Cecilia Julin confiesa que debe ser "una de las pocas personas" de su país que no ha estado nunca de vacaciones en el Archipiélago canario. Embajadora en España desde hace un año, ahora le llega la oportunidad de conocer Gran Canaria y de inaugurar, hoy, en el nuevo bulevar de San Agustín, el monumento al Caballo Dalecarlia, un símbolo del estado escandinavo. La escultura es una donación de la comunidad nórdica al municipio de San Bartolomé de Tirajana, dentro de un amplio programa de actos organizado por el grupos Los Suecos para conmemorar los 50 años de la creación de Maspalomas Costa Canaria.

La embajadora aprovecha la visita para estrechar las relaciones con Canarias y ayer se reunió con el jefe del Gobierno autonómico, Paulino Rivero, con el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna, y con el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona. Hoy dedicará el día a sus compatriotas del sur de la Isla y mañana tiene previsto realizar una excursión a pie hasta del Pico de Suecia de San Agustín, un ascenso de 800 metros que a buen seguro le dejará "algunas agujetas". Asegura que está "encantada" con todo lo que ha visto y que espera visitar la Isla con más calma en cuanto le sea posible.

Los suecos fueron pioneros en el turismo en el sur de Gran Canaria, pero ¿mantienen todavía las mismas ganas de conocer la isla?

Sí, creo que sí. De hecho está aumentado el turismo sueco a las Islas y especialmente a Gran Canaria. Hubo un periodo en el que los suecos descubrieron Tailandia y muchos empezaron a viajar allí, pero todavía en un número más bajo que a este Archipiélago. A Tailandia van 450.000 suecos al año y a Canarias medio millón.

¿Qué encontraron aquellos suecos de 1960 para instalarse en San Agustín?

Mis padres vinieron a Gran Canaria en los años sesenta, yo tendría unos seis o siete años, y para ellos fue algo muy exótico porque tuvieron que volar por Casablanca, en Marruecos, para llegar hasta aquí. Les gustó la isla por el clima y porque había algún campo de golf, lo que para mi padre era algo magnífico. Si hay playas, buen clima y además un campo de golf, los suecos se quedan muy contentos.

En las playas de Gran Canaria y de toda España, donde imperaba el puritanismo de la dictadura franquista, se gritaba aquello de ¡que vienen las suecas! ¿Qué ha cambiado en su país y en el nuestro desde entonces?

En España ha habido cambios tremendos, desde luego. Y si las suecas con sus bikinis han ayudado a las mujeres españolas a liberarse un poquito, pues yo me alegro mucho. Suecia también ha evolucionado en este medio siglo, tal vez no tanto como España, pero lo que es cierto es que hemos mantenido el interés por viajar a España y sigue siendo el destino turístico más popular para los suecos.

¿Cuántos compatriotas suyos visitan la isla cada año y cuáles son las perspectivas del negocio turístico para el futuro?

En el año 2011 llegaron 480.000 suecos a este Archipiélago, de ellos, unos 250.000 a Gran Canaria, y parece que la cifra seguirá creciendo. Tenemos un interés muy grande en colaborar con España y con las Islas en el campo del turismo. Por ejemplo, hay empresas de mi país que están trabajando ya en el sector del turismo de salud. En un seminario vamos a discutir soluciones para hacer los servicios de salud más eficaces y también hay empresas suecas que pueden prestar asistencia médica en el campo de la diálisis o la cirugía. Hay clínicas de aquí que pueden recibir a pacientes suecos con problemas reumáticos. Además, hay interés en el campo de la alimentación y colaboramos con empresas como Carrefur o El Corte Inglés para ofrecer comida sueca. Queremos que los turistas conozcan las delicias suecas.

¿Hay intercambio en el mercado turístico?

El turismo español a Suecia también ha crecido y estamos muy contentos por ello. El pueblo sueco es muy viajero y siempre le ha ido bien. Los que pasan sus vacaciones en otros países pueden animar así a los españoles, a los italianos o a los tailandeses a visitar nuestro país. Siempre decimos que los suecos necesitan salir en invierno para tomar un poco de sol.

Mientras España atraviesa una grave crisis, la economía sueca se mantiene boyante, por lo que se vuelven a dar las diferencias de antaño. Al mismo tiempo que los suecos descubrían este Archipiélago, muchos canarios emigraron a su país en busca de trabajo, ¿hay posibilidades de que los jóvenes isleños encuentren ahora una salida laboral en Suecia?

Sí, y en eso estamos involucrados. Tenemos el mercado único en la Unión Europea y estamos trabajando en ese sentido. En Suecia hace falta mano de obra en varios sectores y estamos tratando de atraer a ingenieros españoles, a mineros o a gente especializada en servicios sociales. La agencia de empleo sueca está muy interesada en colaborar con las autoridades españolas para que aprovechen el mercado único. Para eso estamos en la Unión Europea, para poder ayudarnos los unos a los otros cuando lo necesitamos.

Entonces, ¿anima a los jóvenes canarios a buscar una oportunidad en Suecia?

Por supuesto, les animo a que busquen trabajo en Suecia porque estamos interesados.

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