La Provincia - Diario de Las Palmas

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'Selfie' con las olas

El mar muestra su lado más bravo con un fuerte oleaje que consigue traspasar los espigones en La Cícer, El Puertillo, Quintanilla o Agaete

'Selfie' con las olas

Puerto de Agaete, 16.00 horas. La lluvia ha cesado tras varios minutos de caída libre sin miramientos. La humedad y el frío traspasan la ropa y se impregnan en cada rincón del cuerpo. Sopla el viento y el mar brama a escasos metros de distancia. Una ola, que acaba de romper con fuerza contra es espigón les salpica de lleno. "Venga, que es solo agua", les tranquiliza Alberto Cabrera. "Pónganse aquí", organiza en un momento al resto de la familia integrada por cuatro miembros. "Sonrían". Vuelven a saltar gotas de una nueva montaña acuática que se estrella contra el dique, pero no importa, ellos han conseguido su objetivo: sacarse un selfie con el oleaje de fondo.

Emprendieron la ruta hacia el norte de la Isla "temprano". En Las Palmas de Gran Canaria, donde viven, también llovía cuando decidieron jugársela con el clima y, de todas formas, hacer la excursión. "Christopher, el novio de mi hija Laura, ha venido a visitarla unos días y queríamos enseñarle todo lo que nos dé tiempo porque se va en tres días de nuevo a Londres y durante la semana trabajamos", explica. "Además", añade, "él está acostumbrado a este tipo de climatología porque, aunque es griego, vive en Inglaterra y allí llueve mucho. No obstante, le hemos explicado que esto no es así siempre y que somos más de sol que de agua". Acostumbrado o no, en lo que sí se estrenó ayer Christopher fue en eso de sacarse una foto con "olas tan elevadas salpicándole en la espalda", confiesa él mismo entre risas.

El puerto de Agaete no fue el único lugar en el que el mar mostró su lado más bravo. El medio de un litoral con no mucha más presencia que la de las constantes precipitaciones, las rocas de El Altillo, Quintanilla o El Puertillo sufrieron los constantes ataques del oleaje que, en algunos casos, también llegó hasta los paseos. Los aledaños de las playas estuvieron poco transitados en su mayoría y pocos fueron los que se dejaron ver en algún restaurante.

En la capital grancanaria, las fuertes olas también marcaron el ritmo de la jornada cargada de lluvias. Aunque a ratos salió el sol, en la zona de La Cícer, en la playa de Las Canteras, el mar estaba tan turbio que se dejó también caer sobre los que se atrevieron a pasar cerca. Y es que, a pesar de que las palmeras que hay en las traseras del Auditorio Alfredo Kraus anunciaban que el tiempo estaba alterado, algunas personas no tuvieron el mayor reparo en salir a correr o pasear por la zona.

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