" ¡Qué va, qué va! No, no, no. Jamás en la vida he abusado de la niña". El taxista Juan G. U. negó ayer ante la Audiencia Provincial de Las Palmas que abusara sexualmente de una niña de 12 años y de un discapacitado mental en su casa de Valsequillo.

La declaración del acusado, que rechazó las conclusiones de la fiscal María Eugenia Rodríguez, chocó con el testimonio de la denunciante. "Abusó de mí muchas veces durante muchos años", aseguró la víctima, de 22 años en la actualidad.

La joven dijo al tribunal que los supuestos abusos se iniciaron en 2002 y continuaron hasta 2009. Luego, un año después, denunció la situación a través de los servicios sociales del Ayuntamiento de Valsequillo. También declaró que el procesado le daba pastillas abortivas para que no se quedara embarazada, le ponía películas pornográficas y emborrachaba a su madre para dejarla adormilada y poder perpetrar los presuntos abusos.

El taxista, antes de la declaración de la denunciante, negó los hechos que le atribuye la denunciante y dijo que sólo tuvo relaciones sexuales con la madre de la menor, extremo que ésta rechazó en su declaración posterior.

La progenitora añadió que iba con frecuencia a la casa de Juan G. U. porque "estaba separada, tenía muchas deudas y él se ofreció a ayudarnos". Luego confirmó que se enteró de la situación por los Servicios Sociales, insinuó que el acusado mezclaba las bebidas alcohólicas con medicamentos para causarle somnolencia, y agregó que su hija solía bajar al garaje para ayudarle a lavar el taxi.

Allí, en la cochera, además de una televisión y una cama, el procesado guardaba material pornográfico, anticonceptivos y varios tipos de medicamentos, según declararon ayer los guardias civiles que intervinieron en el registro de su vivienda. El taxista insistió en que "jamás en la vida" vio una película porno con la niña, y replicó que las cajas de anticonceptivos "estaban vacías porque había tenido una relación con una marroquí".

También negó que sometiera sexualmente a la otra víctima. "Me tocaba en casa a las doce de la noche y le daba un plato de comida porque tenía hambre", declaró el taxista. "Jamás lo he hecho con un hombre, son invenciones suyas", respondió Juan G. U. Sin embargo, el joven, con las limitaciones propias de su discapacidad -tiene una edad mental que se corresponde con la de un niño de nueve años- reconoció que fue víctima de abusos. Aseguró que iba a casa del acusado para tirarle la basura y que éste lo violó a principios de agosto de 2010, tras ponerle una película pornográfica y amenazarlo para que no se lo contara a nadie.

Credibilidad

El juicio contra Juan G. U. no ha quedado visto para sentencia, sino que continua hoy en la Sección Segunda con las declaraciones de los forenses y psicólogos, una prueba que será importante para determinar la credibilidad de los testimonios. Después de esa pericial, las partes expondrán sus conclusiones finales.

La fiscal viene sosteniendo que existen dos delitos de abuso sexual y otros dos delitos de exhibición pornográfica, hechos por los que reclama una pena total de 27 años de cárcel en su escrito de conclusiones provisionales. La defensa, ejercida por José Luis Benítez, solicita la absolución porque considera que la denuncia se presentó por venganza después de que el taxista dejara de ayudar económicamente a la madre de la menor denunciante.