputados son elegidos en las islas capitalinas y los otros en la no capitalinas mientras que el 83% de la población vive en las primeras. La Constitución reconoce que en todos los parlamentos debe haber una representación territorial, pero no establece ningún mínimo. La circunscripción podría ser única.

Dadas estas circunstancias, ¿cómo puede intervenir un Gobierno para buscar esa igualdad de oportunidades? ¿Son suficientes las ayudas y subvenciones para equiparar las rentas o acceder a determinados servicios como la educación?

La pieza clave es la calidad democrática de un país. Las ayudas sociales o prestaciones por desempleo son parches para paliar la situación actual. Lo único que puede solventar a largo plazo la situación de desigualdad en la renta es garantizar la igualdad de oportunidades. Y el primer paso para garantizarla es tener un sistema político con un nivel de calidad democrática muy alto y con un nivel de representatividad de las preferencias de los ciudadanos muy alta.

Es decir, que el papel de los ciudadanos vaya más allá que depositar un voto en una urna.

Exactamente. Que la representantividad de las preferencias de los ciudadanos en sus parlamentos sea alta porque de esa manera la voz de los ciudadanos está representada en su principal órgano de decisión.

Hasta que eso suceda, ¿se seguirá imponiendo el principio de los derechos heredados?

Sí. La igualdad de oportunidades está, por un lado, en la posibilidad de que tu voz sea escuchada de manera adecuada o sea representada de forma correcta en un Parlamento por quien toma las decisiones, pero, por otro lado, los ciudadanos deben disponer de una renta suficiente para poder ejercer sus oportunidades en igualdad. Y la posición de algunos ciudadanos nada más nacer, porque ya disponen de una renta alta heredada, sitúa a unos con ventaja frente a otros en la línea de salida de la vida.

Entonces, no siempre el esfuerzo y el trabajo garantiza conquistar metas más altas.

Exacto. Por eso, mientras que no haya igualdad de oportunidades no puede haber democracia. Porque democracia significa que el poder está en los ciudadanos. Y si preguntamos a los ciudadanos si quieren igualdad de oportunidades, un porcentaje muy alto diría que sí. Actualmente no se hace.

¿No vivimos en una democracia?

Estamos en una democracia, pero sí se puede mejorar la calidad democrática de nuestro país y de cualquier país mejorando la representatividad de los ciudadanos y haciéndolos iguales en oportunidades. Eso da paso a una situación que genera una sinergia dentro de la sociedad que va produciendo crecimiento económico y una distribución más igualitaria de la renta.

¿Y desembocaría también en un sistema de pensiones sostenible e igualitario?

Las pensiones en España se financian por la cuota a la Seguridad Social y quien más cuota ha pagado es quien posteriormente recibe una pensión más alta, cuando en realidad las pensiones es una política de compensación de faltas, de capacidad para generar riqueza por diferentes razones. Un ejemplo es la capacidad física, porque alguien mayor reduce su capacidad de trabajo. En España el que más cuota ha pagado es que más pensión recibe independientemente de su renta y eso es poco equitativo.

¿Ese es el único elemento a reconducir?

Hay bastantes elementos que hay que corregir en la política de pensiones. Por ejemplo, el sistema es poco progresivo porque los que más salarios tienen pagan el mismo tipo de gravamen, del 28,3%, que los que menos salarios tienen. Y después hay otro factor que es muy gravoso. Es que hay un tope, tanto mínimo como máximo de pago, que es 3.700 y 730 euros, respectivamente. El que gane 6.000 euros no paga exactamente un 28%, paga un 15% de su sueldo y la persona que gana 600 paga sobre el mínimo que son 730 euros. Con lo cual, su gravamen es del 32%. Esto está en un informe de expertos que el Gobierno encargó en 2013 y que es uno de los consejos que sugiere que se cambie. Sin embargo, nadie habla de ese tema, sino de aumentar la edad de jubilación.

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