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Una gala con espíritu de fiesta

Más de 700 personas disfrutaron en directo del acto de clausura del festival

Una gala con espíritu de fiesta

Era la cita que todos los aficionados al folclore esperaban desde que el pasado 11 de julio arrancaron los actos del XXI Festival Internacional de Folclore Villa de Ingenio: el acto de clausura regresó a su emplazamiento del parque Néstor Álamo para realizar un recorrido musical por la variedad de tradiciones culturales de los seres humanos bajo la imponente silueta de la palmera Paquesito, la más alta del Archipiélago. Una vez más, la noche de los grandes bailes y las melodías ancestrales no defraudó. Este año, además, impregnada de un discurso de tolerancia que sirvió para remarcar el valor de la unión entre culturas en estos tiempos llenos de tantos prejuicios hacia lo desconocido.

El espíritu de lo vernáculo comenzaba incluso antes de entrar en el recinto. En el camino que va desde la Calle Nueva hasta el parque, unos puestos rendían homenaje a los antiguos oficios y a las tareas artesanales que forman parte de la historia de Ingenio. En este 'museo vivo' había muestras de cómo se realizaban los trabajos de las caladoras y también la intrincada labor de las piezas de cestería que después servían para mil y una labores, así como un recuerdo de los cochineros que se encargaban de criar los cerdos, animal representativo de la tradición ganadera del municipio. Por aquello de ir abriendo apetito, todo el recorrido estaba impregnado del inconfundible aroma que desprende el pan recién horneado, ya que en uno de los puestos se había instalado un obrador en el que se producían piezas de ese pan de puño que con tan sólo harina, agua, levadura y sal tanto ha marcado la tradición culinaria del pueblo de Ingenio.

La velada arrancó cerca de las 22.00 horas con todas las 700 butacas del aforo ocupadas y un retraso de casi una hora con respecto al horario previsto debido a un problema con el sistema eléctrico, aunque pronto recuperó el ritmo con la actuación agrupación Los Artesanos. La suya es, desde 1979, una labor folclórica de exaltación de los artesanos locales que dieron fama al municipio y sobre el escenario dieron muestra de por qué han sido invitados a llevar las tradiciones de Ingenio a lugares como Francia o Portugal. Interpretaron primero unas malagueñas de Gran Canaria para dar paso a unas folías, seguidillas y saltonas de Tenerife que demostraron la vocación regional del festival, tal y como destacó el profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y presentador de la gala, Manuel Pérez Rodríguez, antes de darles paso.

Zapateo con ritmo

Tras la actuación de Los Artesanos, llegó el momento del primer grupo internacional. Había una gran expectación por comprobar cómo se desenvolvían sobre el escenario los componentes de The Wild Goose Chase Cloggers después de haber demostrado su alegría y su entrega en los actos de los días anteriores.

Durante sus siete minutos de actuación, los estadounidenses estuvieron a la altura de las expectativas que habían ido generando, demostrando en el Néstor Álamo la complejidad que se esconde bajo sus aparentemente sencillos movimientos de talones ejecutados en grupo y en pareja, así como en los enrevesados juegos de palmas que se intercalaban entre los bailes. Lo suyo es el clogging, un zapateo que forma parte de la tradición estadounidense desde que los colonos europeos se adentraron en el subcontinente norteamericano durante el siglo XVII y que en Ingenio dejó al público fascinado.

Después de los de Minnesota, Coros y Danzas de Arrecife llevó hasta el otro escenario de la gala una muestra del mejor folclore canario, con sus vestimentas lanzaroteñas de los siglos XVIII y XIX.

El colectivo marroquí llegado desde la ciudad nororiental de Oujda tomó el relevo para demostrar una vez más que las suyas son probablemente las melodías más magnéticas de la presente edición del festival. Sus instrumentos de viento y percusión generaron un hipnótico ambiente que se contagió entre los espectadores, embelesados ante la contemplación de sus danzas atávicas.

La actuación de la agrupación local de Coros y Danzas, imprescindibles en cada celebración del Festival de Folclore de Ingenio, sirvió como antesala para la recta final del acto de clausura. Los montenegrinos de la sociedadMirko Srzentic volvieron a hacer gala de sus exuberantes y coloridos trajes llenos de bellas filigranas. Sus sutiles danzas, esencialmente grupales, adquirían intensidad a medida que avanzaban, de modo que sus 10 minutos acabaron haciéndose cortos y dejando a todos con ganas de más. El espectáculo de los rusos del grupo Irandek mostró la otra cara de las tradiciones eslavas, con unas piruetas acrobáticas que se antojaban casi imposibles. Tras ellos, los peruanos del colectivo Jallmay cerraron con sus ritmos selváticos las actuaciones del acto de clausura del festival, que se despidió hasta la próxima edición con todos los grupos intepretando sobre el escenario el himno oficial.

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