De sabor afrutado a aguacate, suave picor en la lengua, aroma a hierba e intenso color verde oscuro el aceite de oliva virgen de Fuerteventura es la estrella de Feaga 2016.
El oro líquido majorero ofrece unas características propias, físico-químicas y alimenticias excepcionales, muy apreciadas por el consumidor.
El campo majorero se ha superado año tras año con este cultivo y la plantación de olivos de las variedades picual, arbequina, manzanilla y verdial de Huévar.
Un agricultor que ha sabido aunar tradición e innovación es Juan José Armas de la finca El Esparragal de Valles de Ortega. Su aceite se etiqueta y comercializa con el nombre de su finca. Allí donde su padre plantaba antaño tomates ahora se presenta como el paraíso del olivo. Cientos de árboles para conseguir el producto más deseado del mercado majorero y canario. Juan José tiene su propia almazara y compagina su profesión de empresario en el sector de la automoción con las labores agrícolas que tanto le entusiasman.
Por otro lado, desde la isla redonda y ahora afincado en Tiscamanita Pepe Santana (Gran Canaria, 1959) regenta el Agroturismo Casa Gayría y también cultiva olivas y viñedos.
En las fiestas de San Marcos, el próximo agosto, celebrará su quinta cata de aceite en su casa rural de Tiscamanita. "Somos nuevos en el sector en Fuerteventura pero hemos dedicado muchas horas de trabajo y esfuerzo para consolidar nuestro aceite de oliva virgen extra que destaca por sus características organolépticas: aroma afrutado, amargor al degustarlo, un picor y mínimo de acidez. Indicadores de su alta calidad" explica Santana.
Hace aproximadamente seis años que apostaron por la producción de aceite y los resultados han sido muy positivos para esta familia vinculada al sector turístico. "Lo más importante para nosotros es el cariño con el que trabajamos en la finca. "Cuidamos todo el proceso y los cuatro pasos necesarios para obtener un aceite de máxima calidad", apunta Santana.
Este año Gayría tiene un stand propio en Feaga y presenta sus nuevos envases con botellas de diseño y nuevos productos.
"Casi todo nuestro aceite se vende en casa porque tenemos visitas guiadas con turistas casi todos los días, y también distribuimos aceite y vino en establecimientos de Puerto del Rosario y el Sur" indica.
Un aceite que se cotiza a 20 euros el litro por tratarse de una producción artesanal. "Es cierto que muchas personas consideran que el precio es alto pero se paga la calidad y el trabajo de muchos meses de esfuerzo".
Pepe y su familia invitan a sus clientes del hotel con sus productos propios y "la mayoría compran para llevar porque les encanta el aroma y sabor del aceite y del vino".
Por otro lado, el más veterano de la Isla es el olivarero Francisco Rodríguez de Tarajalejo. Con certificación ecológica y bajo la marca Flor de Fuerteventura acude a Feaga 2016 satisfecho con su producción, unos mil litros.
Toda una vida dedicada a la agricultura. A sus 72 años recuerda las primeras pruebas de aceite de oliva en la campaña de 2.005. "Recuerdo siempre aquella cosecha porque cogí mis olivas, las metí en sacos y me las llevé a una almazara a Gran Canaria. Luego cuando me entregaron el aceite lo llevé al Cabildo para que comprobaran el trabajo del sector primario insular", explica emocionado Francisco. Ahora tiene su propia almazara, etiquetado y registro sanitario.
"He traído a Feaga mi variedad de aceitunas con mojo para que el público pueda probar la calidad de nuestras olivas; y por supuesto nuestro aceite ecológico y de cosecha propia", manifestó ayer en el recinto Rodríguez. Un producto que generó una gran expectación.
