Si el Ayuntamiento de Ingenio no me paga una subvención de 7.701 euros aprobada hace nueve años y que desde julio pasado me ha comunicado que me daría, me vería obligado a vivir en la calle porque ya no tengo para el alquiler". Así se expresó ayer Esteban Estupiñán Fleites, emigrante canario retornado y que vive en un piso de Carrizal con su mujer, Elsa Tamayo, sus hijos Elizabeth y Lázaro y su nieta Ángeles.

"Todos los alcaldes desde 2000 hasta ahora me han toreado y engañado, después de derribarme una casa rústica en 2001 que iba a rehabilitar con una subvención", dijo Esteban. "No sólo me han engañado, sino que me han complicado la vida, porque hubiera tenido una casa donde vivir y trabajar, sin tener que pagar un alquiler de 430 euros", añadió.

Todo empezó en 2000 cuando Esteban Estupiñán volvió a Gran Canaria y asumió una herencia de una casa rural y un terreno de 1.600 metros cuadrados en El Carrizo que su abuelo Domingo Estupiñán Espino dejó a su padre, Pedro Estupiñán, que se fue a Cuba en 1924. Esteban pidió una subvención para rehabilitar su casa, pero el Ayuntamiento la derribó sin motivos.

Esteban se ha dirigido a las instituciones, desde el Cabildo a la UE, pasando por las Cortes, el Parlamento de Canarias, el Diputado del Común, el Defensor del Pueblo y la Casa Real, que le indicaron que lo estudiarían, además de comunicarlo al Ayuntamiento. Pero aún no ha sido compensado por el daño sufrido.