La adjudicación del contrato a Mogán Limpio supuso el desenlace a cerca de tres años de secuestro del servicio. El gobierno de Francisco González tuvo que asumir la gestión de las labores de limpieza al carecer la adjudicataria Clusa de fondos para abonar las nóminas de sus trabajadores. La concesionaria no solo debía dinero a su plantilla sino también a la Seguridad Social y a la administración tributaria. Ante las amenazas de huelga de los empleados, el consistorio rescindió el contrato. Thaidi Llamas
