"En estas rebajas he comprado más que en las de los últimos años". La reflexión de Marisa Blanco, una jubilada que se acercó ayer al Centro Comercial Las Arenas de la capital grancanaria, para realizar varias compras en el día tradicional de rebajas, sirve como reflejo del gasto que realizarán los canarios durante la campaña de descuentos, que comenzó el día 2 de enero y que durará hasta el 28 de febrero. Tanto la Federación Empresarial del Comercio de Las Palmas (Fedeco), como la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), prevén que los gastos de los insulares en estos dos meses irá acorde al índice de compras realizado en el pequeño y mediano comercio durante 2017, que tuvo un incremento interanual del 5%.

A pesar de la subida de inversión en compras, los canarios destinarán una media de 84 euros en ropa y complementos durante las rebajas, los sectores en los que tradicionalmente se adquieren más productos durante la campaña de descuentos. Los canarios se sitúan a la cola de los compradores españoles que menos gasto realizarán. La media nacional se sitúa en 97 euros.

Para afrontar la avalancha de compras prevista, los comercios del Archipiélago han reforzado sus plantillas con 7.000 trabajadores, un 16% más respecto al año pasado, según un estudio de la empresa de recursos humanos Randstad. La activación del comercio genera movimientos de contratación y ofrece claros indicios de que la crisis económica empieza a ser cosa del pasado.

Durante dos meses, hasta que se de por finalizada la temporada de rebajas el 28 de febrero, los escaparates de los comercios mostrarán sus carteles anunciando las ofertas de los productos, que ayer indicaban entre el 30% y 70% para estimular las compras de los clientes.

A pesar de que los descuentos llegaron a tiendas como las del Grupo Cortefiel [Springfield, Woman Secret o Cortefiel], H&M o Mango el día 2 de enero, la mayoría de los consumidores continúan con la percepción de que las rebajas comienzan el día después de Reyes. El decreto del Gobierno central en 2012 por el que se liberalizaba el sector comercial y la fijación de la fecha de inicio de las rebajas, no ha terminado de cuajar en la población canaria.

La locura de las rebajas volvió a desatarse ayer, un año más, en los centros comerciales de Canarias. Oleadas de clientes acudieron a sus tiendas favoritas para buscar el descuento más adecuado a sus bolsillos y afrontar la tan temida cuesta de enero. Otros, se desplazaron a los comercios para devolver muchos de los regalos que recibieron el día de Reyes y que, por un motivo u otro, reembolsaron su importe o lo canjearon por uno más adecuado.

Uno de los factores por los que la afluencia de compradores ha sido masiva es por coincidir la fecha de inicio con un domingo. La libertad laboral de muchos clientes y el periodo vacacional de muchos estudiantes generó infinitas colas de automóviles en los puntos de entrada de las zonas de venta, al igual que en los pasillos y líneas de caja del interior de los centros comerciales.

Quienes se congregaron en las tiendas tuvieron que armarse de paciencia desde primera hora de la mañana. "He hecho una cola de más de cuarenta y cinco minutos en Bershka para comprar un pantalón... y lo que me espera ahora en las otras que quiero ver", transmitió Sara Almeida con cierto pesimismo, aunque la ilusión de ahorrarse unos euros para estar a la moda derriba cualquier desesperación.

Su compañero Guillermo Moreno se lo tomaba con más filosofía. El estudiante, que se compró unos auriculares en una tienda tecnológica, pensó que acudir a primera hora a las tiendas podría evitar la espera, pero se encontró con la sorpresa. "Pensé en irme porque la cola era enorme, pero temí porque me quedara sin las ofertas, así que nos quedamos", apuntó Moreno.

Otro par de estudiantes que se acercaron a Las Arenas fueron Antonio Sánchez y su amigo Lucas Suárez. El primero iba a tiro hecho de lo que quería comprar. "Voy a ver cuales son los videojuegos que tienen descuentos para comprarme alguno", subrayó. Mientras que Lucas tenía más espíritu aventurero.

"Vamos a echar un visual por las tiendas para comprar algo de ropa y a lo mejor algunas playeras", apuntó, aunque remarcó que "compraremos lo que el bolsillo nos permita".

De dos en dos también emprendieron la aventura comercial los hermanos Vargas, Yoanna y Antonio. Esta vez para devolver unas zapatillas deportivas que le había caído en Reyes al hermano Vargas. "Tuve que hacer la misma fila de los que venían a comprar y me llevó veinte minutos hacer el cambio", a lo que la hermana le respondió "y suerte has tenido de que no sea la tienda con más gente, porque las demás están a rebosar".

Yoanna Vargas fue de las pocas que ayer no realizaron desembolso alguno. "Compré la semana anterior para aprovechar que había descuentos en otras tiendas y así hacer más baratos los regalos de Reyes", explicó.

Otro de los que fueron a devolver los regalos del día 6 fue el soldado Ángel González. "Baltasar no calculó bien la talla y tuve que venir a cambiar unos camisones que me quedaban grandes", explicó el militar entre risas.

En la misma línea de devoluciones se mostró Yurena Medina. "Vine a cambiar un albornoz sólo. Yo prefiero comprar por internet, que es más cómodo esperar en casa que en estas colas", subrayó.

También hubo espacio en las rebajas para los pequeños de la casa. Emilio Pérez se acercó a la juguetería Nikki para comprar un Lego para su hijo. "A estas edades no se enteran y es preferible comprarlo el día 7 que es más barato", afirmó.