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Feria Insular de Artesanía

"Que no muera el calado majorero"

Nieves Rodríguez Rodríguez exhibe sus manteles, toallas, fundas y zarcillos bordados a mano

Un artesano trabaja una pieza de vidrio, ayer, en la feria. DE SAÁ

Con una aguja y unos buenos hilos convierte Nieves Rodríguez Rodríguez un mantel, delantal, toalla, funda o tapete en una obra de arte. La artesana nacida en Lajares en 1945 y afincada en la capital majorera participa desde hace 50 años en las ferias que se celebran en todas las islas del Archipiélago.

La defensora del calado tradicional majorero ha recibido numerosas felicitaciones estos días en la Feria Insular de Artesanía 2016 por las joyas que decoran su puesto. Manteles y tapetes de diferentes colores, blanco, rosa, azul y verde, bordados no solo con el inconfudible redondillo majorero, sino con formas geométricas y dibujos que ella misma ha creado para innovar en este oficio.

"Mucha gente pregunta y busca por el calado auténtico porque ya todo se hace a máquina. Han tenido mucho éxito los zarcillos, tapetes, fundas y pañuelos", comenta Nieves, con una gran fuerza y energías a sus 71 años.

"Considero que el calado está todavía vivo en las Islas, pero muy poca gente lo practica y para que no muera hace falta un mayor apoyo institucional", afirma. Por este motivo, solicita más recursos económicos para la artesanía, un museo activo en la Maxorata, y pide a las autoridades insulares que se impliquen de verdad con los oficios. "Hacen faltan más cursos para promocionar la artesanía tradicional: el calado, la palma, cerámica, el telar o el hierro; porque son nuestro patrimonio. Y se deben enseñar en los colegios para que las nuevas generaciones aprendan las técnicas y los trabajen como ocio o profesión" demanda la caladora.

Una mujer muy constante que desde pequeña sintió una gran curiosidad por las labores con la aguja y tiene una habilidad extraordinaria. "Recuerdo en casa de Lajares a mi abuela y a mi madre calando, y desde entonces no he parado de trabajar por este bello oficio en mi vida", confiesa Nieves. Defensora también de la innovación y creatividad siempre busca algo nuevo. "Cuando sabes deshilar y zurcir se puede innovar. A mí me gusta mucho sacar nuevos puntos y elaborar calados únicos y exclusivos, bien sea para un traje típico o para un mantel", añade.

Otro artesano que también se afana este año en el calado es el vecino de Tuineje Felipe Marrero. "Me gusta investigar en la vestimenta canaria y recuperar dibujos y calados antiguos" comenta el componente de la Asociación Manos Majoreras. Cuelga en su puesto de la feria una lámina antigua con una pareja ataviada con la vestimenta tradicional y "estoy intentando reproducir el calado del traje", desvela Marrero.

"Creo que se cuentan con los dedos de una mano los maestros caladores en la feria" señala con melancolía mientras se afana por conseguir su objetivo.

Entre los 200 profesionales de las siete islas que se dan cita en la Feria Insular triunfa la obra nueva y creativa. Un ejemplo es Lidia Nuñez, leonesa afincada en Fuerteventura desde hace casi 20 años, trabaja en su taller la seda pintada. Su puesto derrocha color y belleza con lámparas, camisas y fulares suaves y coloridos, de gran calidad.

"Hice cursos en la Península, en Alemania y la técnica es compleja pero a mi me encantó. Se tiñen las telas con mucho cuidado al vapor hasta conseguir resultados espectaculares, que están a la vista", señala. Un trabajo prodigioso que ha generado una gran curiosidad y expectación en el encuentro.

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