El emblema turístico de la costa de San Bartolomé de Tirajana, el Faro de Maspalomas, continúa arrojando luz en la memoria colectiva de su órbita 126 años después de su inauguración. El Instituto de Enseñanza Secundaria Faro, que lleva su nombre, dedica esta semana su pequeña sala de exposiciones a la serie que esbozó Juan Hernández durante la década de los ochenta entorno al monumento. La efeméride del edificio, promovida por el Ayuntamiento, ha despertado el interés de los 900 alumnos, que componen el centro.
El expresionismo abstracto que desprende la pincelada del fallecido Juan Hernández, entregada a un constante juego de luces desde una perspectiva vertical, ha resucitado estos días en el Sur de la Isla. Una cuidada selección del legado que dejó este autor grancanario bajo el título El Faro ha sido rescatada por el equipo directivo del centro para ilustrar la importancia que a día de hoy aún tiene la torre de la punta de Maspalomas.
Gran parte de los alumnos del IES Faro desconocían que en España existen 11 luminarias marinas, levantadas bajo la inspiración de la obra del ingeniero Juan de León y Castillo. Tampoco sabían que las dimensiones colosales del Faro de Maspalomas lo convierten en uno de los de mayor tamaño a nivel nacional ni que la piedra con la que se forjó el monumento, intacta hasta ahora, pertenece a la cantera de Fataga.
Tras la explicación del alcalde de la ciudad turística, Marco Aurelio Pérez, el pasado 1 de febrero a los chicos sobre la historia del edificio, los cambios de titularidad que ha experimentado a lo largo del tiempo así como el interés turístico que despierta entre los visitantes, el profesorado sureño ha abordado de manera "transversal" en el aula las curiosidades que entraña el monumento.
"Hemos intentado desde las diferentes áreas que componen el curriculum académico profundizar en el conocimiento de un lugar que por su ubicación es cercano a los chicos y que, sin embargo, poco sabían al respecto", explicó ayer la directora del centro, Paqui Sosa.
El compromiso que ha adquirido el Cabildo por convertir el Faro en un museo etnográfico durante este año acaparó en especial la atención de los estudiantes, que cursan ciclos formativos en el sector de la Hostelería y Turismo.
El centro clausura esta semana la exposición de lienzos que ha puesto en valor no solo la transcendencia arquitectónica, cultural y turística del monumento, sino también la difusión del legado de un pintor, que a pesar de haber residido en el Sur y haber contribuido de forma notoria a la llamada Generación de los Setenta, continúa siendo un desconocido entre los vecinos de San Bartolomé.
