- ¿Qué mensaje pretende transmitir esta nueva obra suya?

- Quiere evocar la libertad, la igualdad y la fraternidad, retomando en pleno siglo XXI los valores del final del XVIII enarbolados por la Revolución Francesa. Es un homenaje a la mirada universal de esos tres valores fundamentales entre las personas civilizadas. Es la mirada que no encuentra barreras, alambradas ni muros que impidan ver un mundo sin fronteras. Es la mirada limpia y serena que han de tener todos los hombres que juzgan a los demás con la sabiduría que engrandece a las personas más humildes de la naturaleza. En definitiva, es la mirada de la conciencia y del ojo que todo lo ve.

- ¿Es susceptible de alguna otra lectura?

- Pretendo mostrar un mundo lleno de esperanza y de paz, mirando con solidaridad a todas las personas, vengan de donde vengan, sean de donde sean. Además está ubicada en la desembocadura del barranco de Jinámar, significativamente colocada a la vera de un espacio que ocuparon y vivieron los habitantes prehispánicos de Gran Canaria, y a la de un ámbito empresarial y social que señala la nueva forma de ser, estar y vivir de los isleños, al borde del intenso tránsito diario de miles de personas que fluyen entre el norte y el sur de la Isla.

- ¿Cuáles son las principales características escultóricas de esta nueva figura?

- Tiene 26 metros de altura y en ella he logrado combinar los factores medioambientales del entorno con el simbolismo propio de mi creación. No es una escultura que simboliza la mirada vacía, sino la mirada que ve un mundo lleno de esperanza y de paz que nos invita a mirar solidariamente a todos los hombres, sean de donde sean, por igual. Pero no es la mirada que nos observa y nos vigila. Es la mirada comprensiva y tolerante que engrandece a los seres más humildes de la naturaleza. La Mirada tiene 93.000 kilos de estructura de acero corten traído desde Barcelona y a la vez está sustentada sobre más de 300.000 kilos de hormigón armado en la base. Este material, que es de origen alemán, servirá para impedir el deterioro de la escultura al estar ésta ubicada en una zona ventosa y con niveles altos de corrosión junto al mar.

- ¿En qué términos explica su trabajo artístico?

- Parto de un principio: el arte nos hace más humanos, nos humaniza en la medida en que nos hace más hombres y más mujeres. El arte es una expresión humana, es una vía de comunicación que sólo es entendida por las personas y no por otras especies vivas de la creación. Por eso el arte nos hace más libres, iguales, más fraternos.

- ¿Cómo estimula la inspiración en su trabajo?

- Trato de entregar toda mi capacidad creativa y mi trabajo a la sociedad en la que ésta tiene que vivir, rehacerse y perpetuarse. Soy consciente y valoro las tradiciones y costumbres de la tierra en la que he nacido, pero también sé que no puedo, ni debo sustraerme como artista a la fuerza del futuro que lo atlántico siempre trae a este cruce de caminos y sendas que es Canarias. Procuro que mi trabajo en el campo artístico sea una verdadera ventana que se abre a la mirada del siglo que nos ha tocado comenzar a transitar. Una mirada que, no me canso de insistir, debe ser de esperanza para todos, en particular para todos esos centenares de inmigrantes, muchos de ellos sin papeles, que arriban a nuestras islas en busca de mejores condiciones de vida que la miseria que han dejado en sus países de origen, en África o Latinoamérica.