En la Comunidad de Regantes del Norte, que agrupa a unos 600 comuneros, solo falta tirar voladores por un maná de meses cayendo sobre sus presas y estanques que representan 1.330.000 horas de agua, o dicho de otra forma, 4.259.000 metros cúbicos, que es el volumen que representan sus tres presas de Las Hoyas, Lugarejos y Los Pérez. Pero es que además se han llenado estanques que no lo hacían desde antiguo, así como la presa de Las Garzas, en el barrio guiense de San Juan, que ya ha rebosado dos veces, la primera en diciembre y la segunda esta semana.
"Todo el mundo está contento", afirma Marcos Betancor, de la Comunidad, mientras gestiona el agua que ya va libre, de sobra, para repartirla entre los comuneros, un agua que es regalo extra porque no computa como consumida y que, de paso, está parando literalmente las plantas desaladoras por falta de demanda. Las plantas luego seguirán aportando agua a los riegos, pero mejorará la calidad mezclándose con las procedentes de los embalses.
Unos vasos en los que, recuerda Betancor, no se puede pescar, a pesar del gran número de carpas y percas que tienen, ni bañarse ni introducir embarcaciones por el peligro que representan. Además su visita en domingo está siendo especialmente complicada, por el atasco de unos caminos de apenas un carril.
