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De Las Tirajanas, su malvasía

La bodega sureña muestra este fin de semana su nueva cosecha en la Feria del Agricultor de Tunte

La bodega Las Tirajanas explota en boca de sus comensales bajo un misma insignia el gran abanico de sensaciones que ofrece Gran Canaria. De Norte a Sur, desde las cepas de Lomo Los Azules de Maspalomas, ubicadas a cota cero de altitud, hasta los 1.500 metros de los altos de Moya, esta cooperativa de vinicultores recoge en sus diez caldos la idiosincrasia de la Isla en todo su esplendor. Con la malvasía volcánica, su uva emblemática, ha creado una familia de blancos con carácter único. Este año la cosecha ha alcanzado su marca récord con 145.000 kilos. La quinta edición de la Feria del Agricultor de Tunte, que organiza el Ayuntamiento, acoge hoy la presentación de la vendimia.

La Sociedad Agraria de Transformación de Tirajana, compuesta por 16 vinicultores, ha conseguido sacar de cada casa lo mejor. En una misma copa es capaz de concentrar el frescor y el aroma afrutado de las tierras del Sur como sacar a la luz una lágrima de color a cereza intenso, propio de la zonas de medianías.

En los años 90 comenzó su andadura de la mano de un grupo de agricultores de la zona de la caldera, de Fataga principalmente. En esta cuenca de barrancos sureños brotan en espaldera el verijadiego, verdello, listán blanco, albillo y la perla de la corona de esta familia: la malvasía. En un principio la bodega sentó su base a la entrada de Tunte, en lo que hoy se conoce como la Casa del Olivo y tras un intento frustrado de expansión en la cooperativa agrícola de la zona, finalmente se consolidó a escasos metros de la plaza de Santiago, en la senda turística de más de 3.000 visitantes por año.

En 2005 los socios, con tierras en cinco municipios, apostaron por aunar sinergias y adquirir depósitos de mayor tamaño y maquinaria innovadora para hacer frente a un producto a mayor escala. Ya no se trataba solo de la elaboración de vinos blancos, sino también de tintos y rosado. Los últimos vinicultores en incorporarse al proyecto, con cepas de más de 50 años de antigüedad en San Mateo y Moya, culminaron el proceso de ampliación de la bodega con uvas como la castellana o tintilla que han sido bendecidas con la bruma de los alisios.

A día de hoy Las Tirajanas atesora 13 variedades de vid que fermentan bajo la influencia de Amurga, suelo sagrado de los antiguos pobladores. Algunas de sus parcelas de cultivo son de naturaleza monovarietal, con malvasía o verijadiego como ingrediente principal. Y, a pesar de que los bodegueros que componen la entidad transportan su cultivo a Tirajana, la cooperativa cuenta con cerca de siete hectáreas dedicadas en exclusiva a la vendimia en las inmediaciones de la presa de Sorrueda, en Santa Lucía, y Los Sitios.

En su carta de presentación se pueden degustar: semidulces, "delicados, suaves", como apunta la gerente de la bodega, Ana Nanclares; secos, "con pura reminiscencia a uva", y fermentados en barrica, "que recuerdan a madera, a suelo". Algunos han cosechado reconocimiento a nivel internacional, como el malvasía seco, a quien el Centro de Investigación, Estudios, Salvaguardia, Coordinación y Valorización de la Viticultura de Montaña (Cervim) de Italia le otorgó la medalla de plata el año pasado. Un galardón que hasta ahora no había recibido ningún vino de la Isla. A nivel insular la línea de los blancos, tanto el semidulce como el fermentado en barrica de roble francés, han causado furor en las últimas catas del Cabildo.

El pasado 14 de julio Las Tirajanas se convirtió en la primera bodega de todo el Hemisferio Norte que comenzó con la vendimia. La cosecha de este año, que finalizó en octubre de 2015, ha alcanzado su marca histórica con una producción de 145.000 kilos. La vid, además, es de "muy buena calidad", explica la gerente, al haber madurado "paulatinamente" a temperaturas "suaves" durante el verano, sin excesos de calor. La ventaja de ser una bodega con materia prima procedente de varios enclaves de la Isla radica, entre otras cosas, en que a pesar de que la producción este año en el Sur no ha sido muy alta, el cómputo global se "compensa" con la vendimia abundante de las zonas de medianías. Desde 2010 la bodega ofrece en sus instalaciones visitas guiadas y catas a a los turistas. Sus botellas están presentes en los restaurantes de algunos hoteles del Sur y en las ferias de productos autóctonos de la Isla, como la que celebra Tunte estos días. Para este 2016 la cooperativa planea lanzar al mercado su primer vino crianza, elaborado con cepas de tintilla y castellana de medianías de la cosecha de 2013.

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