Corralejo es una de las localidades turísticas más importantes del Archipiélago canario. Junto a sus espléndidas playas atesora en su territorio un complejo dunar y un impresionante paisaje que se entremezcla con un vertedero clandestino, en la zona de Morro Francisco, a escasos metros del centro de la localidad que acoge a miles de turistas. Cientos de colchones, muebles, restos de podas e infinidad de residuos ocupan el mismo espacio donde una rebaño de cabras come entre la basura depositada y cuya carne es vendida posteriormente en el mercado clandestino. En la zona se han producido varios incendios en los últimos días.

Mientras esto ocurre desde hace años, las instituciones públicas, Ayuntamiento de La Oliva, Cabildo de Fuerteventura y Gobierno de Canarias siguen mirando hacia otro lado e incluso niegan la existencia de un vertedero, como ha hecho la institución municipal. La Fiscalía de Medio Ambiente tampoco ha tomado cartas en el asunto. Las imágenes ofrecidas por LA PROVINCIA /DLP demuestran el dantesco espectáculo.

A la entrada de la zona de Morro Francisco, que no tiene ningún tipo de protección para impedir el paso a personas y animales, figura un cartel de la Concejalía de Obras y Servicios del Ayuntamiento de La Oliva que alerta de la prohibición de tirar basuras y escombros y amenaza con multas de hasta 3.000 euros. Sin embargo, es la propia institución quien incumple sus ordenanzas. Ayer, un empleado municipal a bordo de un vehículo oficial arrojaba a la zona diversos residuos. Lo anecdótico del cartel informativo es que avisa de la existencia de cámaras de grabación las 24 horas. Se supone que ayer no estaban activadas.

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