¿Cómo llega una persona a ponerse tan misteriosa?
Pues por casualidad. Mi madre tenía un programa de radio en Teror en el que yo hacía de técnico y un día sin avisarme me coló en antena. A partir de ahí empecé a leer este tipo de casos y por ahí entré.
Pero ahora se codea con la elite de lo raro, ¿no?
Bueno, tengo un programa de radio en Valleseco, en el 104.5, que el viernes acaba su 13 temporada, y que curiosamente se emite en simultáneo en México, y en el que podido entrevistar a Iker Jiménez, Sol Blanco Soler, del grupo Hepta de investigación de fenómenos paranormales, Paloma Navarrete, una sensitiva del mismo grupo, y otros colaboradores de Cuarto Milenio, como Santiago Camacho, y sin olvidar al canario Luis Javier Velasco, que es uno de los referentes en cuanto al misterio en Canarias junto a José Gregorio González.
Ofrece usted una charla sobre Teror, ¿Teror es muy oculto?
Teror tiene su magia, casi todo el mundo vincula los misterios de Teror a la Virgen del Pino, pero hay algo más, como Osorio.
¿Qué le pasa a Osorio?
Su naturaleza ya es mágica de por sí. Además de ser un lugar muy propicio para la investigación psicofónica, por su paz y tranquilidad. Pero más allá de esto siempre ha estado vinculado a hadas, duendes o brujería, que al final no es tal. Ahora bien, se han vivido allí historias interesantes, algunas en primera persona.
Pónganos los pelos de punta.
Una medianoche de marzo de 2007 realizando grabaciones psicofónicas con resultados positivos en el parque de Los Patos, mal llamado de Las Brujas, sentimos varios a la vez una sensación de que algo sucedía algo extraño. Nos fuimos de allí, a los merenderos, y de repente Javier Velasco y Cristian Pérez levantan las manos a la vez como un resorte y señalan hacia una figura etérea, un animal sin cabeza que camina ni rápido ni lento, flotando. Pensamos que era una aberración de la vista, pero no por que lo ven dos personas a la vez.
Pero, ¿qué demonios era?
No lo sabemos, pero Canarias es fuente de leyendas como la de los tibicenas, grandes perros lanudos negros de los que se han reportado excepciones de color blanco.
Ah. ¿Y usted no se desala?
Ante el absurdo el miedo aflora.
Cómo para ir a pescar ranas a las diez de la noche.
Hombre tampoco es tanto. Los fenómenos de Osorio son sutiles. Si algo destaca la finca, ante todo, es que se trata de un aula de la naturaleza para disfrutar. Aunque eso sí, en Osorio suceden cosas cuando menos te lo esperas.
¿Y de la psicofonía que salía?
Cuando salíamos del camino, se grabó la voz de una mujer cantarina que nos dice aaaaadios.
La madre que me...
Te quedas frío, helado. Una cosa es escuchar las psicofonías grabadas por alguien, y otra distinta oír las que salen de tu grabador, que dices, Dios mío ¿qué es esto?
¿Tiene más asombros?, pero más tirando para el pueblo.
Tengo un caso reportado en una vivienda del casco con fenómenos de todo tipo, velas votivas que se encienden solas, pasos en los pisos de arriba, habitaciones que se iluminan y, de repente, una sombra a los pies de la madre.
¿Pero esto lo vio usted?
Ella me lo contaba e inicio una investigación. Tras la sombra se hunde su cama como si alguien se sentara en ella hasta sentir dos manos en su espalda que la empujan y la tiran de la cama. Ella da un grito. Y sus hijas la encuentran en el suelo. Buscamos razones, como roedores que justificaran los pasos, puntos de luz no controlada, corrientes de aire..., pero nada.
¿Entonces?
Hacemos unas grabaciones y se produce una mimofonía, el ruido de un objeto físico, como el crujir de una mecedora. Su padre tenía una, nos dice la mujer.
Que era lo que nos faltaba.
Si. Hacemos una ouija, con muchísimas reservas porque es la primera que hacía, y el padre difunto se manifiesta en la tabla.
¿Eso es como conseguir cobertura, no?
Pues sí. Nos intenta mantener tranquilos y a veces responde y otras no.
¿Qué dice este hombreÇ'
En resumen que quería que su hija espabilara de una vez y sacara a su pareja de casa por la que la estaba ofendiendo y haciendo la vida imposible. Una vez lo echa cesan todos los fenómenos.
Esto es para aflojarse
Este caso lo publiqué en la Revista Cero en 2009. Y ha llamado mucho la atención porque no es común cerrar un caso utilizando la ouija, una herramienta que se usa mucho como un juego de manera inapropiada. Hay que tener en cuenta que no todo lo que nos venden es misterio, pero tampoco tiene por qué no serlo. . .
¿ Y existe alguna leyenda en Teror como para hartarse a tila?
Para hartarse a tila no, quizá la de la Laguna de Valleseco, vinculada a un fenómeno muy arraigado en Fuerteventura, con su Luz de Mafasca. De ella hay versiones, como la de Laguna, cuando hace muchos años un hombre destruye una cruz para hacer una antorcha y, al morir, su alma deambula seis meses por allí. Y otros seis meses por Venezuela.
¿Venezuela a santo de qué?
Pues no lo sé. Es lo que dice la leyenda, que en Valleseco se conoce como el Jacho de La Laguna.
Es decir, que terminar una parranda en La Laguna y encontrarse con el Jacho podría ser la última juerga.
No, no, se puede ir perfectamente, de día y de noche.
¿Pero a usted con una vocación de este formato no le diagnostican tembleque crónico?
Si, sí que me pasa de vez en cuando. Yo paso miedo. No soy ningún valentón, sino una persona como otra cualquiera.
