Usted es belenista desde hace muchos años.
Yo creo que de toda la vida. Empecé como empezamos todos, ayudando a hacer el belén del pueblo cuando eras chico, con tu madre o una tía ibas a buscar los materiales por los alrededores.
Son recuerdos de la infancia.
Sí, desde niño. Yo también era el que diseñaba el famoso belén viviente del pueblo y trabajaba en el belén de la iglesia.
O sea, que la afición le llegó desde pequeño.
Es que en Agaete las navidades y las tradiciones siempre se han cuidado. Hoy en día es el único pueblo de la isla que sigue manteniendo las misas de la luz. En Santo Domingo se han recuperado pero en Agaete ha habido toda la vida, se han mantenido y se siguen manteniendo.
Tuvo suerte que en su pueblo se mantuvieran las tradiciones.
Sí. Me acuerdo cuando pequeño que el día de nochebuena se hacían pastorelas y se mantuvieron mucho tiempo. Los autos de reyes se siguieron haciendo en Agaete. Yo participé en un auto de reyes magos porque intentamos recuperarlo. La navidad siempre se ha vivido mucho.
¿Esta tradición pervivirá o hay riesgo de extinción?
Yo creo que todavía esta tradición aguantará unos cuantos años. Yo soy secretario de la asociación de belenistas San Juan de Dios, que es de ámbito regional. Una de las cosas que más me sorprendieron fue que fui a un congreso de belenistas hace unos años a la Península y me encontré con mucha gente con la misma afición.
Entonces no se encontró raro ni solo.
Yo pensaba que era una rara avis pero en el congreso fueron 400 personas de todo el mundo. Hay bastante auge con las asociaciones de belenistas. Yo espero que Papá Noel no acabe con esta tradición nuestra.
¿Para ser belenista es preciso ser creyente?
No. Yo mismo soy agnóstico total y hago belenes. Antes de gastarte el dinero en el psiquiatra los gastas en esto.
Este hobby no tiene nada que ver con ser creyente o religioso.
No, no tiene nada que ver. Se puede ser creyente o agnóstico, pero ante todo se es belenista.
¿Y le sale mucho trabajo?
Bueno, gracias a los belenes me han salido otros trabajos. Por ejemplo, en La Palma, en los museos los dioramas y las maquetas son míos; en el museo de sitio de Guayadeque también son míos; en los dos museos de Agüimes hay dos maquetas mías y en Arteara también tengo un diorama. Todo resto me salió a través de los belenes.
¿Los hace usted solo?
No, mi mujer (Julia González) también los hace. Sin mi mujer no me atrevo a hacer un belén. Tanto la escenografía como las figuras son hechas por nosotros. En los museos hemos puesto guanchitos en vez de figuras de belén.
¿Este año el Parlamento de Canarias les encargó el belén porque conocían su trabajo?
Sí, nosotros hicimos el belén del cabildo, o el nacimiento, como decimos en Canarias. Nosotros tradicionalmente hacíamos el nacimiento de la casa museo Pérez Galdós. A raíz de ahí la gente nos fue conociendo. El año pasado hicimos el del Cabildo. También dirigí el de la asociación de belenistas cuando se hizo en Santo Domingo y después en Mapfre. Ahora ya tenemos sede y lo hacemos todos los años en Vegueta.
¿De cuántas piezas se compone el belén del Parlamento?
Lo que son personajes, porque ni cuento los animales, pueden ser unas 85 piezas, elaboradas una por una. Luego están los animales, los bueyes, los camellos...
¿Y de qué materiales están hechas las figuras?
Bueno, los materiales se han ido modernizando. En Canarias se usaba la piedra volcánica, que es una pena que se vaya perdiendo, pero en la asociación tenemos que recuperarla de alguna forma. Hoy tenemos poliespán, polietileno, polietileno expansivo, una especie de escayola, madera de balsa...
Esto es un pasatiempo, no un trabajo remunerado.
Claro. Yo estoy jubilado y no vivo de esto porque ademas no asumo más que un belén al año. Con uno tengo todo cubierto.
¿Cómo es el belén del Parlamento que ha ideado para este año?
Yo me baso en todo lo que fue el siglo XVIII con las historias de Napoleón cuando fue a Egipto y en los pintores orientalistas, que son los que han puesto la iconografía de los belenes.
Los belenes no se basan en el Belén de hace más de veinte siglos.
No. Lo que nosotros representamos en los belenes no es la tierra de la época del nacimiento de Jesús porque casi todo es de construcción árabe. El belén, como cualquier arte, es un lenguaje. Entonces si tú no usas los iconos que la gente está acostumbrada a ver, no entienden la obra.
De ahí la importancia de los pintores orientalistas en los belenes.
Los pintores orientalistas se recorrían Palestina y lo plasmaban en sus acuarelas. Eso nos sirve a los belenistas para el nacimiento.
