El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, denunció ayer el drama que vienen sufriendo los jóvenes por el desempleo e hizo un llamamiento público para erradicar esta situación. Asimismo, apostó porque la Iglesia se aproxime más a los ciudadanos y que los miembros de la misma "salgan al encuentro de la gente".
Estas reflexiones las realizó el Obispo en el transcurso de la eucaristía celebrada ayer en honor a la patrona de Fuerteventura, la Virgen de la Peña. El evento eclesiástico se desarrolló en la carpa instalada en la plaza pública de Vega de Río Palma, en el municipio de Betancuria, que registró una menor asistencia de feligreses que años anteriores.
La imagen de la patrona insular fue trasladada desde el pequeño santuario hasta el improvisado altar por Gustavo Martín, Chicho Hernández, José Cabrera y Juan Pedro Hernández. Abría la comitiva el artesano Felipe Marrero, que portaba el estandarte que representaba la imagen de la Virgen bordada en oro y que hace cuatro años fue confeccionada gracias a la aportación del pueblo majorero. La Peña fue recibida con una prolongada ovación, mientras que algunas mujeres arrojaban sobre la imagen flores y se entonaba la popular copla: "Virgen de la Peña, Reina y Soberana, dadme vuestro auxilio, no se pierda mi alma..."
El Obispo Cases estuvo acompañado en la eucaristía por el vicario general de la Diócesis, Hipólito Cabrera, así como por los sacerdotes: Daniel Díaz (Corralejo), José María González (La Oliva), Fernando García (Pájara) y Vito Ondó (Tuineje). También participó en la ceremonia el arcipreste de Lanzarote, Sixto Álvarez.
El máximo responsable de la Diócesis de Canarias recordó la situación que se viene sufriendo en Europa ante la masiva llegada de refugiados. "Exponen sus vidas llegando a los países europeos huyendo las guerras de Siria, Irak y Afganistán. Solo buscan una vida mejor y para ello tienen que dejar atrás sus casas, su vida... ". También, añadió, que "nos duele esa inmigración que tiene su origen en las guerras y el hambre".
Cases, recordó a todos los feligreses el fenómeno de la inmigración africana que azotó durante muchos años las costas del Archipiélago, especialmente, el litoral majorero que sufrió la llegada masiva de pateras durante más de diez años.
El Obispo, anunció, los nuevos proyectos y la hoja de ruta que ha diseñado la Diócesis de Canarias para los próximos cinco años. "Es un plan pastoral que persigue dos objetivos importantes. Por un lado convertirse pastoralmente y, por otro, salir a la calle para ofrecer una Iglesia más cercana a la gente. Hay que airar nuestra institución, abrir las puertas de par en par. Si una habitación no se abre nunca, huele mal. Tenemos que abrirnos a la gente".
Durante su homilía, el Obispo se refirió a la familia y la importancia que tiene dentro de la Iglesia. "Somos conscientes de que las estadísticas apuntan un crecimiento del divorcio". Además, rechazó el poder del dinero, de las armas y de la influencia social. "Por ello, los políticos, empresarios y los sabios economistas deben entender la sociedad de otra forma. Deben apostar por la justicia y la paz, protegiendo a los más desfavorecidos".
Tras la conclusión de la eucaristía, se dio paso a la procesión de la imagen por las calles aledañas al santuario. Había una enorme expectación entre los vecinos y los feligreses por portar la imagen y se iban intercambiando con el máximo respeto hasta el momento en que regresó de nuevo al templo.
El consejero insular de Cultura, Juan Jiménez, cuyo departamento junto al Ayuntamiento de Betancuria organizaron los festejos den honor a la patrona insular, señaló, que "La Peña ha vuelto nuevamente a ser el motivo por el que los caminos de Fuerteventura llevan a la Vega de Río Palmas, fidelizando un rito que tiene más de un siglo de antigüedad". Además, añadió, que "en esta ocasión, cientos de personas, mayoritariamente jóvenes, han hecho el camino por primera vez, perpetuando así una tradición que es parte del modo en que se entiende la vida en nuestra isla. Esas personas se han unido a las otras miles que han repetido su costumbre cada tercer viernes de septiembre".
