Setenta años después de que el Cabildo de Fuerteventura nombrara presidente de honor de la institución insular al Generalísimo Francisco Franco Bahamonde, quien durante 40 años impuso una dura dictadura en España, mañana se revocará dicho nombramiento en el transcurso de una sesión plenaria. Franco también fue condecorado con la Medalla de Oro de Fuerteventura, aunque de momento no le será retirada. A pesar que han transcurrido 36 años desde la celebración de las primeras elecciones municipales democráticas ninguno de los gobiernos insulares han tenido en cuenta al ilustre presidente de honor del gobierno majorero. O lo han silenciado.
El Cabildo de Fuerteventura acordó en el transcurso de un pleno celebrado el 12 de agosto de 1945, siendo presidente de la institución Lorenzo Castañeyra Schamann, nombrar presidente de honor de la primera institución majorera a Franco.
La realización de diversos trabajos de investigación histórica relacionados con las actas plenarias y diversa documentación del Cabildo de Fuerteventura, llevados a cabo por el historiador Carmelo Torres, pusieron al descubierto que la institución insular tenía un presidente de honor y que el mismo era el mismísimo Generalísimo.
Sin embargo, desde la instauración de la democracia han pasado por la Presidencia del Cabildo majorero Gerardo Mesa (1979-1987), José Juan Herrera (1987-1995 y 1999-2003), Ildefonso Chacón Negrín (1995-1999) y Mario Cabrera (2003-2015). Hasta hace unos días no se había descubierto la identidad del polémico presidente de honor.
El Gobierno insular justifica la decisión de retirar el citado nombramiento en base a la Ley de Memoria Histórica, que autoriza a las Administraciones Públicas, en el ejercicio de sus competencias, a la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o mencionas conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura.
Adopción
En diciembre de 1950, cinco años después de que Franco realizara su primera y única visita a la Isla para conocer de primera mano los graves problemas de abastecimiento, hambre, sed y miseria que había dejado la posguerra española a los majoreros, el Generalísimo decide adoptar a a Fuerteventura a través de un decreto denominado popularmente como Plan de Adopción donde se establecían una importante ayuda económica para poner en marcha diversas iniciativas, entre ellas, políticas hidráulicas, agrarias, educativas y sanitarias, entre otras, con el objetivo de elevar el nivel de vida de los majoreros. Sin embargo, muchos de los citados planes no llegarían a ejecutarse.
Si bien el actual grupo de Gobierno, conformado por CC y PSOE, sacarán adelante la iniciativa por disponer de la mayoría absoluta, aunque algunos partidos de la oposición se podrían sumar, la expectación se centra en el voto de los consejeros del PP.
