Sobre las seis de la tarde de ayer el cortejo inició el desfile desde el Almacén de los Picos, con las aceras repletas de público, hasta llegar a la iglesia parroquial, donde los primeros romeros se presentaban transcurrido poco más de una hora y media. En la fachada del templo los romeros iban depositando ante el Santo Patrono miles de productos de la tierra para su posterior reparto entre distintas instituciones benéficas. Mientras, los diferentes grupos folclóricos interpretaban lo mejor de su repertorio.

Como de costumbre el multitudinario y entusiasta festejo se convirtió en lugar de encuentro del folclore y de las tradiciones canarias. Rondallas con sus cuerpos de baile se entremezclaban con las cuarenta carretas procedentes de todos los barrios, en un evento donde los amantes del costumbrismo se vistieron con sus trajes típicos, divirtiéndose a los sones de los cantos de la tierra.

Durante el recorrido no faltaron las papas arrugás, los huevos duros, el buen queso y otros enyesques propios para acompañar unos buenos rones. Sobre las diez de la noche el espectáculo se concentró en la parte alta de la Avenida San Nicolás donde las parrandas con sus isas y folias animaban la interminables fiesta. Cerca de la medianoche, los niños y mayores iban regresando a sus casas para descansar, mientras que los más jóvenes continuaban el jolgorio en la verbena y en los chiringuitos al grito de "De aquí p'al Charco".

En este día grande de las fiestas en honor de San Nicolás de Tolentino fue notable la asistencia de fieles a la solemne celebración de la Eucaristía concelebrada por varios sacerdotes de las distintas parroquias de la isla. A continuación se llevó a cabo la procesión con las imágenes de San Nicolás y la copatrona Virgen del Carmen por las calle del municipio. Se echó de menos la presencia de autoridades insulares y regionales de primer orden, si bien asistió la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, así como consejeros insulares, alcaldes y concejales de la mayoría de los municipios grancanarios.

Hoy se celebra la Fiesta del Charco, el festejo más popular de los aldeanos, conocida siglos atrás por la embarbasca con origen en la costumbre de los aborígenes canarios de narcotizar los peces de los charcos costeros con la leche de tabaiba amarga o de cardón y cogerlos cuando se encontraban entontecidos.Pero la Fiesta del Charco no sólo se limita al tradicional remojón y a la pesca de la rica lisa. A las doce del mediodía tiene lugar en el viejo muelle un charanguero baile cuyo jolgorio se traslada unas dos horas después al parque de Rubén Díaz y a los tarahales de Las Manchas.