Un cuarto de siglo después de que se iniciara el procedimiento para el proyecto de regeneración de la playa de El Castillo, en el municipio de Antigua, la terminación de la obra se vislumbra al final del túnel. Un viaje demasiado largo para un proyecto necesario para la zona turística de Antigua. Las previsiones apuntan a que a finales de octubre estará concluida la obra. Los trabajos de la extracción de arena y el posterior acopio ya ha culminado.
Tras la conclusión de la primera de las unidades en la que se divide la obra, que consistió en la excavación de la roca, ahora se ha concluido con la extracción de 118.117 metros cúbicos de arena procedente del dragado de la bahía de Puerto del Rosario, que ya se encuentra en la playa de El Castillo, pendiente de ser extendida. Una vez distribuida permitirá ganar superficie de playa seca y mejorar la zona de playa mojada. Para ello, la empresa concesionaria deberá picar y excavar 57.897 metros cúbicos con lo que regenerará la playa al emplearlo como base de la arena.
El alcalde de Antigua, Juan José Cazorla, que ayer visitó el desarrollo de las obras, señaló que "este proyecto ha avanzado gracias al apoyo de todas las instituciones majoreras, desde el Cabildo hasta cada uno de los ayuntamientos, tras la reunión mantenida con el delegado del Gobierno en Canarias". Además, añadió, que "llevamos 25 años con el proyecto de regeneración de la playa, una obra prioritaria y vital para el desarrollo económico del municipio".
Cazorla anunció que el objetivo del Consistorio se centrará ahora "en conseguir la ampliación del paseo marítimo". Para ello, el regidor municipal explicó que reclamará a Costas la mitad del dinero de la baja temeraria del proyecto que asciende a 898.157 euros, así como al Cabildo el 50% de su aportación a la obra, que cifra en 940.592,75 euros. "Este dinero, que asciende a cerca de dos millones, se debe invertir para complementar el proyecto de mejora de la playa", aseveró el alcalde.
Cazorla también espera que se estudien los efectos de los temporales del sur que suelen azotar con virulencia las costas insulares. "Estoy a la espera de una reunión con la dirección técnica del proyecto para que me expliquen qué medidas van a tomar para frenar estas fuertes batidas del mar porque, si no, el agua se llevará la arena". Además, añadió que "lo lógico es que se construyera un dique sumergido a la entrada a la playa. Esto frenaría los embates de los temporales".
El proyecto fue adjudicado en septiembre de 2015 a la empresa Sacyr por un importe de 1.966.059 euros. Al concurso público concurrieron un total de 33 empresas y el presupuesto inicial de licitación ascendía a 3.762.373,20 euros. La baja del 47,77 % sobre el presupuesto, considerada temeraria, provocó una enorme preocupación en las instituciones públicas y en la patronal.
Además, se dio la circunstancia que el Cabildo majorero tuvo que financiar el 50% del proyecto y aportar 1.881.185,56 euros a pesar de ser una competencia del Estado.
