La alcaldesa de Teror, Isabel Guerra, de Nueva Canaria, imprimió ayer una nueva vuelta de tuerca a la tensión que sufre el pacto de gobierno que sostiene con el Partido Popular al quitar competencias a los concejales Sergio Nuez, Mónica Nuez y Enoc Acosta, todos ellos de la formación conservadora.
Tras una frustrada reunión celebrada el pasado lunes con el fin de aliviar las tensiones surgidas entre ambos partidos por la decisión de Guerra de enviar a fiscalía un procedimiento urbanísco sin consultar a su socio, ayer martes la alcaldesa sorprendía a primeras horas de la mañana a los concejales populares al enviarles, por mensajería, una serie de disposiciones de alcaldía por la cual se avoca a los ediles de sus facultades para la redacción y valoración de puestos de trabajo, la destitución del arquitecto municipal, así como la organización de las fiestas en los barrios.
Una decisión tomada, según explica la alcaldesa," por la necesidad de que el Ayuntamiento de Teror siga funcionando tras la parálisis que padecen los concejales del Partido Popular en estas últimas dos semanas", quién asegura que "ya ni los veo por las oficinas municipales, por lo que en vez de protestar", sentencia, "lo que tienen que hacer es venir a trabajar, que para eso cobran".
Para Isabel Guerra esta avocación es necesaria "para hacer frente al día a día, porque está en puerta la convocatoria pública de empleo para el puesto de informático, porque hay que regularizar la situación de un arquitecto municipal que ostenta la jefatura de manera irregular dado que es interino desde hace 16 años, y porque resulta que hay funcionarios de elite que reciben 2.500 euros de bonificaciones, mientras que a otros solo le llegan 123 euros".
Sin embargo, esta cadena de disposiciones ha elevado la crispación existente desde hace quince días, momento en el que Guerra decidió remitir al fiscal el citado expediente urbanístico que gestionaba un concejal del Partido Popular.
Por todo ello, José Luis Báez, presidente del PP local, asegura que "esto estallará en cualquier momento", e informaba ayer que los órganos competentes de su partido están estudiando distintas medidas "acordes con la actitud de Isabel Guerra", al entender que "las cosas así no van a seguir funcionando bajo la fórmula del ordeno y mando, y el dispongo y luego propongo".
El portavoz de los conservadores recuerda que la representante de Nueva Canarias está tomando decisiones "muy importantes para un partido que obtuvo solo dos concejales y que no llegó a los 1.200 votos", y que está gobernando porque "el PP, para dar estabilidad, progreso y un cambio a Teror, fue capaz de dar un paso al lado, ya que le correspondía cuatro años de alcaldía en su calidad de formación más votada del pacto".
También la dirección insular del Partido Popular es muy crítica con la representante de Nueva Canarias en Teror. Poli Suárez, vicesecretario de Acción Municipal, asegura que seguirán respetando el pacto y en todo caso invita a Guerra a que "cese al PP pero que no se coloque de víctima".
Suárez estima que lo único que puede avalar su actitud es que "o se está suicidando políticamente o tiene un pacto firmado" con el PSOE, grupo con el que, según sostiene, ha mantenido conversaciones ya que "ha llamado a mucha gente". Un extremo que negaba ayer de manera rotunda la alcaldesa Isabel Guerra -"si no ya los hubiera cesado", ilustró-, para advertir que el malestar entre los socios de gobierno "lo están provocando ellos", en alusión al Partido Popular, al que de momento "le estoy dando un tiempo prudencial para reconducir el pacto", o tomar cualquier otra medida radical.
