"Nos faltan tantos hermanos que se marcharon aburridos, cansados de la mediocridad", "nos faltan familias", "nos faltan vocaciones", "nos faltan las parejas heridas en la experiencia del amor, que a veces hemos visto como proscritas o incluso excomulgadas", "nos faltan los jóvenes" y "nos faltan los pobres". El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, invitó ayer en su homilía con motivo del Día del Pino de Teror a realizar una reflexión interna, y leer el sufrimiento de la gente, "sin encerrarnos en los templos", y hasta atender a mujeres con un embarazo no deseado y a sus familias.

El día grande de Teror volvió a estar presidido por el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, en representación del Rey, junto a una extensa representación de autoridades civiles, de los cuerpos de seguridad y militares, y del clero. Clavijo estuvo secundado por el alcalde de la Villa, Gonzalo Rosario; el vicepresidente del Parlamento de Canarias, David de la Hoz; y el delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento.

En su conversación, el prelado recordó que este año se cumple el primer centenario de la declaración del templo como basílica menor por parte del Papa Benedicto XV. Y que en la Diócesis tiene también esta misma consideración eclesiástica la Catedral de Santa Ana (en 1894) y San Juan Bautista de Telde (en 1973), dentro de un millar y medio de reconocimientos en el mundo. Por encima estarían las cuatro basílicas mayores de Roma: Santísimo Salvador, Santa María la Mayor, San Pedro en el Vaticano y San Pablo Extramuros.

Fracaso

En su descripción de los motivos que llevan a su declaración de basílica menor, menciona que Teror representa un lugar de encuentro de la comunidad cristiana por algún motivo singular y con frecuencia especial. Y, en segundo lugar, que existe una manifiesta vinculación con el Santo Padre.

Francisco Cases anunció ayer que existe un plan de trabajo para seguir promoviendo estas dos motivaciones, siguiendo las pautas marcadas por el Papa Francisco. Para ello, en este curso 2016-2017 prevé fortalecer el plan pastoral y la celebración del Año Jubilar de la Misericordia.

El obispo concelebró la homi-lía con el vicario general, Hipólito Cabrera; y el cura de Teror, Antonio Perera, a los que se sumó como es costumbre una extensa representación de sacedotes, que se movieron entre el público para cumplir la comunión. La igle-sia volvió a llenarse de fieles, si bien en un número inferior a ediciones pasadas, cuando muchos oyentes se veían obligados a permanecer fuera del templo para seguir la misa.

Francisco Cases aprovechó la relevancia del acto para profundizar en la situación actual de la comunidad católica, asumiendo que las parroquias deben hacer un esfuerzo para recuperar especialmente a colectivos muy sensibles. Cases hizo un llamamiento para recuperar fieles, "sabiendo leer en las dificultades y en los sufrimientos de nuestros hermanos, sin encerrarnos en nuestros templos y salones para continuar cuidadano a los que no se han ido".

Para ello, añadió, piensa que es indispensable "reconocer lo que nos falta a nosotros mismos, lo que quizás hemos perdido en poca o mucha medida." Asumió que no se puede responsabilizar a la sociedad, "sino preguntarnos por lo que nos falta".

El prelado enumeró a todos esos grupos. En primer lugar, los jóvenes. "A veces decimos que se marcharon de la iglesia, cuando en realidad en los últimos años pocos estuvieron realmente en ella". También los pobres, muchos de los cuales son atendidos por la organización humanitaria Cáritas y encuentran una salida a su difícil situación, pero se cuestiona si este trabajo se convierte luego en su fidelización a la comunidad católica. Admite que muchos fieles "se marcharon, aburridos, cansados de mediocridad o heridos por el antitestimonio". Y también echa en falta a familias y niños, como "parejas heridas en la experiencia del amor, que a veces hemos visto como proscritas o incluso excolmulgadas", en alusión a separados.

Y, por último, añora una mayor vocación religiosa, "al sacerdocio, a la vida consagrada, a la entrega comprometida en catequesis, en Cáritas...". Toda esta situación, teme, puede hacer que el trabajo interno pueda fracasar.

Siguiendo la estrategia marcada por el Papa, Francisco Cases anunció que están trabajando en un proyecto para prestar "atención y acompañamiento a las mujeres y a las familias en las que se da un embarazo no deseado, o problemático, o de riesgo".

La homilía tuvo su continuidad con la procesión, que siguió el recorrido estrenado el año pasado por las calles del casco antiguo, en el que no faltaron las lluvias de pétalos de flores al paso de la Patrona de la Diócesis de Canarias.

La presencia de altos cargos militares fue también amplia. Entre ellos, Pedro Galán, teniente general jefe del Mando de la Zona Militar de Canarias; el general de División y jefe del Mando Aéreo, Miguel Ángel Villarroya; y Juan Luis Sobrino Pérez-Crespo, almirante coronel del Mando Naval.