La isla de Lobos se ha convertido en un laboratorio científico y arqueológico para conocer mejor la actividad romana por el Atlántico. Los trabajos de la tercera campaña en el yacimiento localizado hace dos años en la playa de La Calera o de La Concha culmina mañana con la novedad que el equipo científico ha descubierto otras localizaciones en el pequeño islote con importantes vestigios de la expansión de los romanos, más allá de los límites del Imperio. El Cabildo de Fuerteventura reclamó ayer la implicación del Gobierno de Canarias para la continuidad de las prospecciones arqueológicas.
Un visitante localizó de forma casual, en 2012, cuando procedía a disfrutar de un día en la playa de La Concha, unos restos de cerámica y fauna marina que posteriormente permitió determinar la existencia de un asentamiento romano que podría corresponder a un periodo enmarcado entre los siglos I a. de C. y II d. de C.
Las labores de investigación del equipo arqueológico, dirigido por Carmen del Arco (Universidad de La Laguna), Mila Estupiñán (Cabildo de Fuerteventura) y Mercedes del Arco (Cabildo de Tenerife), junto a una veintena de técnicos, han descubierto en los 570 metros cuadrados excavados la existencia de un taller de producción de púrpura de época romana. Las catas realizadas permitieron la localización de paredes de construcciones, pisos de habitación, restos de alimentos, fragmentos de ánfora, cerámicas de cocina y elementos metálicos.
"Dadas las dimensiones del proyecto es necesario conseguir la implicación del Gobierno de Canarias para proporcionar más continuidad a las investigaciones y poder hacer un trabajo más en profundidad. Todo apunta a que estamos hablando de un yacimiento muy relevante no sólo para Canarias, sino para conocer mejor la actividad romana por el Atlántico", señaló el presidente del Cabildo de Fuerteventura, que ayer realizó una visita a la zona arqueológica. Le acompañaban el consejero insular de Cultura y Patrimonio Histórico, Juan Jiménez, y la concejala de Cultura del Ayuntamiento de La Oliva, Soledad Aguiar.
Carmen del Arco señaló que hasta el momento se han identificado cinco estructuras constructivas, cuatro de ellas habitaciones y una dedicada a la producción de la púrpura. "Hemos estado trabajando en la pared norte y conseguimos localizar estructura de combustión, que son necesarias en la extracción de la púrpura para concentrar el líquido, además de mucho más material cerámico y anzuelos", señaló la catedrática de Prehistoria de la ULL. Además, añadió, que "también se han localizado tres concheros dedicados a la extracción de púrpura, uno de ellos ya analizado en profundidad y en el que se han contabilizado 70.000 crustáceos de los que se extrae la púrpura".
En opinión de del Arco "son materiales fragmentados, pero muy diagnósticos. No hay duda de su origen latino. Estamos ante un asentamiento romano altoimperial en torno a un conchero. Las perspectivas de seguir ampliando incluso los hallazgos son muy halagüeñas".
Juan Jiménez, indicó, que a la luz de estos primeros datos de la investigación, "lo que queda claro es que los romanos nos están hablando desde Lobos, aportándonos datos que ayudarán a interpretar mejor su sociedad y el papel que en el siglo I antes de Cristo tenía la producción de la púrpura". El Centro de Arte Juan Ismael, en la capital, continúa acogiendo la muestra de los trabajos arqueológicos llevados a cabo desde hace dos años en Lobos.
