El derrumbe de un risco en el litoral del municipio de Agaete arrojó ayer varias toneladas de piedras, tierra y restos de vegetación sobre la playa de El Cantil, situada entre el puerto de Las Nieves y el barranco de El Juncal, próxima a la zona de La Caleta y a la urbanización turística de El Turmán. La caída de una parte del acantilado se produjo a las 11.50 horas y provocó un gran estruendo en esa parte de la costa, según relataron testigos presenciales que paseaban a esa hora por el muelle de Agaete.

El desplome del risco, en tres fases, arrastró toneladas de materiales sobre la playa y levantó una nube de polvo divisable desde varios kilómetros, lo que alarmó a los vecinos del Puerto de Las Nieves y a algunos clientes del hotel Roca Negra, las edificaciones más cercanas a la playa de El Cantil

Aunque esa zona del litoral de Agaete se encontraba prácticamente desierta en el momento de los desprendimientos, por ser día de Navidad y con temperaturas que no invitaban al baño en el mar, pronto cundió la preocupación porque a primeras horas de la mañana habían visto sobre el risco a uno de los pescadores de caña habituales en El Cantil y La Caleta.

Tras avisar a la Policía Local de Agaete y a Protección Civil, los dos únicos agentes de guardia en ese momento y otro policía fuera de servicio localizaron al pescador ya en su domicilio. También bajaron a la playa para comprobar que no había pescadores, bañistas o excursionistas.

La playa de El Cantil, al igual que las vecinas de La Caleta o El Juncal, son utilizadas por los bañistas de Agaete y del norte de la Isla que buscan la tranquilidad, pues tienen poco afluencia de público ante la dificultad de los accesos por tierra o por mar.

Peligrosidad

De hecho, en los últimos años se han registrado varios accidentes y un ahogamiento, lo que llevó al grupo de rescate Delta de Agaete a reclamar más vigilancia en esa zona o, al menos, que se coloquen carteles que adviertan sobre los peligros de las mareas y los desprendimientos.

Ayer, tras comprobar que no se habían producido daños personales, los agentes de la Policía Local y de Protección Civil procedieron a cerrar los accesos a esas zonas de la costa y a colocar cintas de peligro alrededor de la zona del derrumbe, pues la pared presenta numerosas grietas y no se descartan nuevos desplomes de material sobre la playa.

Los vecinos recordaron que ese lugar es visitado en verano por pescadores y por algunos bañistas del pueblo que conocen bien esas calas, pero también por turistas de los hoteles cercanos que desconocen los peligros. En esa hora del mediodía, en épocas de buen tiempo, suele haber hasta una docena de personas en esa playa.